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Crece la protesta social contra el cambio de hora

No siempre los relojes intentaron sacar ventaja al sol, aunque pueda parecer extraño para la generación posterior a la crisis de 1973. La crisis energética de aquel año llevó a una larga mayoría de países del planeta a retrasar los relojes una hora en verano, en aras del ahorro energético. De aquel modo el sol disponía de una hora más para iluminar de forma natural y sin necesidad de electricidad cada detalle de la vida urbana. Siguiendo la tradición, como cada año, la madrugada del pasado sábado fue el turno de Europa, y esta noche le toca a Estados Unidos.

Sin embargo, Francia ya se había adelantado a la crisis de los años setenta. Durante la Primera Guerra Mundial, cuando las bombillas de ahorro no existían, el país galo adelantó una hora respecto a la hora solar para economizar energía. Más tarde, durante la ocupación, la Alemania nazi impuso 'la hora de Berlín' (dos horas respecto a la hora solar), que el general De Gaulle suprimiría en la liberación.

De forma que, cuando Francia se apuntó al ahorro de 1976, introdujo la 'hora de verano doble', a la que se unieron España, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, y contra la que hoy se moviliza la Asociación Francesa contra la Hora de Verano Doble (Ached, en sus siglas en francés). 'Es una imposición francesa fuera de toda lógica', según la combativa presidenta de la asociación, Eleonore Gabarain, quien lucha desde los años ochenta por la vuelta a la convención de husos horarios establecida a finales del siglo XIX, es decir, dejar la misma hora durante todo el año. 'El ahorro energético hoy es psicológico', explican en la organización, a la que se han ido uniendo grupos de Bélgica y Alemania, 'porque lo que se ahorra por la tarde con la luz del sol se consume por la mañana en los meses de transición con la calefacción'.

Estados Unidos, donde existen tres husos distintos, adelantará esta noche sus relojes para aprovechar la luz solar

La asociación, que hoy cuenta con 700 miembros, denuncia además el efecto negativo del cambio de hora en el rendimiento laboral. 'El trabajo físico e intelecual se ve seriamente perturbado'. Los trabajadores que comienzan la jornada laboral muy pronto y las actividades al aire libre son los más penalizados. El sector agrícola, la construcción, la hostelería y la restauración exigen que se adopte la misma hora durante todo el año.

Los trastornos en el sueño afectan de manera especial a los niños, que muestran menos atención en el colegio, y a los ancianos, que se cansan más al tener que soportar dos horas extras de sol cada día. Con la canícula del pasado verano, que en Francia dejó 15.000 muertos, la mayoría ancianos, 'resulta aún más difícil negar la evidencia'. Un estudio alemán muestra el aumento de accidentes por carretera ligados a la hora de verano.

En Estados Unidos, la adaptación se hace menos traumática al manejarse en el país tres husos horarios. Algo que se tiene especialmente en cuenta entre sus dos grandes áreas de negocios, Nueva York y California.

Hoy, todos los países europeos están adscritos al cambio de hora en verano, pero no supone una obligación institucional. Países como Marruecos o Islandia no se han unido a ella por las complicaciones que entraña.

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