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Indemniza a la compañía con 11,5 millones

China expropia una fábrica a la catalana Dogi por "causas urbanísticas"

La empresa textil Dogi recibirá 11,5 millones de euros por la expropiación de su fábrica de Nanjing, en China, derivada de una recalificación de terrenos. Las autoridades del país asiático cierran así unas negociaciones iniciadas a principios de año y consideradas "razonablemente satisfactorias" por la compañía catalana, que estudia diferentes opciones para permanecer en el mercado asiático.

La firma textil Dogi ya está buscando nuevos emplazamientos en Asia para trasladar la fábrica que hasta ahora poseía en Nanjing, China. Dichas instalaciones tendrán que ser abandonadas el 30 de noviembre de 2012, "siendo la fecha extendible en tres meses si las circunstancias así lo requieren".

Las autoridades chinas han expropiado la planta a la compañía catalana, previo pago de una indemnización de 105 millones de yuanes (unos 11,5 millones de euros al cambio). Se cierra así un proceso iniciado a principios de año, cuando el Gobierno comunicó a Dogi que los terrenos que ocupan su fábrica, así como los colindantes, iban a ser recalificados y no se permitiría llevar a cabo en ellos actividades industriales. "Es el resultado del gran crecimiento del país: lo que antes estaba a las afueras, hoy está en el centro de la ciudad", señala Ignacio Mestre, director general de la compañía, en referencia a la gran urbe china, de más de ocho millones de habitantes.

El proceso de negociación, apunta Mestre, ha sido "largo y complicado". Con todo, desde la compañía consideran que se ha alcanzado "un buen acuerdo, todo lo satisfactorio que puede ser". Los 11,5 millones que recibirá Dogi corresponde al valor que las Autoridades chinas dan al edificio y las instalaciones fijas de la fábrica, así como a la cesión del derecho al uso de los terrenos (la propiedad de los mismos es pública). El resto de activos, entre los que se cuentan la maquinaria y demás aparataje, siguen perteneciendo a la compañía.

Con todo, la compañía rehúsa a indicar si la cuantía que recibirá como compensación por abandonar el terreno cubre o no los costes de las inversiones realizadas en la fábrica, donde trabaja ininterrumpidamente desde 2001.

Ello dependerá, sostiene Mestre, de las condiciones que se negocien para el emplazamiento que sustituya al actual. "Tenemos todas las opciones encima de la mesa, desde buscar otro punto en China hasta irnos a otro país de la región", apunta. Lo que tienen claro en Dogi es que quieren seguir orientados en el mercado asiático en general y en el chino en particular.

El hecho de contar con un año de margen para abandonar la fábrica hará que el grupo Dogi no tenga que trastocar sus previsiones de producción. Aspecto este importante, dado que la fábrica de Nanjing acapara entre el 25% y el 28% del producto, empleando a unos 280 trabajadores. El resto de sus artículos se fabrican en el Masnou (Barcelona) y en Greensborough, Carolina del Norte.

Vuelta a las pérdidas en 2011

El grupo Dogi cerró el primer semestre del año con unas pérdidas de 4,7 millones de euros. Estos resultados suponen un retroceso en el buen comportamiento de la compañía, que en 2010 recuperó los beneficios, ganando 12,85 millones, tras concluir el ejercicio 2009 en números rojos (29,3 millones de pérdidas).

Fundada en 1954 por la familia Domènech, a la que pertenece su actual presidente, José Domènech, la compañía inició su proceso de internacionalización en 1993, y salió a bolsa cinco años más tarde. Tras abrir oficinas en París, Milán y Nueva York, en 2001 abrió factorías en Alemania, China, Filipinas y Tailandia.

Desde el punto de vista corporativo, Dogi compró la compañía estadounidense EFA, con la que mantenía una joint venture para producir en Sri Lanka, en 2007. Dogi entró en concurso de acreedores en 2009, para salir de él un año más tarde tras vender sus filiales de Sri Lanka y Tailandia.

Casi 4.000 sociedades

En China operan, con sede física en el país, cerca de 4.000 empresas españolas, según datos de la Cámara Oficial de Comercio de España en China. Dicho órgano cuenta con servicios jurídicos a los que acudir en caso de problemas.

Las empresas europeas, contra la discriminación

El mercado chino es sumamente atractivo para las empresas españolas. Da la casualidad, no obstante, de que la segunda mayor economía del mundo no es 100% capitalista, y ello puede dar pie a fricciones.La Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, que agrupa a alrededor de 1.600 compañías con inversiones en el gigante asiático, denunció la semana pasada "la falta de progreso en la eliminación de las barreras existentes" y el "aumento de medidas que restringen el acceso al mercado".Las autoridades chinas siguen beneficiando a las empresas nacionales en detrimento de las extranjeras. Y en la UE se teme que esta tendencia crezca. "No queremos privilegios, pero necesitamos ser tratados en condiciones de igualdad", dijo el presidente de la Cámara durante la presentación de su informe anual.

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