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La operación está valorada en 1.300 millones de euros

Lactalis tantea a Yoplait para recortar distancias con Danone

Lactalis quiere convertirse en el principal rival de Danone. Para lograrlo pretende hacerse con el control de Yoplait, por el que está dispuesta a pagar 1.300 millones de euros. Se abre así la puja por el segundo fabricante de yogures de Europa.

Puleva sigue con apetito comprador, pero esta vez dentro de su mercado doméstico. El pasado mes de marzo Lactalis pagó a Ebro Puleva 630 millones de euros por su negocio lácteo y se convirtió en uno de los nombres de referencia del sector en España. Ahora ofrecería 1.300 millones para hacerse con el control de Yoplait y ser, a golpe de talonario, el principal rival de su compatriota Danone.

Lactalis, controlada por la familia Galbani, reconocía ayer el interés por el popular fabricante de yogures, que hace años abandonó el mercado español ante la imposibilidad de competir con gigantes como Nestlé y Danone a los que se sumaba el imparable crecimiento de la marca blanca. Actualmente, Danone controla el 21% del mercado global de yogures y juntos Lactalis y Yoplait sumarían cerca del 10%, según Reuters.

Por el momento, Lactalis no ha confirmado el precio que estaría dispuesto a pagar por un grupo controlado al 50% por la cooperativa láctea Sodiaal y la firma de capital riesgo PAI Partners.

La opción más factible es que sea esta última la que se desprenda de su participación, ya que a priori la cooperativa gala se muestra más reticente a la hora de desinvertir. Ayer, por ejemplo, aseguró que no tiene intención de vender su 50% de Yoplait. Sin embargo, los analistas consideran que Sodiaal trata de forzar una oferta lo más alta posible y que al final venderá su participación si ésta es lo suficientemente interesante. De materializarse, la oferta daría lugar "a un campeón francés de la industria láctea a escala mundial que mantendría la marca Yoplait dentro del patrimonio nacional", aseguraba ayer Lactalis en un intento por lograr respaldo político y sindical a su oferta. No en vano, el mercado especula con la posibilidad de que Lactalis haya acelerado el paso para lograr apoyo ante una eventual contraoferta. Y candidatos no faltan: desde el gigante suizo Nestlé, a la multinacional estadounidense General Mills -que distribuye Yoplait en el mercado estadounidense- hasta productores lácteos asiáticos o firmas de capital riesgo que releven a PAI Partners.

Si se cumplen las previsiones y Yoplait cambia de manos por 1.300 millones de euros, esta cifra supondría un múltiplo de 10 veces el beneficio operativo del productor de yogures durante el último año. Una cifra ligeramente menor a la que tendrían en mente los gestores de Yoplait. Hace solo una semana su consejero delegado, Lucien Fa, aseguraba a la agencia Reuters que la compañía estaría valorada en 1.500 millones de euros.

Lactalis vuelve así la vista a Francia, después de que en la última década solo mirara al exterior. Por ejemplo a España, donde este año no solo ha adquirido Puleva, sino también Forlasa (la dueña de la popular marca El Ventero) por la que pagó cerca de 200 millones de euros. Unas operaciones que le han permitido triplicar sus ingresos fuera de las fronteras galas desde el año 2000. A finales del pasado año -antes de adquirir Puleva- fuera de Francia ya lograba el 60% de sus ingresos.

El revivir del "patriotismo" lácteo en Francia

El sector lácteo es una industria estratégica en Francia y ayer Lactalis volvió a hondear la bandera de los campeones nacionales. Con su oferta por Yoplait no solo pretende recortar posiciones a Danone, además trata de adelantarse a sus potenciales rivales y evitar que candidatos estadounidenses o incluso chinos pujen por el segundo operador lácteo francés. Una propuesta de compra que, a tenor de la rumorología, cuenta con el respaldo del Gobierno galo.De nuevo la política se cuela en el devenir de las empresas lácteas francesas. Hace cinco años, el gigante estadounidense Pepsico disparó las alarmas en el país vecino ante la posibilidad de que lanzara una oferta de compra por uno de sus emblemas empresariales: Danone. Pero el entonces primer ministro, Dominique de Villepin, alegó el "patriotismo económico" para evitar que uno de los nombres más relevantes y tradicionales de la industria gala pasara a manos estadounidenses. Entonces, antes de la crisis, la posible adquisición por parte de Pepsico -que triplicaba la capitalización de Danone- se veía como una amenaza que ponía en peligro a los poderosos ganaderos franceses.En España, cuando Ebro puso en venta Puleva los responsables de Central Lechera también trataron de jugar la carta del patriotismo para que Lactalis no se hiciera con el control de la empresa. Pero, en este caso, no lo consiguieron.

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