El Real Zaragoza, otra diana en la mira de inversores extranjeros

El Real Zaragoza puede seguir los pasos de clubes como el Racing de Santander, el Málaga, el Tottenham o el Manchester City. El fondo soberano de Dubái está a punto de hacerse con el club maño. El presidente y accionista mayoritario, el constructor Agapito Iglesias, intenta salvar la precaria situación económica por la que atraviesa el equipo, con una deuda estimada que supera los 130 millones de euros.

A pesar de que la entidad no lo ha confirmado oficialmente, fuentes cercanas y numerosos medios aseguran que ya existe un preacuerdo con una opción de compra que debería hacerse efectiva entre el 15 y el 22 de este mes. La oferta incluye el pago de tres millones por la propiedad (que sería recortado en el caso de que el club descendiera a Segunda División), la asunción de una deuda de 130,9 millones y la liberación de los avales suscritos por el presidente de la entidad.

La del Zaragoza sería la segunda gran operación de este año en el mundo del fútbol, poco después de que el multimillonario indio Aly Syed comprara el Racing de Santander. En el caso del club aragonés, pondría fin a la incertidumbre vivida en las últimas semanas, cuando llegó a rumorearse el plante de los jugadores por el atraso en el cobro de sus salarios. Curiosamente, en los momentos más duros, el equipo encadenó tres victorias seguidas, que le sacaron de los puestos de descenso, después de haber permanecido como farolillo rojo casi toda la temporada. El mérito se atribuye, en gran medida, al entrenador mexicano, Javier Aguirre, que ha sabido aislar a los jugadores de la tormenta financiera. Sin embargo, las dificultades económicas han impedido la contratación en el mercado de invierno de un delantero.

Agapito Iglesias asumió la presidencia del Real Zaragoza en momento de euforia, tanto para su negocio como para el propio equipo. Se rodeó de un equipo de directivos de alto renombre. Entre ellos, el exconsejero autonómico de Economía, Eduardo Bandrés, que asumió la presidencia. Del sueño de jugar la Liga de Campeones se pasó al infierno de la Segunda División. Por suerte, se recuperó pronto la categoría, pero los problemas económicos se agudizaron. Iglesias se fue quedando solo, tras la sucesiva dimisión de los prestigiosos consejeros.

Si la operación concluye con éxito, el principal ganador será Agapito Iglesias, para quien la presidencia del Zaragoza ha sido una dura experiencia. Agobiado por las deudas y con el divorcio de la desencantada afición, el traspaso al fondo soberano vendría a ser para él como uno de esos idílicos oasis orientales, de los puede venirle el dinero. Con ello sería mucho menos amarga la presidencia que seguiría ostentando hasta final de temporada.