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El futuro de las nucleares

La central que reabrió el debate nuclear

Las posiciones sobre el cierre de la central de Garoña han dado paso a declaraciones a favor o en contra de la energía nuclear.

Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: donde una puerta se cierra otra se abre". El refrán que traía al caso Don Quijote es aplicable a lo que ha ocurrido en España en torno a la central de Garoña: el cierre anunciado de sus instalaciones, en 2013, ha reabierto el debate sobre el empleo de la energía nuclear en el país. Y este debate ha abonado el terreno para que en el futuro otro Gobierno proponga sin sonrojarse la construcción de más centrales nucleares en España o el alargamiento de la vida útil de las que ya están funcionando.

Científicos, políticos, empresarios, sindicatos, organizaciones no gubernamentales, escritores, artistas... todos han opinado sobre la conveniencia o no de mantener abierta la central más pequeña y antigua del país (construida en 1971). Y en general sus declaraciones no responden a una posición técnica sobre la salud de la central de Garoña sino a una posición sobre la energía nuclear en general.

El tema ha dejado de ser tabú y las opiniones al respecto ya no coinciden con una u otra ideología política. Personas que tanto han diferido en tantos temas, como los ex presidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar, mantienen al respecto del uso de la energía nuclear una posición conciliadora.

González, que decidió la moratoria nuclear para España hace más de 20 años, escribía en El País en octubre del año 2006: "Es imprescindible reabrir el debate de la energía nuclear, cuyo desarrollo parece imparable". Aznar ha sido más claro a la hora de exponer su postura: "La energía nuclear no es la solución, pero es seguro que no hay solución sin energía nuclear. La energía nuclear es limpia, segura, económica y garantiza el suministro estable", dijo el martes durante su intervención en los cursos de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes).

También los sindicatos se han posicionado respecto al cierre o no de Garoña tomando partido por el alargamiento en el tiempo de su funcionamiento. Comisiones Obreras, a través de un comunicado de prensa, asegura que antes de "crispar" a la sociedad sobre el futuro cierre de la central burgalesa, el Gobierno debería haber dedicado "todos sus esfuerzos" a proponer una futura estrategia energética para España y considera que es "impensable" prescindir de la energía nuclear a corto y a medio plazo.

Molinos de viento

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, recordaba ayer que la decisión de cerrar Garoña en 2013 (el Consejo de Seguridad Nuclear estima que podría estar abierta hasta 2020) es "coherente políticamente". El PSOE defendió en las elecciones del pasado año reemplazar gradualmente la energía nuclear por fuentes renovables, pero no ha acudido a lemas del tipo Nucleares no, gracias. Es decir, optar por otro tipo de energías no quiere decir estar en contra de la energía nuclear, si así fuera España debería entonces dejar de adquirir energía nuclear producida en Francia.

De hecho al mismo tiempo que el Gobierno estudiaba el alargamiento o no de Garoña ponía en marcha un acuerdo con China para la construcción de centrales nucleares. El pasado mes de marzo se activó un acuerdo firmado en 2005 entre los Gobiernos de los dos países para la cooperación en los "usos pacíficos de la energía nuclear". El acuerdo contempla "la investigación, diseño, construcción, operación y mantenimiento de reactores nucleares" así como el "intercambio de información y documentación científica y técnica", entre otros aspectos. China está inmersa en un programa de desarrollo de la energía nuclear que prevé la construcción en el país de siete reactores al año hasta 2030.

El próximo año toca estudiar la renovación del funcionamiento de las centrales Almaraz I, Almaraz II y Vandellós II. Y en 2011 les llega el turno a las de Cofrentes, Ascó I y Ascó II. El debate sobre el empleo de la energía nuclear en España va a seguir vivo. ¿Cabalgará en el futuro Don Quijote contra esbeltos molinos de viento de carbono o lo hará también contra centrales nucleares?

No contenta a nadie

La decisión del Gobierno de cerrar Garoña en 2013 provocó ayer un aluvión de críticas tanto de defensores como de detractores de la energía nuclear. El coordinador de energía de Ecologistas en Acción, Javier González, declaró: "El presidente del Gobierno está siguiendo los pasos de Felipe González, que cambió de opinión muchas veces y se ve que es de muchos palos y es más fácil ceder ante los ecologistas que antes las eléctricas". Fuentes de Endesa consultadas por Europa Press advirtieron que "un país moderno" no puede prescindir de la energía nuclear. El Comité de Empresa de la central de Garoña alertó de que el Gobierno "está invitando" a los trabajadores de la instalación a una huelga.

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