Enagás supera la nueva regulación y anuncia inversiones de 4.000 millones

Antonio Llardén se presentó ayer en público por primera vez desde su nombramiento como presidente de Enagás en enero, en sustitución de Antonio González Adalid. Y lo hizo ante analistas y periodistas para presentar el plan estratégico 2007-2012, que incluye inversiones de 4.000 millones de euros, casi el doble que en los últimos años. Un plan 'no voluntarista', según lo definió Llardén, que el mercado recibió con una caída de la cotización del 3,6%, hasta 18,65 euros por acción.

El Ministerio de Industria aprobó en enero un cambio regulatorio que ha supuesto un descenso de la retribución de las actividades de regasificación y almacenamiento de la compañía, con el que el ministerio garantiza una tasa de rentabilidad del 7%, lo que supuso un descenso importante de las que venía obteniendo. En la nueva regulación quedó pendiente la retribución para la actividad del transporte, aunque, según aseguró ayer Llardén, 'no se ha modificado ni se va a modificar', en alusión a los activos ya existentes, y, respecto a los nuevos, señaló que no lo ve 'factible a corto plazo'.

Aunque su antecesor fue muy crítico con la nueva regulación, Llardén destacó sus aspectos positivos. Porque, 'además de ajustar el TIR tasa de retorno de la inversión de los proyectos, también reduce riesgos', aseguró. En este sentido, enumeró el sistema de retribución para los almacenamientos subterráneos; otro para el gas colchón (el que se inyecta en la base de un almacenamiento y no puede ser utilizado); la desaparición del factor variable de retribución y el hecho de que se garantice un mínimo de rentabilidad.

Llardén anunció que Enagás negocia con la portuguesa REN (gestor de las redes de gas y electricidad) un intercambio de acciones y se mostró partidario de comprar los activos de alta presión que quedan en el mercado.

Enagás también negocia con Francia para potenciar el enlace por el Pirineo (Larrau). El nuevo plan estratégico se basa en 'en la diversificación de fuentes y seguridad del suministro', con la premisa de que el crecimiento del consumo de gas en España se modera, con tasas del 5,5% anual. El objetivo es crear más interconexiones y aumentar la capacidad de regasificación con nuevos tanques y la construcción de El Musel, y 'mallar más la red'. Un tramo importante es el que enlazará el gasoducto de Argelia, que muere en Almería, con Chinchilla o el tubo de Baleares, de más longitud que el magrebí.

Una cuestión esencial del plan es el almacenamiento de gas, el talón de Aquiles del sistema. Además de la mayor capacidad de los nuevos tanques, Enagás va a impulsar el proyecto de construcción del almacenamiento de Yela (Guadalajara), que duplicará la capacidad del sistema, que se sitúa en 2,5 bcm (mil millones de metros cúbicos) de gas, con una inversión de 500 millones. La nueva capacidad supondrá un 12% del consumo anual y, aunque 'no es suficiente', según Llardén, paliará el problema.

En cuanto a la limitación al 1% del voto de los operadores en el capital de Enagás (que afecta a Gas Natural) y al 3% del resto de inversores, Llardén no quiso hacer comentarios, aunque dijo que la nueva legislación 'nos dará más estabilidad'.