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Concentración bancaria

Las fusiones de cooperativas alumbran grandes rurales regionales

Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, Andalucía y Extremadura han asistido este año a la aparición de grandes cajas rurales regionales. Previsiblemente, habrá más integraciones en 2011. El sector podría acabar agrupado en dos o tres fusiones virtuales.

Tras medio año frenético, el mapa de cajas de ahorro está prácticamente terminado. En apenas unos meses, buena parte de los miembros de la CECA han rebasado su vocación regional y constituido grandes grupos de carácter nacional. Pero la concentración bancaria no acaba aquí. Emilio Ontiveros, presidente de AFI, lo pronosticaba la semana pasada. El ejercicio que va a comenzar presenciará la consolidación de las cooperativas de crédito. Y habla con conocimiento de causa. La firma que lidera ha asesorado varias operaciones recientes en este gremio.

En el último año y medio, unas 30 cooperativas (sobre un total de 80) han tomado parte en algún proceso de fusión regional. Muchos de estos movimientos han pasado desapercibidos para el público general debido a la constitución de grandes conglomerados financieros por parte de las cajas de ahorros. El resultado en todo caso es elocuente: las rurales han superado su ámbito comarcal o provincial y aspiran a ser entidades con peso autonómico.

En septiembre de 2008, Javier de Aríztegui, subgobernador del Banco de España, instó a los miembros del Grupo Caja Rural a reforzar sus vínculos poniendo en marcha una fusión virtual. En ese momento, los integrantes de la Asociación Española de Cajas de Ahorro (AECR) iniciaron las conversaciones para constituir dos SIP. El primero lo liderarían los grandes del sector (Ruralcaja, Navarra, Sur y Granada) e implicaría a una veintena de cajas que suman más del 70% de los activos del Grupo Caja Rural. El segundo lo formaría una treintena de cajas comarcales.

Caja Laboral, Arquia y Caja Ingenieros se mantienen al margen de la consolidación

La demora de sus negociaciones fue aprovechada por Cajamar. En la primavera de 2009, la mayor cooperativa de España anunció la creación de un grupo cooperativo propio. El tercer SIP del gremio, puesto que la entidad de Almería no pertenece a la AECR. A este proyecto se han sumado hasta la fecha las valencianas Caja Campo, Albalat, Casinos, Turís y Petrer, así como Caixa Rural Balears.

Su ejemplo no tardó en ser replicado. Varios integrantes de la AECR han emprendido fusiones, ora tradicionales ora frías, con sus vecinos más próximos. Estos pasos son complementarios al instrumento que finalmente refuerce los lazos en el Grupo Caja Rural. Los dos grandes SIP nacionales siguen hoy pendientes de recibir la bendición del Banco de España. El supervisor, en todo caso, prefiere que estos proyectos confluyan en uno solo.

Ruralcaja dio el primer paso. Poco después de la incursión de Cajamar en su territorio, anunció la formación un grupo cooperativo con otras 13 entidades de la Comunidad Valenciana. Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM) comenzará a operar de forma oficial el próximo sábado.

En Castilla-La Mancha, entre tanto, se acaba de constituir Globalcaja. Está integrada por las rurales de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y La Roda. En solitario ha quedado la Rural de Toledo, cuyas negociaciones con Albacete, en 2009, y Ciudad Real, en 2010, no llegaron a buen puerto. Las conversaciones de Caja Rural del Sur y la Rural de Extremadura sí han prosperado y darán lugar a una gran cooperativa en el suroeste de España. Fuentes del sector vaticinan movimientos entre otras entidades andaluzas. Entre tanto, en Aragón se perfila otra gran cooperativa regional, formada por la oscense Multicaja y la zaragozana Cajalón. Queda por ver si Rural de Teruel se sumará finalmente o no al proyecto.

Por su parte, Caja Laboral así como Caja de Ingenieros y Arquia, las dos cooperativas profesionales que quedan en España, se mantienen al margen de estas operaciones.

Un proceso lento que está llamado a acelerarse

Las fusiones entre las cooperativas de crédito van a cámara lenta. A pesar de la crisis económica, a pesar de la premura que impone el ambiente. Las rurales han gozado hasta ahora de un mayor margen de maniobra que las cajas de ahorro al acometer su consolidación. En primer término, han partido de ratios de solvencia elevados y de una posición de liquidez holgada. La mayor parte de las cooperativas había carecido de la envergadura suficiente para embarcarse en la financiación de importantes promociones inmobiliarias, uno de los grandes quebraderos de cabeza de la banca nacional. De hecho, la crisis ha invertido una tendencia de los últimos años: cajas rurales, laborales y profesionales han dejado de tener una mora mayor que la de bancos y cajas. Su ratio de dudosos es ahora la más moderada del sistema (4,46% frente a la media del 5,66%, a octubre).Con todo, las cooperativas también afrontan desafíos importantes. Su eficiencia dista de alcanzar la de las entidades de ahorro y, sobre todo, la de los bancos. Y esto es un punto importante porque la caída de actividad, sumada a los bajos tipos de interés y el encarecimiento de la financiación (tanto mayorista como minorista) hace mella sobre los márgenes del negocio.Los datos del Banco de España muestran cómo las cooperativas han demorado sus ajustes significativamente frente a bancos y cajas. En el tercer trimestre de 2009 su red alcanzó su máxima extensión: 5.083 locales. El pasado septiembre conservaban 5.040 oficinas. Y si en 2008 tenían 20.940 empleados, un año más tarde sumaban 20.759.

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