Mastercard y Europay crearán un gigante de los medios de pago

La sociedad de medios de pago estadounidense Mastercard se fusionará con su franquiciada europea Europay para crear un gigante mundial líder en tarjetas de débito. Ambas entidades lo anunciaron ayer en Munich, en el foro de miembros de Europay International. Para ello, Mastercard tendrá que convertirse en una empresa cotizada.

La parte europea tendrá un tercio del peso de la nueva empresa, en la que España gana protagonismo con Baldomero Falcones como nuevo vicepresidente y futuro presidente del grupo.

Mastercard y su franquiciada Europay (distribuidor exclusivo de tarjetas Mastercard y Maestro en Europa) culminarán con esta operación varios años de alianza y 18 meses de conversaciones. Con la fusión, con la que crearán un gigante que dominará el mercado de las tarjetas de débito (tiene el 60% del mercado) y será más fuerte para comerle terreno a Visa en el segmento de crédito, en el que la nueva entidad pretende llegar al 45% de cuota.

La nueva Mastercard International Incorporated le pisará los talones a su competidor, ya que su volumen de transacciones suma ahora más de 300 billones de pesetas en todo el mundo, cerca de los 324 billones de Visa. Tendrá más de 1.200 millones de tarjetas y presencia en 253 países.

Tanto el presidente de Mastercard y de la nueva compañía, Robert Selander, como el presidente de Europay y futuro presidente para Europa, Peter Hoch, rehusaron dar cifras sobre el nuevo gigante, el ahorro de costes y el reparto de acciones que producirá la unión antes de que se formalice. Tampoco cuantificó los recortes de personal, que "serán mínimos", según Selander.

Antes de unirse, las más de 20.000 entidades financieras que son miembros de las dos corporaciones tendrán que dar su visto bueno a la unión. Además, Mastercard, que ahora tiene estatus de asociación de entidades, tendrá que transformarse en una empresa cotizada. Ahora tiene un 12,5% en Europay (que ya está en Bolsa), y ésta, un 7% en la anterior. La denominación de Europay desaparece. Para ello, deberá registrarse como empresa y esperar la autorización de la SEC (el supervisor de los mercados en EE UU), para lo que tendrán que pasar varias semanas.

Antes de que la unión fuera aprobada por los consejos de administración de ambas entidades, la cúpula directiva ya había recabado el apoyo de los bancos y cajas miembros en cada país, con lo que el visto bueno a la unión está prácticamente confirmado.

Las entidades financieras presentes en Mastercard y Europay no tendrán que aportar más fondos para ser accionistas de la nueva sociedad. Una vez finalizado el trámite con la SEC, se hará un reparto de acciones.

De hecho, si un banco aumenta su contribución al negocio de la nueva Mastercard podrá comprar a otro miembro más acciones hasta alcanzar su posición proporcional. Selander les ha prometido nuevos productos, más que reducción de las tarifas que les cobran.

"Tricefalia"

"La tricefalia no nos dejaba responder al mercado", explicó ayer Robert Selander, que definió la unión como una "obra de teatro en dos actos, y aún estamos en el primero". La parte europea, representada ahora por Europay, tendría un tercio de la representación en la cúpula de la nueva empresa. Y España ganará protagonismo, ya que Baldomero Falcones, director general de recursos humanos en el BSCH, mantiene su cargo de vicepresidente de Mastercard en la entidad fusionada, con el acuerdo firmado de que en dos años ocupará la presidencia.

"Europa multiplicará su peso con respecto al actual", señala Baldomero Falcones. La unión beneficia a los clientes porque "habrá más competencia y tendrá impacto en productos y costes". Las tarjetas Maestro y Mastercard tienen el 43% de cuota de mercado en España y el objetivo, que puede acelerarse con la fusión, es llegar al 50% antes de 2003.

La globalización y acabar con la duplicidad de productos y sistemas, con su consiguiente disminución de gastos, han impulsado esta fusión. Tecnológicamente, Europay tendrá que plegarse al nuevo sistema que está desarrollando Mastercard, aunque en ciertos casos seguirá utilizando el suyo. Ambas seguirán manteniendo sus respectivos monederos electrónicos.