La banca se planta ante Marsans al no aportar garantías ni vender activos
La banca ha tirado la toalla con Viajes Marsans, el grupo turístico propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán. Las entidades dan por vencido el último préstamo de 30 millones firmado el 16 de marzo al no haber aportado la compañía ni las garantías adicionales requeridas ni haber vendido activos significativos en los plazos acordados.
El martes por la tarde se celebró una conference call entre representantes del pool de bancos acreedores y Viajes Marsans en la que se constató que las entidades financieras han tirado definitivamente la toalla con el grupo turístico. Según han informado fuentes conocedoras de la situación, las entidades acreedoras dan por vencido el préstamo de 30 millones de euros firmado el 16 de marzo después de que la compañía no haya aportado las garantías adicionales exigidas ni haya vendido activos significativos en los plazos acordados por las partes.
Los bancos participantes en la teleconferencia fueron Santander, Banesto, Caja Madrid, La Caixa, Sabadell, Caja Rural de Ciudad Real, Bancaja y CAM. Entre el martes por la tarde y el miércoles por la mañana todas estas entidades habrían tomado ya conciencia de que la situación de Marsans es extrema. Según las fuentes consultadas, la entidad que había extendido más su decisión de seguir apoyando al grupo turístico sería Santander, pero este banco habría decidido ya plantarse. Esta situación acercaría aún más a Marsans al concurso de acreedores.
Crédito de campaña
Marsans y ocho entidades financieras firmaron el 16 de marzo un préstamo de 22 millones de euros, que se unen a otros 8 millones adelantados en febrero por la banca. El objetivo de este crédito era obtener circulante con el que poder afrontar los pagos más inmediatos y la campaña de verano. Esta inyección de liquidez venía siendo habitual en campañas anteriores, si bien este año -ante el deterioro de la situación de la propia compañía y las menores perspectivas de ventas en 2010- las entidades financieras eran más reticentes. Por ello, exigieron a Marsans la aportación de garantías extraordinarias y la venta de activos que ofrecieran caja al grupo. Se estima que actualmente su deuda financiera es de 160 millones.
Las necesidades de liquidez de Marsans vienen siendo apremiantes. Ha centrado sus esfuerzos en ir cumpliendo con el pago mensual a las aerolíneas por los billetes de avión vendidos en sus oficinas hasta que el 20 de abril la IATA le retiró la licencia para operar. Esto fue un golpe letal para Viajes Marsans, ya que supuso el inicio del camino hacia la inactividad en la que vive hoy. Las oficinas siguen abiertas pero las ventas son nulas, no se paga a proveedores y hay dificultades para atender las nóminas.
Las entidades desconfían de la opción de Tremón
Las entidades financieras a las que se pregunta que si están dispuestas a financiar al grupo Tremón, una inmobiliaria en concurso desde 2008, para inyectar capital en Marsans contestan rotundamente que no. El dueño de Tremón, compañía que suspendió pagos por unos 900 millones de euros, ha asegurado que la operación para reflotar el grupo turístico sería a título particular y al margen del grupo inmobiliario. ¿Qué pensarán sus acreedores tras conocer que está dispuesto a inyectar capital en una compañía que atraviesa por serias dificultades? Se ha deslizado desde fuentes sindicales que Tremón estaría dispuesto a inyectar 100 millones de euros que se completarían con entre 30 y 40 más que aportarían Ferrán y Pascual. Los bancos desconfían y el mercado también.