Endesa negocia con Enagás la venta de dos regasificadoras en Canarias

El proyecto de Gascan para la construcción de sendas regasificadoras en las islas de Tenerife y Gran Canaria podría experimentar un cambio en su accionariado, que integran en estos momentos Endesa, con un 47%; Regional Canaria de Energía, participada por un grupo de empresarios industriales y hoteleros canarios, con otro 42%, y la Sociedad para el Desarrollo Económico de Canarias (Sodecán), con el 11% restante.

Endesa y Enagás tienen muy avanzadas las negociaciones, que incluyen ya un principio de acuerdo, para que el transportista y gestor del sistema adquiera en torno a un 40% del capital de Gascan, una sociedad cuyo negocio se encuadra en la actividad del transporte de gas que desarrolla Enagás. Según confirman fuentes de la operación, ésta requerirá de la autorización administrativa del Ministerio de Industria y de la Comisión Nacional de la Energía, aunque no se prevé ninguna traba.

Estas mismas fuentes señalan que la salida de Endesa responde a la intención de la eléctrica de centrarse en su negocio de distribución y generación eléctrica y aunque traspasen el grueso de su participación, se trata de un proyecto muy importante para ella. Y es que estas instalaciones abastecerán de gas a los ciclos combinados que la compañía que preside José Manuel Entrecanales tiene precisamente en esas dos islas (dos grupos en Gran Canaria y otro en Tenerife) y que por falta de plantas para regasificar el gas natural licuado (GNL) que llega por barco, sólo pueden producir con gasóleo.

Inversión lenta

El archipiélago cuenta con un sistema eléctrico subvencionado (al igual que Baleares, Ceuta y Melilla) dado que su aislamiento por la falta de conexiones exige el uso de combustibles caros (como el carbón y el fuel) y no puede disfrutar del gas al no tener las infraestructuras necesarias. La idea de Endesa es, no obstante, seguir en Gascan con un paquete minoritario. Tampoco se descarta, según fuentes empresariales, que Enagás pudiera adquirir otra parte de las acciones del grupo de empresarios canarios, que entraron originalmente en el proyecto de Gascan, cuyo objeto social es la gasificación de las islas, con una participación meramente financiera. El proyecto de Gascán se remonta a 1999 y en él participaron las dos cajas de ahorros canarias, que se descolgaron del mismo al no acudir a la ampliación de capital que se realizó hace un año.

La entrada de Enagás podría dar un impulso a una inversión, que de por sí es lenta. La compañía que preside Antonio Llardén comparte la propiedad de otras regasificadoras en la península con otros socios y siempre se ha mostrado abierto, si estos socios así se lo piden, a reforzar su presencia en dichas instalaciones relevantes para el sistema. La regasificadora de Gascan que está más avanzada es la de Tenerife, mientras que la de Gran Canaria es apenas un proyecto. Ambas tendrán un tanque de 150.000 metros cúbicos y una capacidad de vaporización de 150.000 metros cúbicos/hora.

Con una inversión para ambas plantas de unos 490 millones de euros (260 millones la de Tenerife y 230 millones la de Gran Canaria), las obras llave en mano se adjudicaron en octubre pasado y está previsto que terminen en 2012, la primera, y en 2014, la segunda.