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Aprovecharán la inauguración del Salón de Barcelona

La industria del automóvil solicita a Sebastián un nuevo plan Prever

Los fabricantes españoles de automóviles pedirán hoy al ministro de Industria, Miguel Sebastián, que el Gobierno estudie la aprobación de un plan de incentivos a la compra de turismos con el fin de rejuvenecer el parque actual. Fuentes del sector reconocen a este periódico que no es la primera vez que realizan esta petición al responsable de Industria.

El año se presenta duro para la industria del automóvil en España. Las previsiones de caída de ventas rondarán entre el 5% y el 15%; de hecho, en los cuatro primeros meses del año las matriculaciones se han reducido el 26%, aunque con un comportamiento muy desigual dependiendo de los segmentos. Especialmente preocupante es el de particulares que se ha desplomado literalmente y en abril anotó una rebaja del 53%, récord en la historia de la industria en España. Solo el mejor comportamiento de las compras de las empresas, que se han lanzado a renovar flotas, y las de las alquiladoras de vehículos, animadas por unas buenas previsiones en el turismo, han salvado al sector.

Plan estructural de larga duración

En este contexto, el ministro Miguel Sebastián acude hoy a Barcelona a inaugurar la 36 edición del Salón Internacional del Automóvil y se encontrará con una petición, que según fuentes del sector, ya ha escuchado otras veces. Las marcas, tanto fabricantes como importadores, reiterarán al ministro la necesidad de que el Gobierno apruebe un plan estructural, de largo plazo, para incentivar el rejuvenecimiento del parque automovilístico español, uno de los más viejos de Europa. Una edad que se ha alargado con la crisis ya que se ha vuelto a pasar de 7 años de antigüedad en 2007 a 10 años.

En la industria insisten que no se trata de un plan coyuntural para activar las ventas, como los 2000E aprobados en 2009 y 2010. Aunque reconocen la importancia que tuvieron para el sector estos planes, la petición estriba en reeditar un nuevo plan Prever que incentive a los españoles a sustituir los coches más viejos. Los beneficios del plan no serían pues, meramente económicos, ya que contribuiría a reducir las emisiones contaminantes y a aumentar la seguridad en las carreteras. El plan debería tener al menos varios años para dotarlo de estabilidad y evitar distorsiones sobre las ventas como sucedió con el plan 2000E que provocó un exceso de demanda mientras duro y deprimió el consumo a su consecución. E, incluso, las ayudas podrían ser inferiores a los 2.000 euros, entre 800 o 900 euros por coche.

Uno de los argumentos que esgrimirán ante Sebastián es que un coche con una antigüedad de 30 años consume lo mismo que cien coches actuales. O que un vehículo de hace diez años gasta entre 3 y 5 litros más a los cien kilómetros que uno actual. Incluso un alto directivo de una empresa española critica que el Gobierno destine incentivos fiscales para reformas en la vivienda con el fin de aumentar la eficiencia energética de los edificios, pero no acepte medidas similares para fomentar el ahorro de combustible en el transporte.

Esta petición no es nueva, según las fuentes consultadas por CincoDías, que reconocen que han aprovechado cualquier encuentro con el ministro para exponerle la necesidad de este plan. Aunque siempre se ha realizado de forma verbal, nunca por escrito y nunca formalizado desde Anfac. Fuentes cercanas al Ministerio de Industria confirman que no han recibido carta alguna en este sentido.

Economía no quiere sentar un mal precedente

Fuentes del sector del automóvil coinciden en resaltar que el Ministerio de Industria no vería con malos ojos la aprobación de un plan estructural dedicado a rejuvenecer el parque automovilístico español. Sus beneficios serían evidentes desde el punto de vista medioambiental y de seguridad y contribuiría a reactivar una actividad con un fuerte peso exportador y un alto impacto en el PIB.Estas mismas fuentes apuntan a Economía y Hacienda como el freno a esta demanda. Pero no por el coste a las arcas públicas, pues según los cálculos que baraja el sector, los ingresos recaudatorios derivados del aumento de las ventas que acarrearía el plan compensarían la merma fiscal de las ayudas directas. Además, fuentes del sector llegan a confesar que se pueden estudiar fórmulas para ver cómo se financia el rejuvenecimiento del parque.El problema estribaría en que Economía no quiere sentar un nuevo precedente de ayudas a un sector determinado, en este caso el automóvil. Su temor radica en que a continuación acudirán más sectores con pretensiones similares. De aquí, que desde el automóvil insistan en que el plan no se demanda como un incentivo al consumo similar a los anteriores planes 2000E, sino enmarcado en la reducción de las emisiones de CO2 y la eficiencia energética, una de las prioridades del Gobierno actual, pero también una demanda de Bruselas.No obstante, consideran que el actual momento electoral aleja toda posibilidad de que el plan viese la luz a corto plazo. "Habrá que esperar a que pase el 22 de mayo para que pudiese discutirse", alegan. Aun así, el sector aprovechará la inauguración del Salón de Barcelona para recordárselo al ministro Sebastián.

Doble filo. El sector prefiere no generar expectativas

Beneficios: la industria considera necesario un plan de rejuvenecimiento que reduzca emisiones, genere mayor seguridad en las carreteras y, de paso, reactive el sector.Inconvenientes: sin embargo, muestra temor a que se conozca su demanda, ya que puede generar expectativas en los posibles compradores, que retrasarían su decisión a la espera de las ayudas públicas. Es un arma de doble filo.

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