Quintás pide prudencia a las cajas por los riesgos del mercado inmobiliario

Los responsables de las cajas de ahorros, líderes en España en volumen de hipotecas, empiezan a estar preocupados por el futuro del mercado inmobiliario. Tras advertir hace unos meses de que se habían detectado 'signos de cambio' en esta actividad, las expectativas son ahora bastante más pesimistas.

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, aprovechó ayer la asamblea anual del sector para pedir prudencia a las entidades financieras. Quintás alertó de la posibilidad de que se avecine un 'cambio brusco' del mercado inmobiliario, debido a las 'asimetrías' existentes entre el fuerte ritmo de crecimiento en la construcción de viviendas y una desaceleración de la demanda. Añadió que esta desigualdad puede tener consecuencias negativas sobre el empleo y el crecimiento económico.

Riesgos

Aun así, la CECA considera que estos riesgos no se trasladarán a la banca, que en los últimos años ha mantenido incrementos récord en hipotecas, ya que la subida de los tipos de interés oficiales actuará de freno a la demanda de créditos para la compra de una vivienda. Las cajas prevén que el precio de los inmuebles crecerá un 5% en 2007, frente a incrementos por encima del 10% de los últimos años.

No es la primera voz de alarma. Hace unos días, la Asociación Hipotecaria Española (AHE) señaló que 2006 será el 'punto de inflexión' del negocio hipotecario, que cerrará el ejercicio con aumentos del 23,5%. Para 2007, la AHE prevé subidas de entre el 14% y el 18%.

Sin embargo, las cajas consideran que el agotamiento del filón de las hipotecas no debe ser motivo de preocupación, ya que se han abierto nuevas posibilidades de negocio, como las procedentes del colectivo de los inmigrantes y la tercera edad. La reforma de la Ley Hipotecaria, que impulsará productos como la Hipoteca Inversa, o la Ley de Dependencia potenciarán estos dos segmentos de negocio.

De momento, el sector está a punto de poner el broche de oro a otro ejercicio brillante, con crecimientos de su balance del 20%. El máximo responsable de la CECA señaló que esta evolución hace prever que 'antes de acabar el año los activos totales de las cajas, por primera vez en su larga historia, sobrepasarán la cifra del PIB español'.

Quintás dedicó parte de su intervención para hacer un repaso de las incertidumbres que traerán en 2007 los cambios en el entorno regulatorio. Y citó Basilea II (nuevos requerimientos de capital), la Mifid (directiva sobre los mercados financieros) y el SEPA (implantación del área única de pagos).

Tampoco quiso olvidar la continua presión regulatoria a la que se han visto sometidas las cajas en los últimos años desde Bruselas, donde en varias ocasiones se ha cuestionado su naturaleza jurídica. El presidente de la CECA recordó que las entidades de ahorro españolas operan en condiciones diferentes a las de otros países, como puede ser el caso de las alemanas.

Con el objetivo de hacer frente a todos estos avatares legislativos, el consejo de administración de CECA aprobó ayer la creación de una dirección general adjunta, que aglutinará el área asociativa y la secretaría general. Como responsable, se ha designado a José María Méndez, de 40 años, que ejercerá de interlocutor con los organismos reguladores y supervisores. El área asociativa estaba hasta ahora pilotada por Manuel Lagares, que se jubilará el próximo día 1 de enero.

Otra de las áreas que se potencia es la de obra social y relaciones institucionales que, dirigida por Carlos Balado, pasa a depender de presidencia. El último cambio afecta a la división de auditoría y control, cuya actividad se separa del área de riesgos con el propósito de adaptar la estructura de CECA a las recomendaciones de buen gobierno. La primera está en manos de Juan de D. Gómez-Zurita y, la segunda, de José María Fominaya.