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Bajo coste

Muchas aerolíneas pasan por 'low cost' sin serlo

En Europa, existen 60 compañías que se denominan low cost. Sin embargo, la mayoría de ellas no corresponde a lo que los expertos entienden como estructura de bajo coste. Es más, su política empresarial dista de este modelo, pero se meten en el mismo saco por sus tarifas más económicas. No es lo mismo aerolínea de bajo coste que aerolínea de precios bajos. El problema viene cuando el consumidor no las identifica.

En realidad, sólo existen tres compañías aéreas que cumplen con los parámetros de bajo coste si se atiende a todas las variables de gestión del gasto. Serían Easyjet, Ryanair y Air Berlin, el resto (es decir, 57 de las 60) obedecerían a otro tipo de modelo de compañías con precios reducidos.

Para diferenciarlas, conviene hacer un repaso a su estructura empresarial. Existen tres requisitos fundamentales en el control de los gastos (de combustible, aviones y de aeropuertos), por los que se establece la diferencia entre ambas en la forma de operar.

Una aerolínea de bajo coste siempre tiene mayor capacidad de ahorro por varios motivos. Primero, porque 'tiene gran fuerza de compra de aeronaves que se traduce en un elevado ahorro sustancial', explica Arnaldo Muñoz, director general de Easyjet .

La compañía británica, con 122 aeronaves, anunció recientemente un pedido de 315 aviones Airbus hasta 2015. Ryanair, con 113 aviones, también realizó un pedido reciente de más de 50 aeronaves con Boeing. Estos pedidos no suelen ser tan numerosos en el resto de aerolíneas, por esta razón no pueden hacer hucha. 'En el mercado se habla de low cost cuando se dispone de una flota de más de 100 aviones', aclara Muñoz.

Otra de las diferencias que marca a una compañía de bajo coste es el control del gasto en los aeropuertos. Conviene incluir en este apartado las tasas que una compañía tiene que pagar, las ayudas que recibe y el tiempo promedio entre operaciones. Cuanto más rápida es la gestión de la facturación y del embarque del pasaje, más vuelos pueden hacer al día lo que les permite también rentabilizar su actividad.

'El tiempo promedio entre vuelos es crucial para ser eficaces', explica Muñoz. La aerolínea británica tarda sólo 25 minutos entre un vuelo y otro. Su rival, la irlandesa Ryanair, utiliza aun menos tiempo entre sus operaciones; 20 minutos. Sin embargo, esta compañía opera en terminales de segunda, con menos tráfico y con mayor facilidad para controlar al pasaje. En el otro lado se encuentra, la española Vueling, que tarda entre 30 y 40 minutos, mientras que una aerolínea regular como Iberia se prolonga el embarque hasta 45 minutos.

Para conseguir rapidez, las aerolíneas de bajo coste recurren al embarque sin asignación de asientos. De esta forma, para entrar en el avión dividen al pasaje por grupos (familias con niños, viajeros de negocios..., etc.), a fin de aligerar el tiempo de espera.

La rapidez de operaciones les permite tener un mayor número de vuelos al día. Easyjet consigue 11 horas de actividad, mientras que Vueling solo puede volar 10 horas diarias. De esa forma, los gastos de aeropuertos y de vuelos se amortizan con la mayor actividad.

El coste personal, clave para volar barato

Hablar de bajo coste es referirse también a grandes ajustes de personal. British Airways, por ejemplo, tiene una plantilla de 1.000 personas por cada millón de pasajeros transportados. Muy por debajo se encuentran las compañías de precios reducidos como Vueling que cuenta con 300 personas por cada millón de pasajeros. En las low cost, este porcentaje es aún más bajo. En Easyjet, el número de trabajadores no llega ni a los 100 por cada millón de clientes.Tampoco derrochan en publicidad. Las aerolíneas de bajo coste sólo destinan tres millones de euros a acciones promocionales, frente a los 4,6 millones de euros de las aerolíneas de precios bajos, como Vueling. La gestión autónoma es otra de las características de las low cost. Normalmente no dependen de nadie por lo que pueden operar de manera independiente e incluir en su oferta otros servicios complementarios al vuelo como el alquiler de vehículos, seguros de viaje o establecimientos hoteleros. En el otro extremo, se dan casos como Clickair, cuya actividad aérea está en función del negocio de Iberia.El precio final de los vuelos no depende del bajo coste: la tarifa promedio de los billetes de Vueling es de 45 euros, mientras que la de Easyjet es de 60 euros.

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