El Salón de Ginebra resiste la tormenta

Cuando los negocios son difíciles, es más necesario promover los productos y exponerlos'. Las palabras son del presidente del Salón de Ginebra, Luc Argand. El día que las pronunció, el pasado 17 de febrero, el directivo no ocultó su orgullo de que la 79 edición del Salón Internacional, el único evento europeo de nivel mundial que se celebra anualmente en Europa, haya conseguido esquivar la crisis.

Argand explicó que a pesar del difícil momento de los fabricantes de automóviles, la organización ha logrado adjudicar todos sus espacios a expositores, lo que le permitirá contar en esta edición con 130 estrenos mundiales y europeos. 'La crisis ha tenido un impacto menor en las reservas', ya que 'sólo dos compañías asiáticas sin especificar cuáles de poca importancia y el grupo Michelin anularon su participación en el salón'. Además, General Motors redujo a la mitad su stand, aunque el espacio que dejó libre fue ocupado por otras empresas, según el presidente.

Evidentemente, los coches son los grandes protagonistas de un acontecimiento de estas características. Pero ahora más que nunca, los directivos de las empresas estarán en el objetivo de los periodistas acreditados. Y es que al evento acudirán los principales responsables ejecutivos de compañías en dificultades como Renault, Citroën o, sobre todo, General Motors.

No en vano, el evento de Ginebra será la primera ocasión en la que comparezca el presidente de la filial europea de la compañía estadounidense, Carl Peter Forster, después de anunciar el pasado viernes que Opel se segregará de General Motors tras 80 años en el seno del grupo. El viernes, el consejo aprobó un plan de viabilidad para la empresa europea que contempla la solicitud de 3.300 millones de ayudas públicas, además de los 3.000 millones que aportará la matriz desde Detroit. También estarán en el punto de mira otros directivos como Carlos Ghosn, presidente de Renault y de Nissan, quien recientemente supeditó la supervivencia de la planta de Valladolid a que el Gobierno español ayude a desarrollar y producir un coche eléctrico.

Evidentemente, en Ginebra no todo serán problemas, ya que sin nuevos modelos no hay ventas. El gigante nipón Toyota presentará a escala mundial su nuevo monovolumen Verso, una de sus grandes apuestas europeas. Renault, por su parte, aprovechará el salón para mostrar la versión familiar del Mégane de tercera generación y el nuevo Scénic. Volkswagen no será menos y llevará la quinta generación del Polo, que se fabricará en parte en la planta de Pamplona. La firma automovilística checa Skoda, también propiedad de la multinacional alemana, presentará su nuevo modelo todoterreno Yeti. Más lujosos serán el nuevo Audi A4 Allroad y los nuevos A5 y S5 en sus versiones descapotables. Su rival BMW presentará un prototipo llamado Concept Serie 5 Gran Turismo, una mezcla entre un todocamino, un monovolumen, y un deportivo.

General Motors revelará su gran apuesta eléctrica, el Opel Ampera, un modelo compacto de aspecto futurista que se podría lanzar comercialmente en 2011. La marca Saab, actualmente en proceso de escisión de General Motors, lanzará el todocamino 9-3X, un coche con carrocería familiar equipado con un motor turbo de 2.0 litros que desarrolla 210 caballos de potencia. Otra marca de GM, Chevrolet, llevará el nuevo modelo Spark -que se comercializará en Europa a principios del 2010- y el Cruze, un nuevo sedán compacto. Otro de los protagonistas será el Concept DS Inside de Citroën. Adelanta una nueva familia de modelos de la marca francesa y una nueva filosofía de producto. La italiana Fiat, por su parte, mostrará la versión descapotable de su modelo 500, que tiene las mismas dimensiones que el modelo convencional.

Algo más grande que el 500, pero más pequeño que lo que suele ser habitual en los modelos de la compañía será el prototipo 200EX de Rolls-Royce, una versión experimental del modelo RR4 que empezará a fabricarse en agosto.