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Juan Ramón Quintás

"En esta fiesta vamos a bailar todos, también los bancos"

Su último año al frente de la CECA va a ser el másduro para el sector y para su trayectoria profesional. Sus retos son lograr despolitizar a las cajas y que se cree un fondo para ayudar al sistema financiero en esta crisis.

"En esta fiesta vamos a bailar todos, también los bancos"
"En esta fiesta vamos a bailar todos, también los bancos"Manuel Casamayón.

Al presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás (A Coruña, 1943), le queda un año para cumplir su mandato y "pasar a mejor vida, la jubilación", bromea. Su deseo es "dar la vuelta al mundo cuando deje la presidencia de la CECA". Pero antes quiere finalizar varias tareas pendientes. Aunque confiesa un cierto hartazgo personal por la fuerte carga de trabajo de los últimos meses, se muestra dispuesto a dar batalla para conseguir una serie de medidas que ayudarán a las cajas a atravesar el duro trance de una recesión económica en la que el sector sufrirá una importante transformación.

¿Cuáles son los desafíos que afrontará el sector en los próximos meses?

Las simulaciones que hemos hecho dibujan el siguiente escenario: la morosidad seguirá creciendo hasta 2010, y permanecerá en niveles altos, en línea con la evolución del paro. El gran problema es que los ingresos típicamente bancarios se irán reduciendo. De esta forma, el margen entre los ingresos y los costes asociados a la mora se va a ir reduciendo más y más. En 2009 no tengo dudas de que el conjunto de las cajas saldrá adelante. Puede que haya diferencias en la calidad de gestión entre unas y otras, o en los niveles de solvencia, pero la inmensa mayoría superará sin problemas el ejercicio. El gran desafío será 2010, un año en que veremos a entidades que atraviesen serios problemas temporales. Lo más importante es ayudar al sector a que pueda salvar ese ejercicio.

¿Qué medidas pueden adoptar las entidades para salir adelante?

En los costes no puede haber un cambio estructural, lo que provocará problemas temporales, tanto en bancos como en cajas. Estas últimas deben ser previsoras en cuanto a su obra social. En futuros ejercicios verán limitada su capacidad para dirigir fondos a la obra social, por lo que deben distribuir y reservar parte del presupuesto de 2009.

¿Considera que hay un acoso y derribo hacia las cajas?

No creo que nadie tenga interés en ello. Quizás los bancos sientan cierto alivio al ver que, tras dos siglos de historia, una caja ha sido intervenida. En crisis anteriores, se han cerrado bancos por decenas, mientras que a las cajas ni les ha salpicado. Hay que tener en cuenta que el modelo de negocio no es muy diferente. Las cajas tienen más créditos a promotores, pero no muchos más que los bancos. Por el contrario, ellos deben hacer frente al riesgo de sus inversiones en America Latina, una región donde las cajas apenas tienen presencia. Algo parecido ha ocurrido con los préstamos al consumo, un segmento donde los bancos eran líderes y en el que ha crecido mucho la morosidad. Esta es una fiesta en la que todos van a bailar.

En los tres últimos días se han reavivado procesos de fusión en Cataluña, Andalucía, Castilla y León y parece que también en Murcia. ¿Qué opinión le merecen estos proyectos?

Estoy a favor de los procesos de concentración siempre que sean racionales y decididos por los órganos de gobierno de las entidades, no por los políticos. Sería preocupante si los proyectos de integración de las cajas que se van a producir en los próximos dos o tres años fueran vetados por los gobiernos. Las fusiones interregionales son una buena vía para reestructurar el sector. Si se impiden estas operaciones se perderán grandes oportunidades.

¿En un año concluye su mandato, ¿qué temas tiene aún pendientes?

Que el Banco de España cambie la circular contable. Además, espero que se modifique la ley de cajas para evitar su control por parte de los políticos. En este aspecto hubo un consenso inicial para la reforma, pero ahora parece que se demorará. Y me gustaría que se aprobase el fondo público que sirva de instrumento para sobrellevar la crisis.

¿Cómo debería ser el fondo de reordenación del sector?

Tanto en el caso de que se instrumentase a través de la compra de participaciones preferentes o cuotas participativas o como aval para un límite máximo de pérdidas asociadas a ciertos activos, o incluso con un banco malo, se pueden conseguir los mismos fines: aliviar la concentración temporal de cargas sobre una entidad. Si se tiene éxito en esta tarea, el número de entidades inviables sería insignificante. Por el contrario, si la creación de estas medidas para evitar estrangulamientos financieros transitorios no se hace correctamente, el número de entidades que tropezarán, podría incrementarse significativamente con el consecuente impacto sobre las arcas públicas. Se trata de aplicar medicinas preventivas antes de que se extienda el tumor.

¿Qué otras medidas se pueden adoptar?

El cambio de la normativa de la circular contable, ampliando los plazos para provisionar por los incrementos de morosidad, hará más fácil el tránsito. Se trata de que esas provisiones sean anticíclicas y no procíclicas, porque ahora están agudizando el problema. Si se distribuyera esas dotaciones entre dos y seis años, la situación sería más llevadera.

El exceso de recursos propios sobre el capital regulatorio es el colchón con el que se amortigua el crecimiento de la morosidad y permite mantener la concesión de créditos. En la medida en que la mora crece, resta recursos propios y se restringe la capacidad de dar créditos. Si el Gobierno quiere que las entidades sigan prestando a la economía real, tiene que mejorar las capitalizaciones de las instituciones financieras. Sólo así podría exigir una política de créditos más generosa.

¿Qué novedades hay respecto a la reforma de la Ley de Cajas?

Hay que desligar la cuestión de la gobernanza de las cajas de ahorros con los problemas de la crisis económica. Son temas diferentes que se resolverán en momentos diferentes. No tendría sentido que vinculásemos la suerte de las dos cuestiones. Si ahora es más fácil llegar a un consenso político en uno de ellos, no veo inconveniente en que se avance y que el otro se afronte más tarde.

¿Qué habría que cambiar?

La Lorca (Ley Orgánica de ârganos Rectores de las Cajas de Ahorros) fija la obligación de que exista un equilibrio entre los diferentes grupos de interés. El problema ha sido que las comunidades autónomas se han otorgado una altísima representación. Con ello, traicionaron el modelo y alejaron a las cajas de su cometido original. Incluso con el límite del 50% de representantes de organismos públicos se producen luchas de poder que dañan la imagen y la estabilidad institucional. Fijar un límite del 25% para representantes políticos no es suficiente, porque un sector puede expoliar el derecho de representación de otros. En el caso de los impositores, es importante garantizar que se designen representantes reales de la clientela y que no se conviertan en una vía de representación de otros sectores. Habría que establecer incompatibilidades.

¿Deben sentarse los propietarios de cuotas participativas (acciones sin derechos políticos) en las cajas?

Nunca he tenido ningún problema al respecto. Me parece lógico que los cuota partícipes tengan voz y voto en los consejos, siempre que se evite un abuso aberrante. Esta alternativa no puede convertirse en un caballo de Troya para convertir a las cajas en simples sociedades anónimas, que destruyan su vocación social. Además, en situaciones excepcionales, como rescates públicos, puede haber tentaciones de convertir las cuotas en esa vía para la privatización.

¿Alguna vez volverán los beneficios de los últimos ejercicios?

El escenario será diferente. Al menos en España, no debemos desandar el camino de volver al negocio básico, porque nunca lo habíamos abandonado. Pero cambiarán muchas cosas. Entre ellas, la estructura de la clientela: el sector inmobiliario tardará tiempo en recuperarse y habrá que acercarse a otro tipo de empresas. También habrá un aumento del protagonismo de los mercados frente a los agentes financieros, así como importantes cambios tecnológicos en los canales de distribución. Estoy convencido de que la banca recuperará la rentabilidad y contribuirá a crear una nueva época de esplendor en la economía española.

"España no tocará fondo hasta finales de 2009"

Una de las cuestiones que más inquieta al presidente de la CECA, que es catedrático de Teoría Económica desde 1971, es cómo evolucionará la crisis española en los próximos meses.

Cuál es su pronóstico de cuándo saldrá España de la recesión económica?

Hasta finales de 2009 la economía española no tocará fondo. La coyuntura económica actual es similar a lo que vive una persona que ha vivido una situación traumática. Ante un panorama desolador, cualquier pequeño cambio positivo, como los famosos brotes verdes, se valora mucho. Al mismo tiempo, una mala noticia afecta más de lo deseable. España saldrá de la crisis más tarde que otras economías occidentales. El cuándo dependerá de la adaptación de nuestro modelo productivo.

 

¿Cómo valora las medidas adoptadas por el Gobierno para luchar contra la crisis?

Los planes para favorecer la liquidez del sistema financiero fueron tomados en tiempo y forma. Otras medidas adoptadas tienen un carácter paliativo pero, lo que está por hacer es la reforma del modelo productivo. España tenía una ventaja comparativa frente a sus rivales: no haber sufrido el primer impacto de las hipotecas subprime. Algo que le debemos a la estricta regulación del Banco de España. Lo malo ha sido que no se ha aprovechado esta ventaja para evitar la segunda oleada.

Reunión "inminente" con el nuevo secretario de Estado de Economía

 

El Gobierno designó la semana pasada a un experto en mercados financieros internacionales, José Manuel Campa, como nuevo secretario de Estado de Economía. ¿Su perfil es el adecuado para encarar las reformas en el sector?

Tiene un currículum muy satisfactorio y prometedor. Confío en que pueda abordar con racionalidad los problemas que deberá afrontar.

¿El fondo de reordenación del sector que prepara el Gobierno se está diseñando específicamente para cajas?

La moción que aprobó el Congreso se refería al sistema bancario en su conjunto, no habla en exclusiva de las cajas. De todas formas, me parece excesivo hablar de rescate o de ayudas ya que si los instrumentos están bien diseñados y gestionados tendrán coste cero para el Erario público, ya que los problemas que encara el sector son de naturaleza temporal.

¿Es urgente que se apruebe ese fondo?

Al menos es importante que las medidas se aprueben antes de que cambie el Comisario de Competencia de la Comisión Europea. Cuanto antes se hagan mejor, siempre que la urgencia no merme la calidad del decreto. Por ejemplo, debería recoger explícitamente las ayudas temporales y prever únicamente dinero para los rescates. Desde la CECA nos hemos ofrecido al Ministerio de Economía para ayudar a diseñar el instrumento.

¿Han tenido ya alguna reunión con el equipo de la nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado?

Tenemos previsto reunirnos, de forma inminente, con José Manuel Campa, para comentarle nuestras propuestas para el sector.

¿Cómo son las relaciones entre la CECA y la AEB?

Muy gratas. Miguel Martín fue un gran amigo de las cajas de ahorros cuando era subgobernador del Banco de España.

¿Sufrirán los bancos españoles por Latinoamérica?

Me temo que sí, pero también creo que ese continente saldrá antes de la crisis que Europa.

Si los bancos se retiran en parte de esa región, ¿habrá más competencia en España?

Habrá más competencia pero, sobre todo, por el estrechamiento de los márgenes.

"Alkorta conseguirá poner en valor toda la potencialidad de CCM"

 

¿Qué le parece el nombramiento de Xabier Alkorta para dirigir la intervenida Caja Castilla La Mancha?

Ha sido un gran acierto del Banco de España, porque Alkorta, además de haber sido uno de los mejores directores generales que ha tenido el sector en los últimos 20 años, es un profesional extraordinariamente competente en los aspectos técnicos del mundo financiero, y también un gran creador y motivador de equipos. Esto último es básico para una entidad como CCM, que ha sufrido un verdadero calvario durante demasiado tiempo. Alkorta conseguirá poner en valor toda la potencialidad de esa caja.

¿Cuántas fusiones veremos próximamente?

Una tarea fundamental de las cajas para luchar contra la crisis es el control de costes. Se puede hacer con la externalización de servicios centrales, pero las fusiones también son un instrumento muy valioso. El problema es que el sector, por tradición, nunca ha hecho fuertes reducciones de plantillas. Aún así, se podrían recortar otro tipo de gastos. Lo que hay que tener claro es que no toda fusión es recomendable. En caso de que se decida encarar un proceso de integración, es importante que esté claro quién va a pilotar la fusión.

¿Cuántas cajas sobrevivirán a esta crisis?

Se ha demostrado que no existe una relación clara entre tamaño y rentabilidad. Lo importante ahora es que se defina una dimensión en funciónde los objetivos perseguidos.

¿El modelo de las cajas de ahorros tiene sentido en estos tiempos?

La biodiversidad es importante no sólo en el mundo natural. El que haya diversos tipos de agentes, con comportamientos diferenciados, da estabilidad al sistema. Esto se demostró cuando las cajas entraron en inversiones en renta variable, justo cuando los bancos salían, una estrategia que se demostró acertada. Las cajas siguen cumpliendo su papel de evitar la exclusión financiera. Un buen ejemplo de qué puede ocurrir si desaparecieran las cajas está en Reino Unido. Allí, a los pocos años de acabar con los saving banks, se creó una comisión parlamentaria que recomendó crear instituciones financieras sin ánimo de lucro para que dar préstamos a pymes y familias pobres.

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