Telefónica lleva dos años sin repatriar fondo alguno desde Venezuela

La última vez que Telefónica recibió el visto bueno de las autoridades de Venezuela para repatriar dividendos de su filial fue durante 2008. Desde 2006, la compañía española había ido pidiendo permiso para traerse cada vez más fondos. Fueron 137 millones de dólares ese año, 240 millones el siguiente y 365 millones de dólares en la última autorización.

Desde entonces, los fondos repatriados son cero. Y no porque Telefónica no esté generando dinero en ese país. La filial venezolana es una de la que mejor funciona en Latinoamérica, la tercera con más ingresos, sólo por detrás de Brasil y Argentina. La alta inflación ha disparado su crecimiento y la nacionalización de su principal competidora, Cantv, ha convertido a la operadora de móvil en favorita del público, por los problemas de funcionamiento de su rival.

Como resultado, Telefónica cuenta con miles de millones de euros de tesorería en el país. Es más, los dividendos que consiguió sacar entre 2006 y 2008 no eran ni una mínima parte de lo que tenía. De hecho, todavía le quedan por repatriar beneficios que se acumulan desde 2006.

En total, se calcula que Telefónica tenía 2.000 millones de euros en dividendos pendientes de repatriar a finales de 2009. Con la llegada de 2010 todo cambió. Si el bolívar estaba a 2,15 por dólar el 7 de enero, se quedó en 4,30 al día siguiente. Venezuela, al fin, había devaluado y los fondos de Telefónica se convirtieron en 24 horas en la mitad de lo que tenía. Eso sí, existe la posibilidad de sacar algún dividendo a un cambio de 2,60 bolívares por dólar. Según las últimas informaciones de Telefónica, los fondos que tiene retenidos en Venezuela equivalen a 1.800 millones de dólares -unos 1.400 millones de euros al tipo de cambio del momento en que lo comunicó-.

Malas perspectivas

La posibilidad de sacar estos fondos está cada vez más lejos, según reconocen desde mayo altos directivos de Telefónica. Pero la situación empeora por momentos. Ahora, ya no se trata sólo de un tema financiero, sino también operativo.

Desde el inicio de agosto, la operadora lleva avisando de que ha dejado de pagar a sus proveedores internacionales por falta de dólares. Las autoridades venezolanas los han restringido al máximo para evitar, según aseguran, la especulación y la fuga de capitales. Otras fuentes señalan que las restricciones se están produciendo porque Venezuela, simplemente, se ha quedado sin dólares por la crisis internacional y sus turbulencias financieras.

El problema es que el bolívar tiene un tipo de cambio fijo -sobrevalorado-, no cotiza en los mercados y no es aceptado en las transacciones internacionales. La única posibilidad de pagar a los proveedores extranjeros es en dólares y el único que puede cambiar los bolívares por la moneda estadounidense es el Gobierno de Venezuela. Puesto que no lo hace, Telefónica se ha quedado sin divisas para pagar a sus proveedores y no está dispuesta a hacerlo con fondos de otras filiales, porque eso daría alas a las autoridades venezolanas y eliminaría su capacidad de presión.

Ante la falta de pago, los proveedores han suspendido el servicio a Telefónica, según un comunicado. Lo avisó hace una semana y se concretó el jueves. Quince suministradores de 13 países han cerrado el grifo porque ya no pueden aumentar más su deuda, lo que tendrá efecto sobre las llamadas de clientes que se encuentren en el extranjero.