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La compañía reconoce intensas dificultades financieras

Ezentis vuelve a vivir al límite

Es lo que tienen los cambios de gestión: dan al nuevo equipo la posibilidad de admitir el verdadero estado de una compañía sin necesidad de asumir la culpa.

Después de años de lanzamientos de planes de refinanciación, de confianza en la llegada de inversores capaces de salvar la compañía, de proyectos de resurrección con la entrada en nuevos sectores de actividad, Ezentis se ha plantado y se ha dado un baño de realidad.

"Ninguna de las medidas adoptadas ha dado sus frutos y, en la actualidad, la situación financiera de la sociedad es límite". Es la propia Ezentis la que lo reconoce, pero, claro, lo hace en la comunicación que significa su rendición ante el mercado. Con su jet privado bajo el brazo, su nada exitosa entrada en el negocio inmobiliario como carta de presentación y dos filiales en preconcurso de acreedores, la compañía admite ante sus accionistas que no da más de sí. Aunque el mercado ya lo sabía: el 6 de abril fue el último día que la acción cotizó por encima del medio euro, el equivalente al valor nominal de cada uno de sus títulos. Desde entonces está claramente por debajo.

¿La solución para empezar de cero? Una operación acordeón para restablecer el equilibrio patrimonial, lo que supone reducir capital para compensar las millonarias pérdidas pasadas acumuladas y ampliarlo después, con la petición a los accionistas de que inyecten dinero para salvar la firma. En principio, son 20 millones los que se piden, pero si se puede llegar a 30 millones mejor, según el hecho relevante comunicado por Ezentis a la CNMV.

¿Por qué esta admisión de responsabilidad? Porque el equipo gestor es nuevo. Mario Armero es historia (como los son los innumerables presidentes que suma la compañía ahora llamada Ezentis y antes Avánzit o Radiotrónica), y en estos momentos está al frente de la compañía el extelefónico Manuel García Durán, que ha pensado que nada mejor que empezar con la casa bien ventilada.

Pero para los accionistas la historia no ha cambiado. El derrumbe de la cotización es implacable, sobre todo en jornadas como la de hoy. Tras el anuncio de la operación acordeón, la CNMV ha suspendido la cotización para dar tiempo a los accionistas a que digirieran las noticias. En su vuelta al mercado, el castigo para Ezentis ronda el 6% para una empresa que ya suma una caída del 65% en lo que va de año y donde nadie recuerda que un día cotizó a 20 euros cuando ahora no supera los 16 céntimos.

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