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Lujo

LVMH sortea la crisis de la mano de sus diseñadores

Refuerza su producción para hacer frente a la creciente demanda

Al mal tiempo buena cara. æpermil;sa parece ser la premisa que está siguiendo la marca del lujo francés, Moët Hennesy Louis Vuitton (LVMH) que ha cerrado un mes de abril 'excepcional', según reconocía su presidente, Bernard Arnault, en la última junta de accionistas. En el primer trimestre del año, sus ingresos se elevaron un 12% y el grupo mantiene el objetivo de cerrar el año con un aumento de sus ventas por encima del 10%.

Arnault apuntó que a comienzos de 2008 la facturación ha estado impulsada por los productos de marroquinería de Louis Vuitton, los perfumes de Christian Dior, los relojes TAG Heuer y la cadena de perfumerías Sephora. Aunque no reveló detalles de ventas por países, sí señaló que el principal avance lo ha registrado en EE UU y Asia. El presidente de LVMH asumió, sin embargo, que la economía norteamericana está al borde de la recesión y que Europa crece despacio. 'No es la mejor situación, pero nos hemos acostumbrado a las turbulencias'. Según Arnault, LVMH ya ha atravesado situaciones de mercado similares, en las que 'ha reforzado su posición'. El crecimiento de los últimos meses no se centra sólo en las marcas más tradicionales de LVMH, sino también en diseñadores como Marc Jacobs, cuyos bolsos para la enseña parisina han tenido una fuerte demanda, por encima de las expectativas del grupo.

De hecho, Arnault reconoció que la compañía ha tenido que reforzar su producción para hacer frente a los requerimientos del mercado. 'No podemos preparar a la gente tan rápido como nos gustaría', justificaba el presidente de LVMH al explicar los problemas del grupo para responder a las necesidades de sus clientes. El máximo responsable de la sociedad fijó para el próximo septiembre el lanzamiento de nuevos productos, entre los que mencionó la entrada en el segmento de los teléfonos móviles, aunque no reveló más detalles. Bernard Arnault aseguró que tras el éxito de las creaciones del diseñador neoyorquino, el grupo francés potenciará en los próximos 10 años otras marcas vinculadas al diseño textil como Fendi, Donna Karan o Givenchy. Las marcas textiles representan el 34% de las ventas del grupo, por el 19% de las bebidas, entre las que están marcas como Dom Pérignon o Moët & Chandon.

El empresario galo asumió que la prioridad del grupo pasa por el crecimiento orgánico de sus marcas, pero dejó la puerta abierta a nuevas adquisiciones. æpermil;stas, según señaló Arnault, se centrarán en el sector de la relojería, donde acaba de cerrar la compra de Hublot. En principio, no se tratarían de grandes adquisiciones, aunque el grupo cuenta con líneas de crédito abiertas por valor de 4.000 millones de euros.

Las acciones, al margen del optimismo en 2008

Los títulos de LVMH no reflejan las buenas perspectivas del gigante del lujo francés. Desde que concluyó 2007, las acciones de LVMH se han apuntado una caída del 6,9% al pasar de los 82,68 euros que costaban el pasado 31 de diciembre a los 76,96 euros en los que cerró ayer la sesión. De hecho, el máximo en Bolsa de LVMH de los últimos siete años se alcanzó el pasado 29 de octubre, cuando sus títulos cotizaron a 88,93 euros. Mientras, el grupo ha elevado un 14% su dividendo a cargo de los resultados de 2007, hasta 1,60 euros el título. Se trata del menor avance en la retribución a los accionistas del grupo de los tres últimos años. Bernard Arnault, que posee el 47,4% del capital del grupo se adjudicará más de 371 millones de euros gracias al reparto de dividendos.

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