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Gestión

Las empresas piden acelerar el uso de la factura electrónica

Un colectivo de 60 entidades públicas y privadas han unido fuerzas en torno a Consorcio Digital, una asociación recién creada para impulsar medidas que aceleren el uso de la factura electrónica en España. Piden más iniciativas por parte de la Administración, opinión compartida por la Asociación Española de Certificación Comercial (Aecoc).

Las facturas en papel tienen los días contados. Tan ambiciosa empresa se han fijado los miembros de Consorcio Digital, una asociación nacida el pasado mes de abril cuyo fin es promocionar las bondades de la factura digital y acelerar su implantación en las empresas españolas.

Su tarea no es sencilla, pese a que por el momento unas 3.000 empresas en el país han logrado olvidarse de los papeles en su operativa de cobro y gestión de pedidos. Para lograr que la factura electrónica pase de ser una excepción a convertirse en una norma, el Consorcio Digital se ha inspirado en el modelo que se utilizó en Europa para sustituir las monedas nacionales por el euro.

'Había una fecha límite y debía de trabajarse para que todo estuviera listo para ese momento,' explica Francisco de Quinto, secretario del Consorcio y socio de nuevas tecnologías del bufete barcelonés Piqué Abogados. De Quinto es uno de los fundadores del Consorcio, junto con Josep Maria Vilà, director general de Indra y presidente de Aetic, el Centro de Aplicaciones en Internet de la Universitat Politécnica de Cataluña (UPC) y Tradise, empresa de la entidad certificadora ANF-AC. Su propósito es acelerar su uso entre el tejido empresarial español y conseguir que sea una realidad en un plazo comprendido entre tres y cinco años. 'Hemos de conseguir el apagón de la factura en papel', indica. Para conseguir este propósito se ha dirigido tanto a la Generalitat de Cataluña como al Gobierno central para encontrar nuevas vías para implicar al tejido empresarial. El principal obstáculo, según explica de Quinto, es que su uso no es obligatorio, ya que el real decreto que lo regula, que entró en vigor en enero de 2004, deja su uso a la voluntad del usuario. Otro freno es cultural. 'Se necesita formación y superar la fractura generacional, que impide que haya gente que se interese por la tecnología', dice

Bonificar para incentivar

La asociación es partidaria de que la administración ofrezca incentivos fiscales para animar su uso. 'Ofrecer bonificaciones puede ser estimulante para el usuario', explica De Quinto.

Por el momento han logrado sumar a la misión compañías que ya están utilizando la factura electrónica en sus transacciones diarias, como Freixenet, El Pozo o Puleva, representantes del sector tecnológico como Microsoft, Sun Microsystems o Peoplesoft y entidades públicas como el Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial de la Generalitat (Cidem), así como colectivos profesionales como Foment del Treball o la Confederación de Trabajadores Autónomos de Cataluña.

Sus ojos también están puestos en Europa. Entre sus planes está la creación de un proyecto de índole europea que englobe socios de Francia, Gran Bretaña, Inglaterra y Alemania, países con un nivel similar a España en penetración de factura electrónica. Su objetivo: acceder así a fondos de la Comisión Europea.

La gran distribución también se apunta

Otro organismo que se ha encargado de comunicar las bondades del uso de la factura digital, la Asociación Española de Certificación Comercial (Aecoc), también se muestra partidaria de que la administración tome cartas en el asunto. El director de comercio electrónico de Aecoc, Alejandro Sánchez, pone como ejemplo el gobierno de Estados Unidos. 'Su Ministerio de Defensa impulsaba los pedidos electrónicos y se convirtió en un ejemplo a seguir', explica.Una buena manera para acelerar su uso entre el tejido empresarial español, dice, es predicar con el ejemplo. 'La administración es uno de los grandes compradores y receptores de facturas, con lo que podrían pedir a su proveedores que trabajen en este tipo de soporte'. De todas maneras, considera lógico que sea precisamente desde el sector privado dónde se estén concentrando actualmente gran parte de los esfuerzos para lograr una mayor implementación entre las empresas del país. 'La factura electrónica es una herramienta que ayuda a las compañías a mejorar en competitividad, con lo que tienen que ser las más interesadas en utilizarla', apunta. La Aecoc predica las bondades de la factura electrónica entre sus más de 20.000 asociados, la mayoría de ellos compañías del sector distribución.

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