Telefónica se une al pensamiento diferente

Caroline Casey es una persona que piensa diferente. A los 28 años lo demostró, al dejar su trabajo de consultora de negocio en Accenture en su Irlanda natal para perseguir un sueño: recorrer la India a lomos de un elefante. Fueron 1.000 kilómetros, pero los hizo, y aprovechó para convertirse en la primera mujer occidental en alcanzar el estatus de domadora de elefantes. También lo demostró cuando ideó la Vuelta al Mundo en Ochenta Maneras, con tres aventureros encargados de cruzar el globo usando 80 medios de transporte diferentes. O cuando se convirtió en la primera irlandesa nombrada joven líder global en el Foro de Davos.

Pero ella no se conforma con pensar diferente. Su objetivo es que toda la sociedad adopte una manera distinta de enfrentarse al mundo y, sobre todo, a la discapacidad. Ella es ciega, los tres aventureros que cruzaron el globo también y nada de eso les ha impedido disfrutar de la vida o dar a los demás los talentos que llevan dentro. ¿Por qué entonces las empresas, la sociedad, no se unen al movimiento y piensan diferente también?

Con esa idea nació la organización sin ánimo de lucro Kanchi, hace ya diez años. Caroline fue su creadora y desde entonces lucha por cambiar la percepción mundial, por quitar las barreras a la discapacidad y la venda a las empresas. "Cuando se habla de discapacidad, lo primero que viene a la mente es un sentimiento negativo. Hay que terminar con eso, que se piense en positivo", señala. Para Caroline, es fundamental cambiar el modelo, pasar de la caridad y la compasión a los valores, a la contribución, al reconocimiento del talento.

Con esa idea llamó a la puerta del Gobierno irlandés. Llevaba una nueva iniciativa debajo del brazo: premiar a las empresas capaces de integrar la discapacidad en el entorno corporativo, como clientes, empleados o proveedores. Buscar esas compañías que piensan diferente y reconocerlas por ello, en un movimiento capaz de marcar el camino a las demás.

El Ejecutivo irlandés aceptó la iniciativa, pero tres años después seguía faltando un patrocinador. Fue entonces cuando el camino de Caroline se cruzó con el de Telefónica. Kanchi acudió a su filial irlandesa, O2, y la teleco no lo dudó. En 24 horas los premios eran un hecho.

Los primeros galardones se dieron en 2004; fueron los O2 Ability Awards. A la tercera edición acudió desde España un alto directivo de Telefónica. Estuvo en la cena de entrega de los galardones y tuvo claro que había que traerlos a territorio nacional. Otra vez coincidieron los caminos, con una Caroline convencida de que las iniciativas de fomento de un mayor nivel de compromiso con la discapacidad para impulsar el cambio introduciendo el pensamiento positivo basado en soluciones tenían que cruzar fronteras para hacerse internacionales.

A Caroline le tocó luchar una vez más. Esta vez no fue contra empresas o instituciones encorsetadas, sino contra la nube de cenizas de un volcán islandés. Tomó varios ferries, unos cuantos aviones y muchos taxis. 26 horas en total. Pero al final llegó. Ayer estuvo en Madrid, sentada junto a César Alierta, presidente de Telefónica, y de Luis Abril, director de la Secretaría General Técnica de Presidencia.

"Esto es el principio de un movimiento para integrar la discapacidad en las empresas. Vamos a cambiar un poco el mundo", aseguró Caroline. "La discapacidad puede y va a significar un motor de crecimiento para nuestra economía", contestó Alierta. Juntos presentaron ayer en sociedad los Telefónica Ability Awards, llamados a galardonar a las empresas españolas que no han dado la espalda a ese 10% de la población mundial que vive alguna discapacidad.

Habrá nueve premios, que se entregarán en una cena de gala el próximo noviembre. PricewaterhouseCoopers verificará todo el proceso y elegirá a los prefinalistas. El jurado decidirá a quién premiar, apoyado por un patronato compuesto por miembros de los ministerios de Sanidad y de Industria, del Congreso, de la Comunidad de Madrid, PricewaterhouseCoopers, RTVE, Telefónica, CEOE, Cepyme, UGT, Comisiones Obreras, la ONCE, Cruz Roja, Cáritas, ATAM, IESE, IE, ESADE o las Naciones Unidas, entre otros.

La próxima etapa será llevar los premios a Alemania o Brasil, también de la mano de Telefónica. Todavía no han decidido hacia donde crecer, pero están seguros de que lo harán. "Caroline me comentaba que no hay metas imposibles", recordó Alierta durante la presentación. "Y la inclusividad tampoco lo es".