Telefónica se convierte en la tercera 'teleco' de Alemania con la compra de Hansenet

El aumento de la participación en China Unicom y la compra de Hansenet ya están conseguidas. Ahora queda la entrada en la plataforma de televisión de pago Digital+ con una participación minoritaria y la opa sobre la brasileña GVT. Eso, al menos, entre los deseos declarados de crecimiento de Telefónica, porque puede que haya más. Y es que la operadora española está aprovechando el buen momento del mercado para comprar y reforzarse, en un intento de compensar la madurez de algunos países en los que está presente, la fuerte rivalidad que hay en todos ellos y la tendencia a rebajar el consumo de sus clientes.

Estas circunstancias han provocado caídas de facturación en las cuentas de Telefónica en los dos trimestres del año de los que hay resultados oficiales. Y no es algo común en el ex monopolio, que no veía reducirse sus ingresos desde 2003.

La fórmula que ha diseñado César Alierta, presidente de la operadora, para frenar esta tendencia es ganar tamaño en los mercados donde ya tiene negocio, para obtener una presencia global y en todos los segmentos de las telecomunicaciones, y aprovechar las oportunidades en otras actividades de las que pueda sacar partido.

GVT y Hansenet forman parte del primer grupo. La brasileña convertirá a Telefónica en una operadora con presencia nacional en telefonía fija y banda ancha, complementando su poder en móvil, lo que aporta campo para el crecimiento y las sinergias. El próximo 19, último día para aceptar la opa que se ha presentado sobre ella, se conocerá el desenlace, siempre que Vivendi no interfiera en el camino con una contraoferta. Todo apunta a que Telefónica se hará con ella, pero todavía hay incertidumbre. Con Hansenet se ha eliminado. Tal y como se preveía, el consejo de Telecom Italia dio ayer el visto bueno a la compra, que se cerrará en el primer trimestre de 2010.

Telefónica se ha impuesto a Vodafone y a United Internet en la puja, aunque partía como favorita al formar parte del grupo de control de Telecom Italia, la dueña de la empresa vendida. Con esta transacción, la española entra a competir en banda ancha, algo que hasta ahora hacía de forma casi testimonial, como demuestran sus poco más de 253.000 clientes.

Con Hansenet, Telefónica se convierte en un operador integrado, que ofrece a los usuarios toda la gama de servicios. Cuando consume la transacción, será la cuarta operadora de banda ancha, con 2,2 millones de clientes, y seguirá siendo la cuarta también en móvil, puesto que ocupa desde que compró O2. Pero asciende hasta la tercera posición entre las telecos del país, por detrás de Deutsche Telekom y de Vodafone, por volumen de negocio, con una facturación conjunta de 5.000 millones.

Lo más llamativo de la transacción, sin embargo, es el precio. Telefónica paga 900 millones de euros en efectivo, muy cerca de su primera oferta de 850 millones que había sido rechazada, por debajo de los 1.000 millones previstos y a años luz de los 1.500 millones que reclamaba el segundo accionista de Telecom Italia.

Esta cifra, además, incluye la deuda de 610 millones que Hansenet tenía con la operadora italiana, lo que significa que Telecom Italia sólo ingresará 300 millones; el resto será reducción de pasivo. La mayoría de los analistas coincide: la tasación es muy favorable para Telefónica.

El precio por usuario que esta transacción implica es el más bajo de las últimas compras que se han hecho en el sector. Sólo en España, Orange pagó 800 euros por cada abonado de Yacom, mientras que Vodafone desembolsó 850 euros por cliente de Tele2. Telefónica pagará menos de la mitad; poco más de 400 euros por consumidor en Alemania, cuando está dispuesta a desembolsar 1.000 euros por usuario de móvil en Brasil, con GVT.