La creación de empresas cayó en 2010 a niveles mínimos
Tampoco en 2010 se remontó la cifra de creación de empresas. Es más, desde que comenzó la crisis, el año pasado fue el peor para los emprendedores. Esa es la conclusión del Informe de monitorización global del emprendimiento (GEM 2010, en sus siglas en inglés) presentado ayer por el IE Business School.
Esta escuela de negocios calcula anualmente en 59 países la tasa de emprendimiento (el porcentaje de población involucrada en actividades de creación de empresas). En España cayó hasta el 4,3%, la más baja desde 2000, año que comenzó esta serie. En 2009, esta cifra era del 5,1% y se distancia mucho del 7,6% de 2007, el mejor año para los nuevos empresarios.
Además, en el estudio se destaca que ha aumentado el emprendimiento "por necesidad", como alternativa de autoempleo (en el 25,4% de los casos). Esto provoca que el 66% de las nuevas compañías no cuenten con empleados y solo un 10,8% sean innovadoras en producto o servicio. Entre las principales dificultades sobresale la del acceso a la financiación.
"Esto es una llamada de atención a todos los que tenemos algo que ver con el emprendimiento, desde la academia, la investigación y, desde luego, el Gobierno. Emprender es algo crítico para el desarrollo de las sociedades, más en la española, con una alta tasa de desempleo", señaló en la presentación del informe Juan José Güemes, director del proyecto GEM y exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Aunque la directora general de Política de la Pyme del Ministerio de Industria, Estela Gallego, respondió negando el catastrofismo del estudio: "No puedo compartir que en 2010 se haya producido un profundo deterioro para emprender en España". Y señaló como ejemplo las nuevas facilidades para crear una firma en un periodo de uno a cinco días y las recientes líneas ICO para favorecer el crédito.
Perfil del empresario
El emprendedor medio tendría 36 años, con solo un tercio de participación femenina, con estudios universitarios y de renta elevada. La tasa de emprendimiento en España es, además, más elevada entre los inmigrantes y, sobre todo, entre los europeos comunitarios.