GM logra un acuerdo con los bonistas que allana el concurso de acreedores

Fuentes de la Casa Blanca confirmaron ayer a distintos medios que, como ya ocurrió con Chrysler, el propio presidente, Barack Obama, será el encargado de explicar el lunes la situación en la que se encuentra la que ha sido desde 1931 la primera automovilística del mundo. Nadie confirmó o desmintió la entrada en un concurso que se presenta ya como ineludible en vísperas de la fecha del ultimátum del Gobierno, que vence el mismo día 1.

A este destino ante los tribunales se llegará a pesar de que ayer la empresa mejoró la oferta a unos bonistas que el miércoles habían rechazado un canje de la deuda de 27.000 millones por el 10% de la compañía. La automovilística les ofreció warrants por un 15% adicional, que podría convertir la participación de los inversores en el 25% de la nueva GM. Teniendo en cuenta la mejora y que la posibilidad de recibir algo más en concurso es mínima, la nueva oferta fue tomada de forma positiva por el Comité Ad Hoc de Bonistas, que representa a la mayoría de los acreedores.

La automovilística, siempre guiada por el Tesoro, ha dado hasta las cinco de la tarde del sábado a todos ellos para que expresen su aceptación y considerará un éxito que el 50% les de una respuesta positiva. GM quiere, además, que los acreedores no se opongan durante el concurso a la venta de los activos rentables a una nueva corporación que será la que previsiblemente emerja de este proceso judicial en un plazo de dos a tres meses, según cálculos de Washington.

En la comunicación a la SEC sobre esta oferta, se daba una idea de cómo quedará GM una vez que se acabe su reestructuración. El Gobierno, que financiará a la automovilística de Detroit durante el concurso con un máximo de 50.000 millones de dólares, tendrá inicialmente el 72.5% de las acciones. La Adminsitración ya ha concedido préstamos por casi 19.000 millones de dólares. El fondo de prestaciones sanitarias del sindicato se quedará con el 17,5% de GM y los bonistas, con el 10%. Según suba la capitalización, la participación del Gobierno se reducirá y subirá la de bonistas y sindicato.

Paralelamente, en Europa crece la preocupación por la situación de Opel y el futuro de los más de 53.000 empleos. Ayer, la Comisión Europea convocó para hoy mismo una reunión de urgencia de los ministros de Industria. El objetivo del encuentro es "intercambiar información" para asegurar igualdad de condiciones y "coordinar" las posiciones de todos los afectados.

Y es que hay serio peligro de una pérdida masiva de empleos. Los dos candidatos en la carrera por hacerse con Opel, Fiat y Magna, han confirmado que sus planes pasan por reducir la plantilla en, al menos, 10.000 personas. En Figueruelas trabajan más de 7.500 personas que siguen los acontecimientos con "inquietud y preocupación" , según el presidente del comité, Juan José Arceiz. La ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró ayer a la Cadena Ser que cualquier ayuda del Gobierno español deberá estar condicionada a que no desaparezcan empleos. Fuentes del Gobierno descartaron confirmar ayer si se estudia posibles ayudas adicionales.

Mientras, los contactos entre el Ejecutivo de la canciller Angela Merkel, el Tesoro de EE UU y GM, pasan por un momento de zozobra que amenaza con dejar a Opel sin financiación. En la madrugada de ayer, las conversaciones acabaron abruptamente después de que, según Berlín, EE UU reclamase 300 millones más sobre los 1.500 millones con que Berlín pretendía cubrir a cambio de aceptar la solución fiduciaria. GM suavizó ayer el desencuentro, lo que surtió su efecto. Berlín convocó ayer una nueva reunión para hoy con los representantes de Washington y de GM. Fiat y Opel, por su parte, deberán presentar hoy mejoras en sus ofertas.