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Internet

La CMT, contra la ciudad de Barcelona

La CMT, contra la ciudad de Barcelona
La CMT, contra la ciudad de Barcelona

Tasas por cualquier movimiento, impuestos municipales, multas por mal aparcamiento... La lista de pagos que los ciudadanos tienen que abonar al ayuntamiento que les corresponde es bastante larga. ¿Es que nunca podrán poner fin a su afán recaudador y dar un servicio gratis?, se preguntan muchos de los vecinos. Pues resulta que sí, que alguno de ellos lo ha pretendido. El problema es que no les dejan. Pero, ¿quién se lo está impidiendo? La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.

El último caso es el del Ayuntamiento de Barcelona, pero hay más. Madrid, Vitoria o Málaga lo han intentado antes. El servicio en cuestión que tantos recelos despierta es el acceso a internet, que todas esas ciudades intentaron dar de forma gratuita -con limitaciones, por supuesto-, sin que ninguna pudiera cumplir todas sus aspiraciones.

La culpa realmente la tienen las redes de Wifi, que han puesto a disposición de los ayuntamientos una forma barata de dar un acceso a internet gratis. Nadie se ha planteado regalar ADSL, por ejemplo, o mucho menos una conexión de fibra óptica. Pero el Wifi lo tiene todo a su favor, porque el despliegue de la red tiene un coste reducido y permite cubrir exactamente lo que se quiere -no se pretende dar acceso a internet en los hogares, sino en lugares específicos-.

Utilizando esas facilidades, el Ayuntamiento de Barcelona diseñó un plan para dar acceso gratis a sus ciudadanos a través de 500 puntos de acceso para cubrir sitios públicos, como bibliotecas, centros cívicos, museos, instalaciones deportivas o mercados municipales, y exteriores, como los parques o los característicos patios de manzana del Ensanche. El proyecto lleva por nombre Wifi Ciutadá, fue aprobado por el pleno del Consejo Municipal del Ayuntamiento el 31 de octubre de 2008 y fue remitido en febrero a la CMT para que diera su opinión.

No pudo ser

En principio, Barcelona consideraba que el paso por el regulador sería un mero trámite. No fue así. El jarro de agua fría llegó primero en marzo, con una resolución en la que sólo permitía el servicio gratuito en lugares como bibliotecas o centros culturales, porque ahí se considera autoprestación. El resto de las ubicaciones -mercados, instalaciones deportivas, museos, parques, patios de manzana...- quedaba a la espera de una resolución posterior.

El pasado 5 de mayo llegó el informe de los servicios de la comisión sobre la propuesta catalana. Barcelona sólo podrá dar Wifi gratis durante un periodo de tiempo concreto -entre nueve meses y año y medio, dependiendo del servicio-, con limitaciones en la velocidad y en el tiempo de conexión. Una vez que pase ese plazo, Barcelona deberá decidid si cobra el acceso a internet de alguna manera o si consigue que alguna empresa lo financie a cambio de publicidad. æpermil;sa es la propuesta que hacen los servicios técnicos a la CMT; ahora habrá que esperar a la decisión del consejo.

A la vista de esta conclusión, la pregunta vuelve a ser la misma, ¿por qué la CMT impide un servicio gratuito?

La ley está clara y no le deja muchas opciones. Las administraciones públicas de todo tipo pueden dar Wifi o cualquier tipo de acceso a internet, pero deben participar en el mercado como una empresa más. Como tales, deben cumplir las reglas del juego. Una de ellas es no dañar a la competencia; la otra, no transferir fondos públicos a un servicio que está liberalizado.

Por eso, el papel de malo de la película que le ha tocado interpretar a la CMT no es más que la aplicación de unas leyes que ni siquiera son estrictamente sectoriales, se defienden fuentes del regulador, que niegan que se esté defendiendo a las compañías de telecomunicaciones. "Es la regulación de competencia. Si no la aplicamos, las operadoras recurrirían ante los tribunales y demandarían a los ayuntamientos", explican estas fuentes.

Y es que el servicio que quieren dar los municipios no es gratuito; tiene un coste, lo que pasa es que el ayuntamiento quiere asumirlo.

Pero no puede, porque a la CMT le toca valorar cómo afecta esa intención municipal a la competencia. Si se da acceso a internet gratuito, ¿quién pagará por recibir lo mismo?

En el caso del Wifi, y cuando se habla de grandes ciudades como Madrid y Barcelona, es cierto que la gratuidad del acceso a internet en el exterior afecta poco a los operadores de banda ancha fija. Pero, ¿y los proveedores de internet móvil? A ellos sí les afecta, es la conclusión de la CMT, lo que supone una competencia desleal y puede afectar a su desarrollo. En sitios más pequeños, todos los proveedores se verían afectados.

Con esta interpretación, la CMT está permitiendo que las administraciones den internet gratis de forma transitoria, porque está contemplado en la ley, pero luego..., se acabó. Vuelta a los cobros.

Condiciones como cualquier otra 'teleco' y alguna más

La legislación impone condiciones a las administraciones públicas que quieren dar servicios de telecomunicaciones. Algunas son similares a las que tienen el resto de las telecos, pero otras no.En principio, lo primero que tiene que hacer un ayuntamiento o una comunidad autónoma es inscribirse como operador en el registro de la CMT. Por ser una institución pública, también tienen que hacer una separación contable de su nueva actividad, para que se pueda controlar si hay una transferencia de fondos públicos. Por último, debe operar con arreglo a los principios de neutralidad, transparencia y no discriminación.A estas condiciones, la CMT también puede añadir otras especiales para no distorsionar la competencia. Y son ésas las que está aplicando en el caso del Wifi gratis. Por ello, limita el plazo de gratuidad y también pide que el servicio tenga restricciones en la velocidad y en el tiempo de conexión.

Red de fibra

-La pugna de la CMT con el internet gratis podría contrastar con su llamamiento a que las instancias públicas apoyen el despliegue de redes de fibra de banda superancha. No es así.- La diferencia entre la fibra y el Wifi es que en el primer caso las administraciones se están comportando como meros financiadores de la red. Luego se convierten en un operador neutro, que no da servicio final, sino que pone la red a disposición de las telecos que, por supuesto, cobran al usuario.

No a la conexión gratuita en los autobuses de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid es otro de los que se ha enfrentado al rechazo de la CMT. El municipio quería dotar a los autobuses de la EMT de Wifi gratis para los viajeros. La comisión puso peros, tras detectar que la propuesta podía afectar a la competencia de las operadoras que dan internet móvil.El regulador propuso dos opciones. La primera, aplicar un recargo en el precio del billete. La segunda, conseguir un patrocinador que sufragara el coste del servicio al ayuntamiento a cambio de publicidad. El proyecto está en vía muerta en estos momentos.Esta última opción fue la elegida en Avilés (Asturias), que ha seguido adelante con su proyecto y da internet gratis porque ha conseguido que una empresa lo financie como campaña publicitaria.Incluso en este caso, sigue habiendo limitaciones, como la prohibición de las descargas P2P o el acceso a determinado tipo de contenidos.

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