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Caixa Geral facilita un préstamo

La Seda logra 95 millones para retomar las obras de la planta en Portugal

La Seda ha conseguido que su socio Caixa Geral desembolse 95 millones en un crédito puente para desencallar de forma inmediata la construcción de la planta de PTA de Sines (Portugal). Los problemas financieros del grupo químico provocaron la paralización de las obras en septiembre pasado.

Caixa Geral ha vuelto a salvar los muebles a La Seda. La entidad financiera portuguesa, que salvó del colapso a su participada a la vuelta del verano pasado con una línea de financiación de circulante, ha desembolsado ahora un crédito puente de 95 millones de euros para que la compañía química retome la construcción de la factoría de PTA (base química para producir plástico PET para envases) de Sines (Portugal).

La Seda firmó en enero pasado la financiación completa del proyecto (project finance) que consta de un préstamo a 15 años de 371 millones, pero con la condición de que la compañía que preside José Luis Morlanes aprobara antes una ampliación de capital comprometida de 300 millones. Como esta última operación aún no se ha producido, la compañía ha negociado con éxito que Caixa Geral, que controla el 7,2% del capital de La Seda, facilite el crédito puente, una especie de anticipo para reanudar las obras de la factoría portuguesa, paralizadas desde septiembre pasado.

Fuentes cercanas a la empresa señalaron que las obras se reiniciarán rápidamente, a mediados de mayo. Los 95 millones del crédito forman parte de la financiación de 371 millones, operación que ya lideró Caixa Geral. La construcción de la macroplanta de Sines se inició en marzo de 2008, considerada como un proyecto estratégico por el Gobierno luso, contando con ayudas y subvenciones públicas autorizadas por la Comisión Europea (CE).

El grupo químico está a la espera de ampliar capital en 300 millones

La capacidad del centro se situará en las 700.000 toneladas anuales, lo que permitirá equilibrar la oferta y la demanda de este tipo de producto en el continente europeo, que se ve obligado a importaciones de Asia hasta 500.000 toneladas. Además, Artenius Sines generará 150 puestos de trabajo directos y 200 indirectos. La factoría de Sines contará con las últimas tecnologías de producción y será más eficiente que la planta de Wilton (Reino Unido), fábrica que la propia compañía española cerró el año pasado.

Con la reanudación de las obras de Sines, La Seda vuelve progresivamente a la normalidad industrial, después de más de un año de colapso financiero. A principios de marzo, la empresa logró que el 75% de la banca que forma parte de un crédito sindicado de 600 millones aceptase un plan de reestructuración de la deuda.

Con todo, falta una pieza en el encaje para reequilibrar el balance del grupo: la ampliación de 300 millones aprobada en junta en diciembre pasado, en la que 150 millones deben ser convertidos en capital por la banca acreedora. En esta misma operación debe entrar el nuevo socio industrial, el grupo también portugués BA Vidro, que aportaría 65 millones.

Reorganización

Para facilitar la entrada del nuevo accionista, la compañía se ha reorganizado en dos divisiones, una dedicada a la producción de plástico, y otra que se centra en la elaboración de envases. La Seda también ha formado una tercera área que aglutina los activos no estratégicos.

Sin embargo, hasta el momento, la compañía no ha conseguido desprenderse de ninguna de las plantas en venta. Morlanes pensaba ingresar por este concepto hasta 350 millones.

La Generalitat también entrega los 15 millones para El Prat

La Generalitat catalana también ha desembolsado los 15 millones aprobados hace semanas para impulsar la actividad de la factoría de El Prat de Llobregat (Barcelona). Después de unas negociaciones que han durado más de un año, el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) aprobó el préstamo, que de igual forma que la refinanciación de la deuda, estaba ligado a la aprobación de la ampliación de capital de 300 millones referida.Así, la factoría de El Prat ha retomado su producción, anulando el expediente de regulación temporal que pesaba sobre la plantilla de 180 personas. De igual forma, la planta de IQA de Tarragona ha aumentado la producción hasta el 90% de su capacidad.

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