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Tarifa eléctrica

El bono social sólo supondrá un ahorro medio de 70 céntimos en el recibo de la luz

Los consumidores eléctricos con derecho al nuevo bono social sólo se ahorrarán una media de 70 céntimos mensuales hasta enero. Dado que el bono implica una congelación de la tarifa y que ésta sube esa cantidad, los beneficiarios sólo disfrutarán de un descuento equivalente. Por tanto, las eléctricas sólo costearán 21 millones, frente a los mil millones previstos por las compañías.

Las expectativas puestas en el bono social de la nueva tarifa eléctrica de último recurso (TUR), que entró en vigor ayer, y al que tienen derecho varios colectivos de ciudadanos, se desmoronan. Teniendo en cuenta que la bonificación no es de hecho un descuento sobre la tarifa que se aplicaba hasta ahora, sino su congelación, los consumidores con derecho al bono social sólo se ahorrarán en este semestre 70 céntimos de media en el recibo mensual de la luz.

¿Por qué? Porque, según los cálculos publicados el lunes por el Ministerio de Industria, "la electricidad subirá 0,7 euros de media al mes para los consumidores domésticos hasta enero", lo que supone que la nueva TUR ha nacido con una subida del 2% respecto a la vieja tarifa integral, que desapareció ayer tras décadas de aplicación en España.

Por lo tanto, ése será el beneficio "social" para los consumidores con derecho a él: los de menos de 3 kW de potencia contratada (a los que las eléctricas deben aplicarles este mes el bono, o tarifa reducida, de forma automática); las familias numerosas; las que tienen a todos sus miembros en paros y los pensionistas mayores de 60 años con pagas mínimas que lo soliciten.

Fuentes del sector ponen en duda las ventajas que el bono puede tener para muchos de los beneficiarios, "pues pueden gastar más en teléfono o transporte para lograr su tramitación que lo que finalmente se pueden ahorrar". Bien es cierto que el bono eléctrico se otorga por dos años (después se debe volver renovar) pero, salvo fuertes subidas de la luz en este periodo, de las que se librarían los solicitantes, "no resulta demasiado atractivo". Además, no existen garantías de que otro Gobierno lo elimine en el futuro, pues se trata de un instrumento que no es del agrado de las eléctricas, que son las que lo financian.

De momento, dada la escasa ventaja del bono social en este semestre, las eléctricas no tendrán que financiar ni de lejos los mil millones de euros que, según las previsiones realizadas por Unesa, les costaría aquél. Por el momento, entre julio y enero, las 12 generadoras a las que, según la ley, les corresponde financiar esta ayuda, y siempre que se acogieran a ella los cinco millones de clientes potenciales que, según Industria, tienen derecho a la misma, dichas empresas sólo asumirán un máximo de 21 millones.

La financiación del bono social fue una de las concesiones que las cinco grandes empresas del sector hicieron durante las negociaciones con el Ministerio de Industria para acabar con el déficit de tarifa, que desembocaron en el real decreto ley de medidas energéticas aprobado en abril. A cambio del "esfuerzo social" que hacían las eléctricas, la norma admitía, entre otros, la desaparición a partir del el 1 de julio de la minoración anual que se les hacía hasta ahora de los ingresos extras por trasladar a los precios los derechos de emisión de CO2 que reciben gratis. El trueque ha resultado altamente beneficioso para el sector: 21 millones por el bono social, frente a los 500 millones por el CO2 que no se les restará en el segundo semestre de este año gracias a la ley.

Pese a todo, las eléctricas se quejan de la aplicación simultánea de la TUR y el bono social, pues les supone, como poco, reforzar la información sobre un nuevo sistema de suministro complicado. La propia Endesa, que cuenta con más de 10 millones de consumidores y ha colgado un vídeo en youtube sobre el funcionamiento de la TUR, asegura que ha dedicado más de 20.000 horas a la formación de las personas que trabajan en los servicios de atención al cliente.

Pocos descuentos

El director general de la Energía, Jorge Sanz, aseguró ayer en una entrevista RNE que no prevé "grandes descuentos" en el mercado liberalizado de la luz, ya que el Gobierno ha decidido "ajustar" al máximo la nueva TUR "para proteger" al consumidor.

Endesa pide a Industria ayuda para las pequeñas

El conflicto con las más de 200 pequeñas distribuidoras a las que la ley no permite suministrar con la nueva tarifa (sólo pueden hacerlo cinco comercializadoras de último recurso, o CUR, de las grandes eléctricas) sigue abierto. Por el momento, estas empresas a través de su asociación Cide han creado una comercializadora libre en alianza con Hidrocantábrico para retener a su casi medio millón de clientes.Queda por ver si pueden o no competir con la propia tarifa, que se fija con el precio de las subastas Cesur. El resultado de la puja celebrada el 25 de junio, 44 euros MWh, hace pensar que sí podrán hacerlo y competir con el precio de la TUR.Más complicado les va a resultar enfrentarse al bono social, que, en cualquier caso, no pueden aplicar pues sólo tienen derecho a él los hogares con tarifa. Y es que, aunque de momento es mínima, supone un gran coste para unas distribuidoras de pequeña dimensión.Según ha podido saber CincoDías, Endesa le ha pedido a Industria que deje que estas empresas puedan aplicar el bono social. Además, las propias afectadas, que quieren ser CUR como las grandes, podrían reclamar que se les reconozca la cuantía del bono.Fuentes empresariales interpretan que el apoyo de las grandes responde a que éstas no quieren absorber los clientes a tarifa de las pequeñas, pues no les resultan rentables.

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