El doctor de las dos torres

El 3 de julio de 2006 Antonio Pulido dio uno de los pasos más trascendentales de su fulgurante carrera. Con poco más de 41 años, este cordobés accedía a la presidencia de El Monte, una entidad en pleno proceso de integración con Caja San Fernando, y que padecía un exceso de inversión inmobiliaria. Desde que accedió al cargo, este economista y profesor no ha parado ni un segundo en su propósito de convertir a la entidad resultante de la fusión, Cajasol, en una firma moderna llamada a destacar entre las primeras entidades de ahorro españolas.

El camino recorrido no ha sido fácil. Su llegada al puesto de primer ejecutivo en la entidad sevillana no fue un tranquilo traspaso de poder. A comienzos de 2006 el Banco de España había emitido un informe denunciando graves irregularidades en varias operaciones de venta de participaciones inmobiliarias en 2004 y 2005, y reclamó una auditoría externa que determinara el alcance de estas anomalías. La investigación provocó la dimisión del anterior presidente José María Bueno Lindón, y la llegada de Pulido.

æpermil;ste había entrado en el consejo de la entidad financiera tan sólo tres años antes, catapultado por su buen hacer en Inturjoven, una empresa pública andaluza encargada de la gestión de la red de albergues. Como director gerente de este organismo consiguió modernizar los alojamientos juveniles y acercarlos al público a través de internet, una labor que despertó el interés de los máximos responsables del Gobierno autonómico andaluz.

En Inturjoven, donde fue el máximo responsable entre 2001 y 2006, ya estuvo acompañado por Lázaro Cepas. "El ha sido en los últimos años su más fiel compañero de viaje", explica un colaborador cercano. "Juntos desembarcaron en El Monte, y juntos acometieron la labor de sanear la caja, al tiempo que organizaban la fusión. Como secretario del consejo, Pulido fue testigo de los desmanes del equipo directivo y comenzó a destaparlos".

Nacido en Castro del Río (Córdoba), de madre profesora y padre comerciante, aquel joven despierto y organizador llegó a Sevilla con 18 años para estudiar Economía. Sus primeros años en la ciudad hispalense fueron difíciles pero, poco a poco, se hizo un hueco en los círculos más importantes de la sociedad sevillana al convertirse en un destacado dirigente de las juventudes socialistas andaluzas organizando y dirigiendo asambleas, congresos y jornadas a nivel nacional.

Antes de terminar la carrera, aprobó la oposición de profesor de secundaria y, además, comenzó a trabajar en la consejería de Educación y Ciencia, como jefe de gabinete de Antonio Pascual Acosta, quien fue consejero durante dos legislaturas.

En 1993 inició su labor docente tanto en el Instituto Beatriz de Suabia, de la capital andaluza, como en la Universidad de Sevilla. Cuatro años más tarde pasó a la Universidad Pablo de Olavide y comenzó a preparar su doctorado.

Casado, y con tres hijos, Pulido se declara un apasionado de la velocidad. Además de conducir una moto de la mítica marca británica Triumph, "le gusta sentir la libertad y despejar su mente con un paseo", comentan en su entorno, es un asiduo de las carreras de Fórmula 1. También le gusta el fútbol, la ópera y las corridas de toros y es un coleccionista de relojes y plumas.

El baloncesto es una pasión más reciente pero, en la campaña 2009-2010, desde que el Cajasol de Sevilla se ha puesto por encima del Unicaja de Málaga (eterno rival deportivo, patrocinado por la eterna rival financiera), el directivo se muestra más entusiasmado por la liga ACB.

Respecto a las relaciones con Braulio Medel, presidente de Unicaja y auténtico tótem del mundo financiero andaluz, es un secreto a voces que son bastante tensas. "No se llevan demasiado bien, igual que tampoco trata a los anteriores presidentes de El Monte y San Fernando", explica un directivo de un banco. No en vano, ambas entidades se encuentran inmersas en una carrera por liderar el nuevo mapa autonómico de cajas. La firma malagueña ya ha cerrado su fusión con la pequeña Caja Jaén, y la integración con la cordobesa Cajasur está prácticamente completada. Aunque el grupo resultante cuenta con 53.000 millones de euros de activos, frente a los 34.000 millones que suma Cajasol con Caja Guadalajara, Pulido no ceja en su empeño de salvar esa brecha.

En los últimos años, los círculos políticos y financieros andaluces han abogado por la doctrina de las dos torres: potenciar la creación de dos gigantes regionales -Cajasol y Unicaja-. Una vez que las dos entidades han dado los primeros pasos, ahora está por ver si alguna es capaz de sumar fuerzas con alguna caja de otra comunidad. Una de las apuestas que más han sonado es la posibilidad de que la firma sevillana se aliara con las dos extremeñas (Caja Badajoz y Caja Extremadura), lo que supondría un salto en el volumen de activos de 11.000 millones de euros.

Pese a las desavenencias con Medel, ambos comparten consejo en el Banco Europeo de Finanzas (BEF), cuya presidencia rotatoria ocupa Pulido desde junio del pasado ejercicio.

Como gestor de Cajasol, su labor ha supuesto una auténtica revolución en la entidad sevillana. Desde su llegada a la presidencia, su obsesión ha sido alejar a la caja del sector inmobiliario y rejuvenecer el equipo directivo. De trato afable y cercano, quienes trabajan con él aseguran que tiene dotes de liderazgo, que sabe escuchar y que sus enfados son muy ocasionales.