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Los analistas auguran pérdidas multimillonarias

Los embargos reabren la crisis en las cuentas de la banca de EE UU

La crisis de los embargos en EE UU, nacida de una gestión incompetente y fraudulenta de los títulos de propiedad por parte de la banca, amenaza no sólo al mercado de la vivienda, sino al de las titulizaciones y, con ello, a la salud financiera de las entidades.

El escándalo de la gestión de los títulos de propiedad de las hipotecas se extiende. El viernes, la aseguradora Metlife, que tiene un negocio hipotecario, empezó a retrasar la venta de algunas casas embargadas tras descubrir "irregularidades" en sus procesos. Para cuando se hizo pública la situación, los mercados ya estaban penalizando a la banca debido a las implicaciones que la moratoria autoimpuesta por seis entidades puede tener en sus libros. Los analistas auguran pérdidas multimillonarias.

Bancos como JP Morgan Chase, GMAC, Bank of America, Litton y PNC ya están revisando sus embargos debido a que se ha comprobado que muchos de los procesos se han instado sin tener los títulos de propiedad y con declaraciones juradas, en su lugar. Estas han sido firmadas automáticamente, y por miles al mes, por personas (robo signers) que no han tenido ni tiempo ni conocimientos para dar fe o verificar cada caso.

Los reveses a las cuentas de los bancos no solo vienen por parte de los propietarios de casas a embargar y los jueces, que están revisando unos procesos que pueden ser ilegales y por tanto inválidos dada la falta de documentos, sino también porque las dudas sobre la legalidad de los títulos de propiedad se extiende a la titulización de las hipotecas. Los inversores que compraron esta deuda -que ya han sufrido severas pérdidas- pueden ahora alegar que estos activos fueron creados sin seguir los procedimientos adecuados, que no hay base para la emisión del título y por tanto obligar al banco a comprarlos.

Las estimaciones sobre el impacto aún son muy iniciales, en la medida en la que se profundiza en el problema, pero el coste ya se sabe que puede ser caro para el sector bancario y en Washington se teme un escenario similar al de 2008, cuando se aprobó el TARP (las ayudas públicas para capitalizar a la banca).

El mercado de estas titulizaciones es de 1,3 billones de dólares y unos 154.000 millones en hipotecas pueden estar afectados por los retrasos en los procesos de evicción. Al coste de la recompra de títulos, si este escenario se hace real, hay que añadir el de mantener en el balance unos activos que son más tóxicos que nunca. Morgan Stanley estima que ya hay unos 134.000 millones de dólares en bonos hipotecarios en los cuatro mayores bancos del país que pueden estar afectados.

Bank of America ha asegurado que se están haciendo estimaciones poco certeras, pero ayer, el analista Dick Bove dijo a la CNBC que lo bancos pueden enfrentarse a pérdidas de más de 80.000 millones por las demandas de propietarios e inversores.

JP Morgan ya dijo en la presentación de resultados que iba a provisionar 1.300 millones para costes legales y sumar 1.000 millones de dólares más en un fondo para recompra de productos hipotecarios.

Perdedores y ganadores del escándalo

En la actual crisis de los embargos, en la que hay pocas soluciones buenas y se cuestiona la competencia y buena fe de la banca además de la seguridad jurídica en procesos de peso, hay casi tantos perdedores como ganadores. En este último caso están las personas que pueden experimentar un cierto alivio al ver que con una moratoria que pueden seguir en sus casas incluso sin pagar la hipoteca. En el bando de los perdedores están los bancos, los inversores, los propietarios vecinos de casas en un alargado proceso de embargo por una moratoria (lo que deprime el valor de las casas adyacentes y alarga la crisis de la vivienda) y el Estado.La Fed tiene en sus libros miles de millones de dólares en activos tóxicos con los que se hizo cuando empezó a ayudar a la banca. Estos títulos, para los que no hay mercado, perderían todo el valor en caso de que los embargos quedaran en el limbo. En el mejor de los escenarios también podrían perder muy buena parte de su valor. Por su parte, el Tesoro, está apoyando directamente a Fannie Mae y Freddie Mac, las dos hipotecarias seminacionalizadas que poseen miles de millones en estos activos tóxicos.

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