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Cisco pone fin a siete años de relación con ZTE por supuestas ventas de equipos a Irán

Canadá se suma a EE UU en los recelos contra las chinas Huawei y ZTE

Canadá ha invocado una "excepción de seguridad nacional" para la contratación de empresas que van a construir la red de comunicaciones seguras del Gobierno, lo que permitiría al ejecutivo bloquear a algunas empresas. Aunque no dio nombre, numerosos medios internacionales apuntaban que la china Huawei sería una de las empresas afectadas.

La advertencia del Gobierno de EE UU de que los fabricantes chinos Huawei y ZTE son "una amenaza para la seguridad" del país está empezando a generar una bola de nieve que amenaza el negocio de ambos gigantes asiáticos de las telecomunicaciones. Tras el duro informe del comité de inteligencia del congreso estadounidense, que recomienda que se excluya a sendas empresas de cualquier contrato por sospechar que dejan puertas traseras en sus equipos y redes para un supuesto espionaje del Gobierno Chino, el ejecutivo canadiense ha invocado una excepción de seguridad nacional para la contratación de empresas que van a construir la red de comunicaciones seguras del Gobierno. Algo que le permitiría bloquear algunas empresas.

Aunque Canadá no ha mencionado a ninguna compañía, ayer se especuló en numerosos medios internacionales, entre ellos la BBC, que el movimiento podría ir dirigido contra Huawei. El gobierno canadiense defendió ayer que con esta decisión no viola las leyes del comercio internacional. Simplemente, aparta a aquellas empresas que considera peligrosas para participar en la construcción de una red gubernamental y los centros de datos, según explicó el portavoz del primer ministro canadiense, Stephen Harper.

Pero las reacciones no se han quedado ahí. Cisco, el gigante de las redes estadounidense, ha puesto fin a su relación con ZTE por temor al ciberespionaje. Ambas compañías mantenían relaciones comercial desde hace siete años. Cisco argumenta que ha tomado esta decisión tras determinar en una investigación iniciada en abril que ZTE ha estado vendiendo su tecnología a compañías de telecomunicaciones iraníes, algo que viola las sanciones impuestas por EE UU a ese país.

También, y según informó Reuters, el comité de inteligencia de EE UU está recibiendo múltiples llamadas de particulares y trabajadores de empresas (incluidos ex empleados de las dos firmas) alertando sobre los "comportamientos sospechosos" de equipos de ambas marcas, principalmente de Huawei. Muchos de estos avisos van en la línea de que algunos de los dispositivos de esta empresa podrían estar enviando datos a China sin autorización.

Reuters también informó que en mayo se detectó una actividad inusual en un nodo en una central en Texas donde operaba Huawei, que mandaba datos al país asiático sin permiso y de virus informáticos en otras instalaciones de partners.

Mientras, a este lado del Atlántico la Comisión Europea parece haber retrasado la investigación sobre Huawei y ZTE por competencia desleal, puesto que ningún fabricante rival europeo, como Ericsson o Alcatel Lucent, habrían denunciado a las compañías asiáticas. En mayo, Bruselas advirtió a los diferentes Estados miembros que las ayudas públicas recibidas por ambas firmas chinas violan las reglas del comercio internacional porque permite vender sus productos por debajo del precio de coste.

Con todo, tanto Huawei como ZTE han negado todas las acusaciones y han emitido comunicados tratando de minimizar el impacto del informe estadounidense en sus operaciones globales. ZTE es el cuarto fabricante mundial de teléfonos móviles y Huawei es uno de los mayores fabricantes del mundo de equipos de redes de telecomunicaciones. Esta última compañía opera en casi 150 países y actualmente 45 de las 50 operadoras de telecomunicaciones más importantes del mundo son sus clientes.

Huawei mantiene que las acusaciones del gobierno de EE UU tiene motivaciones políticas. Sea o no así, lo cierto es que China se ha convertido en el blanco de la campaña electoral y tanto Obama como Romney han subido la presión sobre Pekín.

El 'anti-iPhone' de Huawei llega a España

Huawei anunció ayer el lanzamiento en España del Ascend P1, un smartphone de alta gama con el que aspira a competir con terminales como el iPhone de Apple o el Samsung Galaxy S III. El grupo chino explicó que el dispositivo tiene una pantalla súper Amoled de 4,3 pulgadas, un procesador de doble núcleo de 1,5 gigaherzios y una anchura de 64,8 milímetros.El Ascend P1 incorpora la versión Ice Cream Sandwich del sistema operativo Android y podrá actualizarse a la versión Jelly Bean a comienzos del próximo año.Huawei dijo que Vodafone comercializará el terminal en España. Entre otras ofertas, estará disponible desde cero euros para nuevos y clientes actuales de Vodafone con la tarifa @L que incluye 750 minutos a cualquier operador, SMS ilimitados y 750 MB para navegar por internet por 60 euros al mes.

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