Amazon negocia con las editoriales lanzar un servicio de libros en 'streaming'

El gigante del comercio electrónico Amazon está manteniendo conversaciones con distintas editoriales para introducir un servicio de libros en streaming, similar al ya exitoso modelo de suscripción implantado por Netflix, en este caso ligado al cine y a las series de televisión, según reveló ayer The Wall Street Journal.

El diario explicó que, según fuentes conocedoras del proyecto, el nuevo servicio de alquiler de libros estaría preparado para suministrar contenidos editoriales a tabletas y libros digitales. Y los usuarios abonarían una cuota anual para acceder a estar biblioteca online. Lo que no aclara el rotativo es en qué punto están las conversaciones entre Amazon y las editoriales para lanzar esta plataforma que podría revolucionar el sector de los libros.

Al parecer, Amazon les habría explicado a los editores que su intención es ofrecer bajo esta fórmula títulos antiguos. Los contenidos estarían disponibles para los clientes Amazon Prime, que ya pagan a la compañía una cuota anual de 79 dólares (57 euros) por ver películas y programas de televisión. Las fuentes citadas por el periódico también aclararon que Amazon contempla limitar la cantidad de libros que el cliente podría leer, además de recompensar generosamente a los editores que decidan participar en el programa.

Por el momento, no está claro si alguna editorial se ha adherido al proyecto, pero varios dirigentes de esta industria indicaron que "no estaban entusiasmados con esta idea porque piensan que podría reducir el valor de los libros y porque podría perjudicar la relación que tienen otros distribuidores".

Los analistas ya han empezado a sacar sus primeras conclusiones y todos coinciden en que el servicio sería un aliciente más para que la gente se suscriba a Amazon Prime y va en la línea que persigue Amazon de querer ser más que un jugador transaccional e impulsar sus negocios de suscripción de contenidos y de publicidad. Por otro lado, hay expertos que aseguran que si el proyecto va adelante, obligará a establecer en la industria del libro el mismo sistema de ventanas que en el cine, para jerarquizar el orden en que se distribuyen.