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Ofrece modificar el plan de negocio si entran los fondos de pensiones

Globalvía aparca la salida a Bolsa para allanar su ampliación de capital

La concesionaria de infraestructuras Globalvía está dispuesta a cambiar de rumbo ante la esperada irrupción de fondos de pensiones en su capital. Estos han puesto como condición que se retire del plan de negocio la salida a Bolsa, a lo que la empresa participada por FCC y Bankia ha accedido. La anunciada ampliación se acometerá por fases y podría arrancar este mismo mes.

Globalvía aparca la salida a Bolsa para allanar su ampliación de capital
Globalvía aparca la salida a Bolsa para allanar su ampliación de capitalCINCO DÍAS

El día que se presentó Globalvía, como flamante iniciativa de FCC y Caja Madrid en el negocio de la gestión de infraestructuras, ya se dijo que comenzaba la carrera por crear una de las mayores firmas del mundo en su sector. Y se fijó como meta la salida a Bolsa, donde operaban Cintra e Itínere y lo hacen otros competidores como Abertis, Atlantia o Brisa. Fue en 2007 y ese discurso ha sido mantenido por ambos accionistas hasta fechas muy recientes. Pero la ampliación de capital, en la que busca hasta 700 millones, se ha convertido en punto de inflexión.

Según ha podido saber CincoDías, las negociaciones con inversores incluyen la promesa de meter en el cajón cualquier proyecto relacionado con cotizar en Bolsa. En Globalvía se espera la entrada de fondos de pensiones, de nacionalidad canadiense y holandesa, en su accionariado. Pero estos han dejado claro que solo se hará la operación si se varía el plan de negocio en lo que toca al mercado de valores.

Lo que parece asustar de la Bolsa a los fondos de pensiones que están en contacto con la empresa española es la práctica del mark to market u obligación de valorar a precios de mercado los activos cotizados en su balance.

Globalvía ha evitado dar nombres durante todo el proceso de búsqueda de socios, pero fuentes del mercado hablan de conversaciones mantenidas con fondos canadienses como CPPIB, Borealis (brazo inversor del fondo de pensiones OMERS) y OTPP. Los tres figuran entre los más activos del mundo en infraestructuras, a los que habría que añadir a los también canadienses OPTrust y PSP Investments.

Su perfil de jugadores largoplacistas hace que inviertan con menor exigencia en la tasa interna de retorno (TIR) que el capital riesgo, pero meten máxima presión sobre los dividendos.

Cambio estratégico

En noviembre del año pasado, cuando la intención de ampliar capital ya se había hecho pública, Globalvía reconoció una serie de puntos básicos que marcaban su hoja de ruta. En primer lugar, la empresa decía centrarse en autopistas de peaje y activos ferroviarios maduros. Desde el punto de vista geográfico, priman los mercados europeos, EE UU, Canadá y América Latina. La tercera pata de la estrategia es la de contar con participaciones accionariales de control. El cuarto precepto es granjearse el apoyo de inversores, dando prioridad a las licitaciones, pero sin cerrar la puerta a adquisiciones y fusiones. Por último, desde el punto de vista financiero y a largo plazo, Globalvía debía ser una empresa cotizada y con continuo acceso al mercado de capitales. A la vista de las reglas del juego que imponen los fondos de pensiones, el último punto (que fue citado por FCC como objetivo en la junta de accionistas de la semana pasada) ha desaparecido.

Las citadas FCC y Caja Madrid, como socios de Globalvía, parecen haber antepuesto la captación de nuevos inversores a sus propios intereses. El objetivo es que aporten capital al proyecto de expansión de la concesionaria.

Béjar cocina una operación laberíntica

El salto al parqué en un plazo de unos tres años se veía desde FCC y Caja Madrid como opción clara para hacer caja tras invertir durante años en el desarrollo de Globalvía (GVI). Antes de eso, el plan contemplaba la irrupción de un tercer socio al que abrirían hasta un 30% del capital.La actual crisis ha trastocado toda proyección realizada allá por el año 2006. En estos momentos se da por descontado que no habrá un tercer socio, sino varios nuevos entrantes (se especula con la llegada de tres nuevos accionistas).Se trata de recolectar entre 500 y 700 millones hasta en tres rondas, que deberían ser aportados en los próximos tres a cinco años. La hipótesis que maneja Globalvía es que con 700 millones levantará hasta 2.800 millones en financiación externa para proyectos.FCC y Bankia mantendrán mayoría tras una operación, al parecer, de gran complejidad. En manos de cada una de ellas quedaría entre el 30% y el 35%, diluyéndose desde el actual 50%.El presidente de Globalvía, Juan Béjar, tiene experiencia reciente en operaciones enrevesadas. Como responsable del fondo de infraestructuras de Citi compró Itínere y repartió los activos entre Abertis, Atlantia, la propia Sacyr, que era la vendedora, y la citada Citi.En este caso, Béjar ha tenido que empezar por segregar los activos de menor interés para arrancar la ampliación de capital de GVI.

Claves

Globalvía y Hochtief pujan por entrar en el primer proyecto del plan de carreteras puesto en marcha en Holanda, con una inversión global de 4.400 millones de euros, informa Europa Press.La empresa cuenta con 39 concesiones en su cesta de activos. Sus ingresos en 2010 fueron de 183,4 millones, para un Ebitda de 112 millones.En las conversaciones sobre la ampliación de capital, la empresa hablaba de una rentabilidad por dividendo del 10% al 12%.

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