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Textil

Sáez Merino despedirá al 74% de su plantilla

654 despidos, el 72% de la plantilla, y el cierre de las cuatro plantas de producción que le quedaban. Ese es la propuesta presentada por Sáez Merino al juez para garantizar su continuidad como empresa meramente comercial.

Punto y final a una historia de 54 años. Sáez Merino ha decidido dejar de fabricar los míticos tejanos Lois. La crisis del sector textil provocada por la competencia de los productos de países asiáticos, ha podido más que esta empresa que llegó a vestir a generaciones de españoles. La empresa que preside Vicente Sáez Merino, hijo de uno de los fundadores, ha pedido al juzgado que lleva el proceso concursal en el que se haya inmersa poder despedir a 654 empleados de los 913 que tiene en la actualidad. Es el 72% de la plantilla, fundamentalmente todos aquellos vinculados a las cuatro plantas de producción que aún mantenía y que ahora quedarán vacías. Sáez Merino se limitará a diseñar y comercializar las prendas que fabricarán empresas subcontratadas en otros en países.

El plan presentado por la compañía supone el cierre de las dos plantas en las que fabricaba el tejido que se empleaba en la fabricación de las prendas, ubicadas en Cheste (Valencia) y Segorbe (Castellón), así como las otras dos que aún realizaban confección, Benaguasil (Valencia) y Daimiel (Ciudad Real). Igualmente, se reduce el personal en todas las áreas vinculadas a estas actividades y se cierran varios almacenes que tenía en distintas localidades. No se salva ni la sede central de la compañía, un moderno edificio ubicado en el polígono Vara de Quart en Valencia que también se vaciará. La empresa ha optado por concentrar toda la actividad comercial y de diseño en la planta de Benaguasil. Todos estos activos se pondrán, casi con toda seguridad, a la venta, lo que daría liquidez a la compañía, que tiene un pasivo de 65,8 millones y serias dificultades para obtener financiación.

'Este ajuste tan drástico se debe a la resistencia que la empresa ha tenido tradicionalmente a renunciar a su actividad industrial, lo que provocó que no se secundara el camino marcado por los principales competidores hacia la total subcontratación', explicó ayer la empresa en un comunicado. Es una manera de reconocer el error que cometió hace menos de dos años cuando optó por un término medio, cerrando cuatro plantas y despidiendo a 542 trabajadores. La medida, calificada ahora por la empresa como 'insuficiente y tardía', no evitó que la firma cerrara 2005 con pérdidas de 14,1 millones.

Los sindicatos, que ayer tuvieron un primer contacto con la dirección de la compañía, han anunciado 'fuertes movilizaciones' contra esta decisión y reclamarán la intervención de la Generalitat Valenciana -que debe emitir un informe pero que no es vinculante al estar el ERE dentro del proceso concursal- para que 'evite esta barbaridad y sangría de empleo'.

La tercera crisis en 15 años

Sáez Merino ha pasado por dos momentos delicados en su historia. En 1992 la compañía registró su primera suspensión de pagos, con un pasivo de 30 millones de euros, que le llevó al cierre de tres plantas y al despido de 326 trabajadores. En 2004 se produjo la segunda gran reducción de empleo, con el cierre de otras cuatro fábricas y la rescisión de 542 empleos. En las dos anteriores la empresa mantuvo líneas de producción, algo que no contempla esta tercera crisis.

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