La masificación del iPhone desata la fiebre compradora

Piénselo unos segundos. ¿Qué le llevaría a hacer una cola de dos días a la intemperie, en el asfixiante verano boreal o el gélido invierno austral? Es posible que su respuesta sea que nada material le movería a ello e incluso puede que coincida con usted la inmensa mayoría de los habitantes del planeta. Pero existe un grupo que no dudaría en la respuesta. Sería un sí rotundo. ¿Con qué objetivo? Hacerse con el nuevo modelo del iPhone, el ultrafamoso móvil de Apple, que sale a la venta mañana.

La fiebre que se desató hace poco más de un año, cuando Estados Unidos se convirtió en el centro del lanzamiento mundial del iPhone, no es nada comparada con la actual. Y eso que el teléfono tiene trece meses de vida, y se han vendido seis millones de unidades en los seis países donde Apple ha permitido su distribución, EE UU y cinco en Europa.

Pero eso era la versión antigua, más grande y sin tecnología de tercera generación. Ahora sale el nuevo teléfono, con velocidad 3G, GPS, acceso a correo electrónico... y, sobre todo, un precio mucho más bajo y distribución en 22 países el mismo día -mañana-, que llegarán a 70 naciones a lo largo del año.

Y es que Apple ha cambiado de estrategia. Su meta es vender 10 millones de iPhone este año -quedan menos de seis meses- y popularizarlo al máximo. Para ello, la clave está en el precio de venta. Las operadoras encargadas de distribuir el teléfono en cada país están aplicando una fuerte subvención a cambio de que el cliente se comprometa a pagar durante dos años una determinada cuota mensual. En México, por ejemplo, por 48 euros se podrá comprar un iPhone, ligado a un precio mensual de 49 euros. En Reino Unido, será gratis si el cliente está dispuesto a abonar 57 euros al mes, mientras que en España se podrá acceder a uno por unos 100 euros, con 24 euros de abono mensual. También existe la posibilidad de tenerlo gratis, con una cuota más elevada. Y eso ha disparado el interés de los compradores.

El más madrugador está en Nueva Zelanda, donde espera desde el martes a que se abran las puertas de la tienda Vodafone en Auckland; la primera en todo el mundo que venderá el iPhone. Será a las 00.01 horas del viernes día 11, una fecha casi mítica para alguno.

Su nombre es Jonny Gladwell, tiene 22 años y no está solo. Pese al frío, varias personas le hacen compañía, en una espera que le tomará 48 horas. ¿Por qué lo hace? 'Realmente porque quiero poder decir que soy el primero en el mundo con uno de estos teléfonos', aseguró a un periódico local.

Pero Apple no debería preocuparse por este comentario tan falto de tacto hacia su poderoso terminal. En Japón también hay colas y los que están son auténticos fans del iPhone, temerosos de quedarse sin él si no se anticipan. Es más, llevan un cartel que lo deja claro: 'Amamos al iPhone', han escrito, en inglés para que su comprensión internacional.

En Estados Unidos también se ha congregado un grupo de fans ante la mítica tienda Apple de la Quinta Avenida, aunque en este caso, más para dejar huella que por necesidad, ya que en el país americano el iPhone sale a la venta a la vez en multitud de tiendas, como sucede en la mayoría de las 22 naciones llamadas a estrenar mañana el móvil. En Nueva Zelanda y Japón, en cambio, los dos establecimientos ante los que esperan los ansiosos compradores venderán el iPhone antes que el resto.

En España, la expectación es mucho más calmada, aunque las muestras de interés en la web de Telefónica se cuentan por cientos de miles. Y en Reino Unido tampoco hay colas, pero O2 -filial de Telefónica- tuvo que dejar de prevender el iPhone en la web después de que picos de miles de demandas a la vez colapsaran la página y terminaran con las existencias online.