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Transparencia

La dificultad para identificar a los accionistas frena el voto electrónico

Una vez reformados los estatutos, las empresas estudian las distintas plataformas para el voto electrónico. Entre las principales críticas destaca la del sistema X-25 de Iberclear, que no facilita información actualizada sobre quiénes son los accionistas y el número de títulos que poseen. Para Unión Fenosa, que ya aceptó votaciones por internet en su última junta, la solución pasa por que los acciones se conviertan en nominales.

Se necesitan unos cinco meses para preparar la metodología de un sistema de votación electrónica desde que se aprueba su puesta en marcha por parte del consejo, según los cálculos de Julián Inza, presidente de Interactiva y uno de los profesionales más veteranos en la creación de la sistema de firma digital en España, que participó en las Jornadas sobre Voto Electrónico, convocadas por la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) como cita previa a la feria Mundo Internet. 'Este tiempo es necesario sólo para revisar los procesos y el aspecto jurídico, sin contar con el despliegue de la plataforma y su posterior auditoría, por lo que las empresas que estén pensando en votaciones electrónicas para su próxima junta deben empezar a trabajar en ello ya', sentencia Inza.

Unión Fenosa, que ya admitió votos de manera electrónica en su pasada junta del mes de abril, calcula que le llevó cerca de un año y medio establecer su sistema. A pesar de que sólo lograron un único voto válido por esta vía, disponible para sus 70.000 accionistas minoritarios, no consideran mala la experiencia, que piensan repetir en las próximas juntas, pero sí han hecho algunas críticas profundas sobre las barreras para la implantación de estos mecanismos.

'Es un proceso muy complejo', asegura Javier Lecubarri, jefe de relaciones con los inversionistas de Unión Fenosa, que asegura que fue fundamental el papel de Soluziona, consultora del grupo, para su puesta en marcha. Pero más allá de los problemas técnicos, Lecubarri considera que el principal freno viene de la base. 'El problema viene de las acciones al portador, si fuesen nominativas el voto electrónico sería sencillísimo', asegura. Así, este directivo considera que el actual sistema de identificación de Iberclear, el X-25 no se adapta a las exigencias telemáticas. 'Pagamos 3.000 euros por un registro de accionistas con una información obsoleta pues no está actualizada para el día que se realice la votación, son datos de cinco días antes', critica.

Unión Fenosa, que consiguió un solo voto válido por internet, cree que la votación electrónica es un 'proceso muy complejo'

Críticas compartidas

Muchos de los asistentes, como Renta4, estuvieron de acuerdo subrayar las limitaciones del sistema X-25, que tampoco facilita datos sobre qué tipo de acciones tiene cada inversor. Los expertos tecnológicos se defienden ante estas críticas pues piensan que las debilidades de X-25 son las mismas en las juntas presenciales que en las votaciones electrónicas. Julián Inza, que fue uno de los creadores de Feste, cree que hay respuestas tecnológicas que podrían permitir la obtención de estos datos en tiempo real si las institución correspondientes así lo decidiese.

A pesar de todo, Inza cree que 'la firma electrónica es la mejor de las alternativas para certificar la identidad'. Para acabar con la dependencia de Iberclear recomienda crear un sistema interno pues 'es relativamente fácil crear una entidad de certificación propia'.

De hecho, Unión Fenosa planea para su próxima junta un sistema de certificación propio en vez de utilizar el de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con el que trabajó en su primera experiencia. La diferencia es que estos certificados son reconocidos en cualquier institución, mientras que los internos sólo sirven ante la empresa que los realiza. La misma diferencia que hay entre un carnet del gimnasio y el DNI.

Estas críticas no deben desautorizar la gran tradición certificadora que existe en España desde 1996, donde ya funcionan 15 prestadores de firma electrónica. Para el año que viene se espera que haya más de dos millones de firmas electrónicas reconocidas, entre el millón de nuevos carnés de identidad digital que se piensa emitir y los certificados de las Cámaras de Comercio, colegios profesionales y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

'La transparencia crea asimetrías entre el mismo sector'

La experiencia pionera en voto electrónico de Unión Fenosa ha hecho a la empresa reflexionar sobre muchos aspectos que conlleva la transparencia. 'No fuimos los primeros para salir en la foto', dice Lecubarri, 'la idea partía de nuestro presidente que es un firme defensor del buen gobierno'. Lecubarri, que ha sufrido en sus propias carnes la organización de una votación en línea, sabe que existen mucho flecos con los que no se cuentan como es un aumento exponencial de las llamadas a la oficina de atención al accionista.'Hay que dotar de mecanismos a la oficina, que normalmente cuenta con dos personas para responder todas las dudas que suscitan la nueva vía de votación', afirma.Por eso, cuando oye hablar de la iniciativa que propone que las empresas informen constantemente de sus cuentas, en tiempo real, como sustituto o complemento de los informes trimestrales, se echa las manos a la cabeza. 'Se necesitaría 500 personas en atención al accionista'.Lecubarri va más allá y se atreve a ser crítico con las medidas que se están imponiendo a las sociedades que cotizan en Bolsa. 'Están creando una asimetría entre cotizadas y no cotizadas del mismo sector. Mi competencia tiene una información que yo no dispongo sobre ella', reflexiona Lecubarri que cree que las ventajas que supuestamente tiene una empresa cotizada tampoco son tan reseñables.'Se supone que debería lograr una financiación más ventajosa pero tampoco es cierto', asegura que Lecubarri que da un ejemplo muy ilustrativo. 'Telefónica es una compañía que cotiza y trata de ser transparente pero El Corte Inglés, que no hace nada de eso, tiene una financiación más barata'.Para este directivo las nuevas normas de contabilidad van a venir a enfatizar estas asimetrías y tampoco cree que sea muy útil detallar las remuneraciones de los consejeros, una medida que en su opinión 'limita su intimidad'.

La CNMV usa su firma digital desde 1998

Hoy hay 1.113 usuarios que utilizan el servicio de la CNMV a través del cual se realizan unos 3.500 trámites al mes y gestiona 85.000 estados financieros de los fondos que gestiona. En este año se ha incorporado una nueva funcionalidad para el pago de tasas a través de su página web que ha logrado bastante aceptación. Desde el pasado 1 de enero se han realizado un 629 pagos por transferencia electrónica, (en este proceso no interviene la firma electrónica).'No es complicado', asegura José Ramón Zuaza, del servicio CNMV en línea, que cree que resulta sencillo y seguro el despliegue de un sistema de claves públicas y privadas propio. El usuario selecciona el tipo de documentación que quiere transferir, el sistema le solicita una frase semilla ( una contraseña) y el usuario debe introduce un disquete donde está la clave privada con la que firmará el documento. La CNMV descifra con la clave pública el documento recibido, verifica que es el tipo de informe que dice haber enviado y envía un mail a modo de acuse de recibo.'Es un proceso totalmente automatizado y transparente para el usuario. Nuestra intención es que no haya ninguna diferencia entre el servicio que se brinda en una ventanilla e internet, en cualquier caso que sea más cómodo', concluye Zuaza.

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