El concurso de GM convierte en número uno a Ford

Ford despierta hoy lunes como el nuevo líder del mercado estadounidense del automóvil. No ha sido, claro está, debido a que sus ventas hayan experimentado un crecimiento tal que les haya permitido superar a sus rivales. La nueva General Motors reducirá su número de marcas en el mercado de ocho a cuatro, lo que le dará una cuota de mercado del 16,5%, según los datos facilitados por la empresa especializada Autodata. De las cuatro marcas supervivientes de GM se vendieron 804.371 unidades en el primer semestre del ejercicio, con una reducción del 38%. Las ventas de Ford cayeron el 32,8% (ver cuadro).

Ford será el principal beneficiado de esta reducción, ya que en la actualidad cuenta con una cuota de mercado del 17,2%, excluyendo a Volvo, marca que la compañía ha puesto en venta. æpermil;sta será la primera ocasión desde 1931 en la que Ford sea la líder del mercado en EE UU. La compañía que inició la fabricación en serie de automóviles ya adelantó en junio a Toyota, tras lograr mantener la erosión de las ventas por debajo de la caída del mercado.

GM adelantó por primera vez a Ford en 1927, cuando el fundador Henry Ford tuvo que detener la producción para adaptar las cadenas al ensamblaje del Ford T al Ford A, informa Bloomberg. Recuperó el liderato entre 1929 y 1930, aunque GM volvió a ponerse delante al año siguiente hasta hoy.

No al concurso

Esta nueva situación supone una suerte de victoria para el consejero delegado, Alan Mulally, y el presidente, William C. Ford, quienes renunciaron al concurso de acreedores y a la tutela gubernamental, lo que, según diversos analistas consultados por Bloomberg, les convierte en el único fabricante nacional independiente, lo que beneficia a su imagen de marca. De hecho, Ford ha lanzado una fuerte campaña publicitaria en la que resalta su gestión diferenciada con respecto a tus rivales y el hecho de que es el único fabricante cotizado, informa Ana B. Nieto.

Lo cierto es que Ford tampoco está en una situación idílica, ni mucho menos. En 2008 batió su récord de pérdidas, con unos números rojos de 14.700 millones de dólares (10.550 millones de euros). Al igual que sucedía con GM y Chrysler, su deficitario negocio estadounidense le provoca tener que echar mano de su flujo de caja para poder seguir operando, dado que sus ingresos no son suficientes para cubrir los gastos que generan las operaciones.

Además, no le ha hecho falta acudir al auxilio estatal dado que en 2006 -antes de que estallase la crisis financiera- puso casi todos sus activos como garantía de un préstamo de 23.000 millones de dólares (16.512 millones de euros) para financiar su reestructuración.

El cash flow, no obstante, sigue siendo su principal problema (como el de todo el sector, por otro lado). El responsable financiero (y antiguo presidente de Ford en Europa), Lewis Booth, lo aseguró así el viernes pasado. "Lo más importante que podemos hacer es devolver la compañía a la rentabilidad y a generar un flujo de caja positivo, porque entonces empiezas a tener opciones".

Recuperar el trono

General Motors, por supuesto, pretende recuperar el trono perdido, según palabras del responsable de marketing Mark LaNeve en una conferencia de prensa celebrada el pasado 1 de junio "tendremos cuatro marcas, ellos tendrán tres," aseguró. "No habrá ninguna razón natural por la que no podamos estar bastante por delante."

Según diversos analistas de la consultora IHS Global Insight, para lograr este propósito GM tendrá que convencer a los compradores de Pontiac (mujeres de clase media baja, sobre todo) de que compren Chevrolet, ya que parece improbable que se pasen a Buick o Cadillac. La compañía ya fracasó en esta tarea cuando eliminó Oldsmobile en 2004, si bien espera que esta vez todo sea distinto gracias a la mejora y a la individualización de las actividades promocionales.