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Antonio del Valle Alonso

"Las eléctricas están incumpliendo el Plan del Carbón"

El carbón atraviesa un momento delicado, con las eléctricas comprando un 15% menos del mineral pactado en el plan sectorial y a las puertas de una revisión del actual marco comunitario que permite ayudas estatales a las empresas mineras.

Antonio del Valle (León, 1955) reclama al Ministerio de Industria que haga cumplir a las eléctricas los compromisos asumidos con las mineras en el actual Plan del Carbón. Además, pide una posición clara de España ante Bruselas en favor del carbón y una estabilidad regulatoria para el sector que permita planificar las inversiones.

Bruselas ha iniciado una consulta pública sobre el futuro del reglamento de ayudas al sector, que vence en 2010. ¿Cuál es la posición de la empresa al respecto?

España no puede desprenderse de la única fuente de energía primaria que, prácticamente, tiene. Partiendo de esa base, de que las explotaciones mineras deben continuar, racionalizándolas y mejorando costes, lo que hay que estudiar es la necesidad o no de un nuevo reglamento. En el mercado interno de la electricidad se permiten a un Estado miembro actuaciones para dar preferencia hasta a un 15% de aquellos equipos que utilicen energía primaria autóctona. Así que, hay que estudiar si es necesario un nuevo reglamento o cabrían otras fórmulas para primar el consumo de, en España, el carbón. Y pienso que si el Gobierno español va por ahí, se encontrarán fórmulas para que eso sea posible dentro de la UE. Pero el primero que debe marcar la posición, cuáles son los intereses nacionales en este sentido, es el Estado español.

¿Y se ha pronunciado ya el Gobierno?

Por ahora no. No se ha pronunciado con nosotros y creo que tampoco lo ha hecho con Bruselas. El único país que realmente ha comunicado su posición ha sido Alemania, que propone que continúen las ayudas hasta 2018 en el marco de un plan de cierre de las minas del país. Pero hace la salvedad de que podría revisar este escenario en 2012.

¿Qué consecuencias está teniendo para su empresa tanto la caída de la demanda eléctrica como la desaparición, este año, del incentivo al carbón nacional?

Las dos cosas van unidas. Hay una bajada muy importante de la demanda eléctrica, cercana al 10%, en un año en el que los pantanos están generando mucha electricidad y con un marco para las renovables que hace que tengan que entrar en el pool eléctrico casi al completo. Esto ha provocado un desplazamiento del gas y del carbón en el mix de generación. Si 2008 ya fue un año malo a nivel internacional por la subida de precios del carbón de importación y hubo una bajada de la generación con carbón de hasta el 35%, este año seguimos por la misma línea de descenso. Y uno de los motivos principales es la desaparición de ese incentivo al consumo de carbón nacional, lo que hace que no sea atractivo para las eléctricas quemarlo. El problema es grave, porque los parques de apile de carbón de las centrales térmicas están al límite. Lo que puede provocar que, no dentro de mucho, a lo mejor no admitan más carbón de la mina. Aquí hay que recordar que el incentivo está contemplado en el actual Plan del Carbón. Para mí, es absurdo intentar mantener unas instalaciones porque el Estado considera que es interesante producir carbón, y subvencionarlo, para luego no quemarlo. Hay que buscar ya los mecanismos que sean necesarios para que no se siga apilando, una planificación para quemar ese carbón que está en los parques.

¿Cuál sería la consecuencia directa para las mineras de que los parques de carbón de las centrales se ocuparan al máximo?

Estaríamos entonces en una situación extrema. Podríamos apilar el carbón en nuestros parques o buscar otra fórmula, pero el siguiente paso sería parar la producción y el siguiente, no poder vender. Y todos sabemos lo que pasa cuando tu producto no se vende. El problema es que las eléctricas están comprando un 15% menos de lo establecido en el Plan del Carbón. Desde primeros de año y de forma unilateral.

¿Y no están obligadas a cumplir el plan?

Para nosotros es complicado obligarlas, sobre todo cuando eres cautivo de tus clientes las eléctricas. Esto es algo que se está hablando en el comité de seguimiento del plan. Pero estamos en las mismas: compran un 15% menos y lo que compran no lo consumen. Así que pedimos un incentivo, en la forma que sea, como se considere, que permita competir con el carbón de importación en las centrales del litoral y, también, intentar competir con el gas. Los resultados de La Vasco de este año dependerán muchísimo de las actuaciones que se tomen desde el Ministerio para resolver este problema.

Con estas dificultades, ¿qué balance hace del Plan del Carbón?

El plan en sí está bien diseñado. Pero los problemas son de interpretación y de aplicación, y esto genera problemas graves de planificación. Muchas veces no sabemos qué es lo que nos van a pedir. Y esto es muy grave, porque yo tengo que saber lo que va a pasar dentro de seis años, más o menos, para poder invertir ahora. Y estamos hablando de cantidades importantes. La indefinición en este marco crea una situación delicada.

¿Y cómo se puede mejorar esta situación?

Salvo que se quiera cerrar el sector, cualquier Plan del Carbón debería tener una vigencia de entre ocho y diez años como mínimo. Y lo que no se puede es estar cambiando. Yo quiero saber qué me quieren pedir. ¿Ser más eficiente? De acuerdo, lo intentaremos y, si no podemos, pues cerraremos. Pero hay que poner las condiciones sobre la mesa y, después, cumplirlas. Y no depender de qué partido está en el Gobierno, o qué ministro o qué secretario de la Energía. Es más serio que eso. Porque está en juego mucho empleo y mucho dinero.

"Sería una locura prescindir de un sector que es estratégico"

El presidente de Hullera Vasco-Leonesa lo tiene claro. "Sería una locura prescindir del carbón. Yo sí considero que es un sector estratégico". Antonio del Valle Alonso defiende la necesidad de que España mantenga "absolutamente todas" las fuentes de energía en su mix de generación. Incluida la nuclear, aunque sea una competidora. "Egoístamente, me viene bien pero, racionalmente, Garoña no debería cerrar", apunta.También cree en las renovables, aunque precisa que se necesita un marco razonable para que las primas a estas energías fomenten su eficiencia y no desequilibren el sistema energético. "Hoy por hoy, el carbón es más importante que las renovables. La riqueza y el empleo directo e indirecto que generan uno y otras no son comparables", puntualiza.Su creencia en el futuro del carbón se traduce en unas inversiones de 40 millones de euros en cinco año (21 millones en el actual ejercicio) para abrir una nueva planta en el pozo Emilio del Valle de su mina de Santa Lucía (León), que se explotará durante ocho años. "La minería es cara. Se trata de inversiones importantes en capital y en tiempo", dice.Con la crisis, las condiciones para obtener financiación para hacer estos desembolsos son más duras. Sobre todo cuando se necesitan unas disponibilidades importantes para financiar el cobro de las ayudas al funcionamiento previstas en el Plan del Carbón que, en el caso de las de 2009, todavía no se han cobrado. "Y son necesarias para mantener nuestra actividad corriente. Lo no tiene mucho sentido es que, por el retraso en cobrar las subvenciones, la mitad se marchen en gastos financieros", se lamenta.

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