El fuerte Comansi vive su penúltima aventura

Juguete completo, juguete Comansi" decía el lema publicitario que en los años setenta caló en miles de hogares españoles. El país vivía entonces el apogeo del baby boom y la sociedad reclamaba, además de libertades, juguetes. Varias empresas inundaron el mercado de muñecos y muñecas de plástico pero tras el parón de la natalidad y la llegada de los videojuegos muchas de ellas sufrieron para seguir existiendo. Entre ellas la juguetera catalana Comansi, cuyos indios y vaqueros de plástico han vivido esta semana su, hasta ahora, última aventura.

El grupo español El Bebé Aventurero ha adquirido el 80% del capital de Comansi, en una operación valorada en dos millones de euros (el resto del capital queda en manos de la dirección). Comansi cuenta con una fábrica en Viladecans y una plantilla de 19 trabajadores; además de El fuerte Comansi la empresa comercializa La bola loca, un juguete de verano que consiste en lanzarse una pelota a través de un mango que la mantiene con una ventosa (al año se venden unas 60.000 unidades de este juguete en España) y vende también figuras de plástico de todo tipo de personajes que pueden encontrarse en quioscos de prensa.

Fernando Falgás, socio fundador de El Bebé Aventurero, es consciente de lo duro que es competir en un mercado, como el del juguete, totalmente controlado por unas pocas multinacionales. "Pero hay un nicho de mercado para niños de cero a seis años, que ahora reciben juguetes de más valor que antes", comenta.

Falgás creó en 1997, junto con otros socios, El Bebé Aventurero especializada en la distribución de artículos para bebés de marcas tan prestigiosas como la británica Avent (adquirida por el grupo Philips). "Al cabo de unos años vimos que teníamos un techo de facturación que ya no podíamos superar, de 10-12 millones", explica, "y decidimos crear una división de juguetes", añade Falgás que anteriormente había trabajado en la juguetera Hasbro. El pasado año tuvieron conocimiento del estado de Comansi, cuyos propietarios pretendían vender a alguien que se comprometiera a mantener la plantilla y el negocio. "Es una empresa limpia y con beneficios, ahora queremos duplicar la facturación y tratar de expandir nuestro mercado a Portugal", dice.