La Ley General Audiovisual enfila el final del camino

La esperada Ley General Audiovisual enfila hoy la recta final de su camino. La vicepresidenta primero del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer que el Consejo de Ministros estudiará en primera lectura el anteproyecto del texto legal que regulará el sector audiovisual, tras varios años en los que todas las nuevas legislaciones, como la que creó la televisión digital terrestre o la que permite las fusiones entre cadenas, se han introducido en forma de medidas urgentes.

Fernández de la Vega explicó que este anteproyecto deberá contar con el dictamen preceptivo de distintos organismos antes de ser aprobado por el Consejo de Ministros y de ser remitido al Parlamento. "En todo este proceso, el Gobierno seguirá abierto y dispuesto a escuchar la voz de cuantos tengan algo que aportar", señaló la vicepresidenta durante la clausura de unas jornadas sobre el panorama audiovisual.

En todo caso, ya se conoce parte del contenido del anteproyecto. Uno de los aspectos más determinantes de la nueva Ley General Audiovisual será la creación de un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, un organismo que funcionará de forma independiente y que velará por "la transparencia y el pluralismo" de los medios. Su mandato será de seis años. Este Consejo podrá imponer sanciones a las cadenas que podrán ascender a un millón de euros en el caso de las TV y a 500.000 euros en el de las radios.

Las televisiones que emitan películas con una antigüedad inferior a siete años deberán seguir invirtiendo el 5% de su facturación anual en cine europeo. Sin embargo, ahora podrán dedicar el 40% de ese dinero a financiar series, documentales y productos de animación. El restante 60% deberá seguir destinándose a largometrajes, cortometrajes y telefilmes.

Las cadenas podrán emitir hasta 12 minutos de publicidad por hora de reloj (es decir, no han de ser horas naturales), y además se permiten otros cinco minutos para autopromociones. Las radios no tienen límite alguno.

Hasta ahora, la publicidad de las bebidas alcohólicas se ceñía a la que tuviesen una gradación inferior a 20 grados. Este tope se mantiene, pero ahora, además, estos anuncios no podrán aparecer en pantalla entre las seis de la mañana y las diez de la noche.

El anteproyecto de la ley prevé también la renovación automática de las licencias (que ya no serán concesiones, tal y como reclamaba la patronal de las operadoras privadas, Uteca) de televisión por periodos que se amplían a 15 años. La anterior ley, de 1988, establecía un plazo de 10 años y dejaba las renovación al criterio del Gobierno de turno.

Además, las cadenas podrán arrendar las licencias, siempre que mantengan el control del al menos el 50% de los canales asignados. A su vez, será posible explotar canales con contenidos de pago, siempre que la proporción de este servicio no supere el 50% del espectro asignado, según explicaron fuentes del sector.