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A fondo

El as en la manga de absorber la subida del IVA

Una clienta paga con tarjeta en un establecimiento de moda.
Una clienta paga con tarjeta en un establecimiento de moda.

Al comercio se le agotan las medidas de contraataque. Las cadenas de distribución se están quedando sin ases bajo la manga en su lucha por relanzar la maltrecha actividad comercial. El último de ellos, el anuncio de algunas cadenas de distribución -principalmente las que compiten en el segmento de precios más bajo- de que van a absorber la subida del IVA a partir de julio y no la repercutirán a sus clientes.

Gigantes de la moda como H&M, Primark o C&A ya han asumido que se trata de una medida prácticamente inevitable, aunque vaya en contra de sus cuentas de resultados. Sin embargo, otras grandes cadenas han optado por guardar silencio. Puede que traten de no desvelar sus cartas demasiado pronto o que no quieran dar ningún traspiés o, simplemente, que aún sea prematuro definir qué se va a hacer a partir del próximo 1 de julio, cuando entre en vigor la subida del IVA del 16% al 18%.

Además, no todos los segmentos comerciales pueden recurrir a la herramienta de absorber el IVA como estrategia de ventas. Esta posibilidad es mucho más sencilla para las grandes cadenas textiles que pueden negociar directamente con sus proveedores. Especialmente con los asiáticos, con quienes renegociar volúmenes de compra y precios a la baja puede ser, al menos en teoría, mucho más sencillo.

De hecho, una de las empresas que este verano tiene asumido que no trasladará el incremento del impuesto adelanta que, a partir de ahora, se abre un periodo de renegociación para ajustar los márgenes de sus proveedores y lograr el menor gasto posible por cada unidad vendida. Sólo así, recortando los gastos en la misma proporción que se reducirán los ingresos podrán mantener sus cuentas de resultados sin excesivos perjuicios. Al menos, no las dañarán más allá de la contracción que padece el comercio.

Pero para las cadenas de distribución alimentaria (los híper y los supermercados) la posibilidad de no repercutir el alza del IVA a sus clientes no es tan sencilla. Sí podría serlo a la hora de negociar directamente con sus productores de marca blanca, con quienes podría redefinir sus contratos para tratar de arañar precios más ventajosos. Pero con los fabricantes tradicionales -es decir, con las marcas- no es fácil negociar a la baja.

La mayoría de productores han recortado al máximo sus precios de venta a la distribución para tratar de no ampliar su diferencial de precios respecto a la marca blanca. De hecho, fuentes del sector de los supermercados auguran que este segmento comercial podría seguir decantándose por las ofertas más tradicionales: los 2x1, 3x2 o la segunda unidad al 70%. Este tipo de promociones, que sólo se ponen en marcha con una gama limitada de productos, son igual de efectivas que siempre y siguen siendo un reclamo para atraer a consumidores.

Sobre todo, porque el sector no percibe una recuperación del consumo. Pese a que la pasada campaña de Navidad dejó entrever un cierto optimismo en el clima comercial, voces del sector apuntan que esta alegría ha sido efímera. Aseguran que el consumo ha vuelto a congelarse desde mediados de enero y que no ofrece mejoras respecto a 2009, cuando la crisis ya había entrado en su apogeo.

Por el momento no hay datos sobre cómo se desarrolló la campaña de rebajas de invierno, que concluyó el pasado fin de semana. Pero el hecho de que los descuentos y las promociones hayan sido mucho más agresivas que en años anteriores ha derivado, inevitablemente, en una caída de los ingresos ya que los consumidores no han acudido en masa a los establecimientos comerciales.

Tampoco hay que olvidar que el margen de maniobra de las empresas de distribución no permite muchas licencias. Desde que comenzó la crisis, todas las compañías del sector han puesto en marcha severos planes de recorte de gasto para ahorrar en todas las partidas posibles. Por ejemplo, dos empresas españolas han hecho gala en los últimos meses de su política de contención de gasto: Inditex, dentro del sector textil; y Mercadona, como líder del segmento de los supermercados.

En el caso de la multinacional textil gallega, el ahorro previsto para el conjunto de 2009 era de 75 millones de euros. Un objetivo que la multinacional española habría logrado gracias al recorte de gastos en todas sus partidas: desde los costes de personal, al almacenaje o el precio de sus locales comerciales.

Mientras, aunque sean negocios muy diferentes, Mercadona ha seguido una estrategia muy similar. En el caso de la cadena de supermercados valenciana el recorte de gastos ha procedido, principalmente, de los cambios que ha llevado a cabo en la producción de sus productos de marca blanca. Sólo cambiando los envases de cerca de 600 productos, la compañía ha logrado un ahorro aproximado de 410 millones.

Este recorte de gastos ha tenido una consecuencia inevitable, el desplome de los precios del alquiler y la caída en picado de la construcción de nuevos espacios comerciales. Según el informe publicado ayer por Cushman & Wakefield (C&W), en 2009 se construyeron 333.000 metros cuadrados de nueva superficie comercial (206.000 de centros comerciales y 127.000 parques). Una cifra que pese a ser significativa representa un desplome del 70% respecto a 2008. Además, augura que muchos proyectos que empiezan a echar a andar podrían estar en el aire.

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