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Concesiones municipales

El capital riesgo español se lanza a la piscina del barrio

Crean sociedades para gestionar y edificar polideportivos municipales.

En los últimos meses varias sociedades de capital riesgo que operan en España se han lanzado a un negocio que poco tiene que ver con el supuesto glamour y especialización que en los años anteriores a la crisis envolvía a esta industria: el negocio de las concesiones municipales. Después de haber llevado a cabo operaciones como la compra de Cortefiel, Panrico, Applus+ o Amadeus, el capital riesgo español olfatea futuro negocio en operaciones que requerirán gran esfuerzo por parte de los gestores y mayor tiempo de permanencia en el capital de las empresas adquiridas o participadas.

Un fondo de capital riesgo de Banesto, la división de capital riesgo del grupo Atlas, la firma de inversión Corpfin y Banco Pastor son los cuatro grupos de inversión que han apostado por el negocio de gestión y construcción de polideportivos municipales, cuya adjudicación depende de concursos públicos. No está muy claro quién o quiénes fueron los primeros en atisbar negocio en este sector.

"A principios de los años noventa varios licenciados en Educación Física de A Coruña crearon empresas para gestionar centros deportivos", recuerda Álvaro Cobo, director de inversiones de Atlas. El grupo de inversión español ha comprado este año una participación de control en Serviocio, concesionaria de instalaciones deportivas públicas.

"Los pioneros en este negocio salen de Cataluña", dice Gabriel Sáez, directivo de Ingesport, empresa creada en 1993 y especializada en la gestión, consultoría y desarrollo de centros deportivos, como gimnasios o spas. "Los Juegos de Barcelona impulsaron la fórmula de instalaciones público/privadas que se ha extendido por el país", añade. La sociedad de capital riesgo Corpfin ha adquirido este año la mayoría del capital de Ingesport.

Aunque directivos de una y otra empresa no se pongan de acuerdo en el origen de este negocio, todos coinciden en que el momento actual representa una oportunidad para que el capital riesgo se convierta en el aliado perfecto de los ayuntamientos que quieran construir un polideportivo para sus vecinos.

La crisis de la construcción y del sector inmobiliario en España unida a la falta de créditos que otorga la banca dificulta que los ayuntamientos puedan sacar a concurso obras de polideportivos con fiabilidad. Los alcaldes se arriesgan a que tal o cual constructora o inmobiliaria suspenda pagos en el camino y abandone la obra y saben que ahora no es buen momento para solicitar a una entidad financiera un crédito para la construcción de un gimnasio público.

"Las compañías especializadas en la gestión de centros deportivos necesitan financiación para concurrir a los concursos públicos, no hay financiación bancaria y ahí entra el capital riesgo", explica Alberto Curto, director de Corpfin.

"Es un negocio sólido, estable, la generación de ingresos por parte de los socios del polideportivo está prácticamente asegurada", comenta Álvaro Cobo, de Corpfin. "En los gimnasios privados la demanda es más cíclica, cuando hay crisis la gente se da de baja", recuerda. En su opinión hay otro factor que hace que este negocio, el de las concesiones de centros deportivos, pueda ser rentable: "Hay escasez de instalaciones deportivas, fundamentalmente de piscinas cubiertas; las restricciones pueden venir por parte de la financiación, pero no por la de la licitación".

Interrogantes y posibles polémicas

Al ser todavía un sector en proceso de consolidación es difícil asegurar el éxito de las iniciativas en este sentido de los grupos de inversión. Banco Pastor adquirió a finales de 2008 una participación mayoritaria de Sidecu, empresa gallega dedicada a la gestión de polideportivos, invirtiendo cerca de 60 millones, una cantidad "demasiado elevada" según algunos expertos.

Un fondo de capital riesgo de Banesto es propietario de la empresa Gaia Gestión Deportiva. Este año medios de comunicación regionales han informado sobre la paralización de obras de polideportivos, en Málaga y en Segovia, que se había adjudicado en concurso Gaia. Este diario se ha dirigido al banco para ampliar la información, sin lograrlo.

Según estimaciones de directivos de estas empresas y de firmas de capital riesgo, la inversión directa necesaria por proyecto oscila entre los seis y los ocho millones. ¿Logrará el capital riesgo rentabilizar estas inversiones? ¿Lograrán los ayuntamientos no subir los precios de sus polideportivos construidos y gestionados por empresas privadas? Y, por último: ¿Logrará esta nueva industria mantenerse al margen de la corruptela que parece asolar la concesión de obras por parte de organismos públicos?

Bancos y sociedades

Banco Pastor controla la mayoría del capital de la empresa gallega Sidecu. Un fondo de capital riesgo de Banesto es propietario de Gaia de Gestión Deportiva. Atlas Capital tiene la mayoría de Serviocio y Corpfin la de Ingesport.

"El movimiento olímpico eleva el hábito deportivo"

¿Se hubiera beneficiado el capital riesgo español de que los Juegos Olímpicos se hubieran celebrado en Madrid en 2016? Directamente no. Las empresas que gestionan centros deportivos municipales y que están participadas por el capital riesgo podrían haber notado una mayor afluencia a sus instalaciones. "El movimiento olímpico lo que hace es elevar el hábito deportivo", indica Gabriel Sáez, de Ingesport. "Sólo la candidatura de Madrid ha servido para ello", opina. En todo caso, el desarrollo de esta industria que consiste en adjudicarse concursos para construir polideportivos, edificarlos, gestionarlos y lograr rentabilidad, agradece cualquier gran evento deportivo. "Todavía no está claro cuánta gente debe vivir en un municipio y en qué condiciones para asegurar la viabilidad de uno de estos proyectos", advierte Sáez.

¿Subirán los precios del deporte público?

La gran cuestión que genera entre los vecinos la construcción y gestión por parte de empresas privadas de centros deportivos públicos en su barrio es: ¿subirán los precios?Directivos de este tipo de empresas aseguran que no tiene por qué ser así: los contratos de concesión establecen las tarifas por lo que no debería producirse una elevación de los precios que pagan los socios. El capital riesgo puede buscar ingresos alternativos ofreciendo otros servicios en las mismas instalaciones.Ya en el año 2006 la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, advertía que la capital había iniciado la privatización de diez polideportivos. "La empresa subirá los precios a partir de las cuatro de la tarde, convertirá este espacio en el punto de encuentro de unos pocos, el deporte municipal es otra cosa", denunció.

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