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Reestructuración del mapa financiero español

Las cajas aceleran sus fusiones tras la presión del Banco de España

El Banco de España y el Gobierno han aumentado en las últimas semanas las negociaciones para que la reestructuración del mapa financiero español esté concluido en junio. En tres días tres entidades de ahorro, Caixanova y Caixa Galicia, por su lado, y Caja Extremadura por otro, han anunciado proyectos de fusión o de alianzas, a los que en breve se sumarán otros, como Caixa Penedès.

Con las fusiones que hay en marcha y las que se van a anunciar en breve la reestructuración de las cajas de ahorros estará concluida en la fecha prevista, junio". Así de optimista se mostraba hace una semana un alto cargo del Gobierno. Y dicho y hecho. El lunes laXunta anunciaba el compromiso de Caixanova y Caixa Galicia de iniciar contactos encaminados a fusionarse. Aunque, como señalan fuentes de estas entidades "aún queda mucho camino por recorrer, y la fusión no está asegurada". En este caso, la presión del Banco de España, cuyo director general de supervisión, JerónimoMartínez Tello, se reunió con el presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, el 11 de marzo, ha sido decisiva para que, de momento, se haya alcanzado un acuerdo de intenciones.

El protagonismo alcanzado ahora por Caixanova, no obstante, han encendido las alarmas de la entidad que dirige José Luis Méndez y del alcalde de La Coruña, Javier Losada, que ha reivindicado el mayor tamaño de Caixa Galicia como baremo para que la sede de la futura caja se sitúe allí. Pero su homólogo de Vigo -también del PSOE-, Abel Caballero, la reclama para su ciudad.

El martes, el consejo de Caixanova tendrá la última palabra sobre si acepta o no iniciar el proceso de fusión. El consejo de Caixa Galicia ya lo ratificó ayer por unanimidad.

Otra entidad de ahorro que ayer también reconoció que se encuentra en negociaciones para unirse a las fusiones virtuales fue Caja Extremadura. Su presidente, Víctor Bravo, aseguró en rueda de prensa que el consejo de administración de la institución extremeña había acordado iniciar un proceso de integración en un sistema institucional de protección (SIP). Para ello, firmará en abril un acuerdo de confidencialidad para participar en un grupo de trabajo formado por las cajas de Murcia, Asturias -con Caja Castilla La Mancha-, Cantabria y Sa Nostra. Y a la que sepuede unir otra entidad catalana, Caixa Penedès, que tras fracasar su intento de fusión con Caixa Laietana ha buscado fuera de Cataluña nuevos socios. Inicialmente Caixanova también estaba en este proyecto, que ha aparcado hasta decidir si finalmente se fusiona o no con Caixa Galicia.

El grupo que forma este SIP contará con unos activos de 125.000 a 175.000 millones de euros. Sus fondos propios sumarían entre 6.000 y 8.000 millones, y tendría entre 2.500 y 3.000 oficinas. Este grupo pretende esperar a que se desarrolle la reglamentación de los SIP para anunciar su proyecto, aunque los responsables de estas entidades ya han mantenido varias reuniones con el Banco de España.

Banca Cívica, formada por las cajas de Navarra, Canarias y Burgos, recibirá, según varias fuentes, la aprobación de dos nuevos socios, las cajas de Ávila y Segovia. Según el informe de KPMG realizado para la Xunta en los próximos ejercicios sólo habrá de 10 a 15 cajas. Este año podrían quedar alrededor de 20 si cuajan todos los procesos en marcha.

Ordónez, contrario a fórmulas mixtas de ayuda

La idea inicial de Caixanova y Caixa Galicia de estudiar pedir una parte de las ayudas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y otra al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) parece que choca con los criterios del Banco de España. Para acudir al Fondo de Garantía se necesita que una de las dos cajas fuera insolvente, algo que no sucede ahora, explican fuentes de la institución que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Las dos entidades prevén pedir ayudas por 1.192 millones, pero el elevado tipo de interés -una medida del 8% al año- que deben pagar al FROB les ha hecho analizar la posibilidad de solicitar también fondos al FGD. Fuentes de las cajas gallegas aseguran que pese al criterio del supervisor, defenderán esta posibilidad. Mientras, el ministro de Fomento, José Blanco, declaró ayer sobre el proceso de fusión que debe "dejar de intervenir la política" y reclamó "respetar" el principio de acuerdo y la decisión que adopten las dos entidades "bajo supervisión del Banco de España". Blanco, que se desplazó a Fene (La Coruña), para supervisar las obras de la base de Salvamento y Lucha contra la Contaminación, recalcó la necesidad de que no intervenga la política para que "sean las cajas las que determinen" si el proyecto de fusión es "viable o no". Añadió que este acuerdo "demuestra" que la ley de cajas gallegas y el recurso al FROB "no eran impedimentos" para su alianza. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, por otra parte, aseguró que serán Caixanova y Caixa Galicia, las que presenten una propuesta común en la que aparezcan fijados los criterios de gobernanza de la nueva entidad. Quiere así finalizar con las críticas sobre el protagonismo alcanzado en el proceso por la caja viguesa.

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