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Análisis

Enel rompe el jaque alemán a Endesa

Más vale llegar a tiempo que rondar un año¢. Este viejo refrán bien puede definir la incursión de Enel en Endesa, de la que ha comprado casi un tercio del capital. Tras recorrer más de un año un tortuoso camino para hacerse con la eléctrica, en el que quedaron los restos de Gas Natural, y cuando estaba a punto de rematar su partida, Eon se ha encontrado en el tablero con un inesperado jugador: la eléctrica italiana, que llevaba tiempo acechando el damero.

A Enel se le han adjudicado todo tipo de papeles en el escenario de la batalla eléctrica española: primero como caballero blancode Endesa en la opa de Gas Natural; después como el opante eterno de Iberdrola y, más recientemente, como uno de los tapadospara abortar la opa de Eon (amistosa para los gestores de Endesa, pero hostil para el Gobierno español).

Sin embargo, aunque la compañía que dirige Fulvio Conti se lamentaba de esa recurrente adjudicación de roles, lo cierto es que ya a comienzos de 2006 dejó ver sus cartas reclamando un papel relevante en el mercado español. Enel, con una capitalización superior a los 50.000 millones de euros y una participación del Estado italiano del 31%, comunicó abiertamente que quería invertir 15.000 millones de euros en Europa.

Con la servidumbre de que sus grandes inversiones deben recibir el beneplácito del Consejo de Ministros italiano, Enel ha descartado cualquier compra que implique un enfrentamiento político. Así, aunque el Gobierno francés le reventóla opa que preparaba sobre Suez, con una fusión acelerada de esta compañía con la pública Gaz de France, Enel no rechistó. Esta misma razón le llevó a rechazar en su día la invitación del consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, para que se convirtiera en caballero blancode la opa de Gas Natural.

Fulvio Conti optó, en cambio, por un movimiento público y directo en España, reclamando los activos sobrantes de la opa que Gas Natural pactó vender a Iberdrola y que se valoraron en 8.000 millones de euros. Una humilde petición si se tiene en cuenta que esos activos sólo le otorgaban una cuota en el mercado español del 13,5%, tras sumar el 4% de su filial Viesgo.

Tanto el Gobierno como Gas Natural echaron en saco roto los deseos de la italiana, que se harían imposibles de cumplir tras la opa de Eon.

Posteriormente, tras digerir el fracaso de Suez, los responsables de la italiana volvieron a la carga y, gracias a las buenas relaciones que mantiene con los responsables de Unión Fenosa, con la que comparte al 50% una filial de energías renovables, comenzaron a tratar sobre la posibilidad de hacerse con la eléctrica controlada por ACS.

Fenosa era la pieza que mejor encajaba en una estrategia de la que tanto alardeaban los responsables de la italiana: ¢Compramos empresas para gestionarlas, no para participar como socios financieros¢. El lema se completaba con esta frase: ¢Nunca haremos una operación hostil en España¢, que tanto ha repetido Fulvio Conti en el último año. A diferencia de Eon, Enel se refería a una maniobra hostil contra el Gobierno.

Las esperanzas de Enel por Fenosa se avivaron cuando, tras la compra de un 10% de Iberdrola por ACS, la constructora encontró serias barreras para la fusión entre sus dos eléctricas participadas. Estas dificultades llevaron a ACS a plantearse la venta de la más pequeña y comprar Iberdrola. Enel consideró que, dado el tamaño de Fenosa, su compra no alborotaría demasiado el ya ruidoso ruedo ibérico.

Conti no perdió comba y recaló en Madrid a mediados de octubre para mostrar sus planes sobre la tercera eléctrica al Gobierno, enfrascado y humillado por aquellas fechas con la actitud arrogante de Eon, el Gobierno alemán y la Comisión Europea, que se revolvieron contra las condiciones que la CNE impuso a la compañía alemana.

Los responsables de Enel no dieron crédito cuando, tras expresar sus deseos de hacerse con Fenosa, fueron invitados por Moncloa a comprar un 15% de Endesapara sumarse al frente contra Eon, que ya encabezabaAcciona. La italiana repitió su viejo lema: ¢No queremos ser socios financieros¢.

Sin embargo, el camino de Eon se despejaba de forma lenta pero segura y en la recta final (frase con mal fario en la opa), las posibilidadesde Enel de hacerse con Fenosa se desvanecían. Visto lo visto conIberdrola, cuyo presidente ha hecho frente a ACS, ésta optó por aferrarse a su participada más segura.

Consciente de que entrar en Endesa (incluso sin tener claro el horizonte) era su última oportunidad en España, Enel aceptó el envite del Gobierno y lo ha materializado en el momento más oportuno: en cuestión de días, su participación en Endesa no será incompatible con su filial (porque ésta va dejará de tener la consideración de operador principal de la electricidad, puesto que ocupará este año Gas Natural) y tampoco se verá afectada por la llamada ley Rato(que exige autorización a empresas públicas extranjeras) pues está a punto de ser derogada.

Enel, que puede devolver al sector eléctrico europeo su statu quo(ese que impone que las empresas reguladas no pueden comprarse a espaldas de los Gobiernos), se encontrará, a buen seguro, con una Endesa sin blindajes. Su levantamiento, elaborado a la carta para Eon, se someterá a la junta del 20 de marzo. Sin embargo, la puerta sigue abierta a las sorpresas.

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