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La estación de esquí aragonesa, en riesgo de no poder abrir este año

Candanchú se asoma al abismo

La estación de esquí más antigua de España, la oscense Candanchú, se asoma estos días peligrosamente al abismo del cierre.

El martes pasado la entidad gestora Etucsa acudió al juzgado en busca de protección jurídica para evitar que los requerimientos de sus acreedores la obliguen a adoptar una decisión drástica. De momento, el equipo directivo de la estación, encabezado por Eduardo Roldán, ha solicitado la situación de preconcurso de acreedores.

Sus deudas con la Seguridad Social, con Endesa (responsable del fluido eléctrico que alimenta los remontes en las pistas de esquí) y los requerimientos de sus proveedores sitúan hoy por hoy a la empresa al borde de no poder abrir en la temporada que, si el clima y la nieve lo permiten, está previsto que se inicie en algún momento del próximo mes de noviembre.

Fuentes cercanas a la estación de esquí (a pesar de los reiterados intentos que ayer hizo CincoDías, finalmente no fue posible que Eduardo Roldán, director general de Etucsa, atendiese las llamadas y diera su opinión sobre la desesperada situación de Candanchú) explican que de ninguna manera el Gobierno aragonés, dirigido por la popular Luisa Fernanda Rudí, va a permitir que Candanchú no abra este invierno. "Todas las partes están obligadas a intentar alcanzar un acuerdo que permita que Candanchú ponga en marcha los remontes esta temporada, porque si no lo hace será el final para una de las estaciones de esquí con más historia de España".

La luz al final del túnel, que cerraba de forma temporal al conflicto, llegó hace dos semanas merced a un acuerdo preliminar entre los accionistas de Candanchú y Aramón, la entidad pública dependiente del Gobierno aragonés que gestiona buena parte de los dominios esquiables de Aragón.

En base a ese pacto se sustanció el compromiso de Candanchú, ahogada en la actualidad por una deuda de siete millones de euros, de alquilar sus instalaciones a Aramón, para que fuera esta la entidad gestora que explotara y comercializara la nueva e inminente temporada. Aramón entregaría a cambio a Etucsa unos 700.000 euros. Con estos fondos los gestores de Candanchú atenderían las deudas con Endesa y se pondrían al día en el pago de las nóminas a sus empleados, que no cobran desde el mes de junio.

Pero a partir de que se conoció el acuerdo y la llegada de fondos frescos al balance de la estación aparecieron embargos, hasta entonces ocultados por la gestión de la estación, de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social, que han dado al traste, al menos hasta este momento, con el acuerdo con Aramón. Ahora y hasta que se sustancie la situación preconcursal de la estación todo está en manos del juez y de la junta de accionistas que el consejo ha convocado para finales de mes.

Enseñando a esquiar desde 1928

Candanchú fue la primera estación de esquí inaugurada en España, abrió en 1928. En la actualidad y según los datos que aparecen en su página web, administra un total de 39 kilómetros de pistas y 27 remontes capaces de atender una afluencia de 26.000 usuarios a la hora, que dan pie a los más variados negocios en todo el valle oscense del río Aragón, principalmente hoteleros y de restauración.De ahí la enorme preocupación que ha despertado en los ayuntamientos y comarcas de la zona la posibilidad de que este foco turístico desaparezca este año. Las consecuencias serían devastadoras para una zona, asegura la prensa aragonesa estos días, especialmente castigada por la crisis y que necesita como un maná que la nieve caiga pronto y en abundancia para aliviar su situación.

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