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Cementos La Unión llega al desierto egipcio

Tras dos horas de autopista atravesando el rocoso desierto del norte de Egipto, en el horizonte, casi siempre borroso por la arena en suspensión, aparecen unas fantasmagóricas estructuras metálicas. Son tres cementeras que se levantan desafiando a la nada que domina en este paraje inhóspito ubicado en la carretera que une El Cairo con Suez.

Las dos más grandes pertenecen a Egyptian Cement y a Suez Cement. La tercera, la más pequeña, pero también la más moderna y reciente, es de Cementos La Unión, una empresa valenciana que ha invertido algo más de 200 millones de dólares (125 millones de euros) en esta planta de producción de clinker, la materia prima de la que se obtiene el cemento para el consumo final.

¿Qué ha llevado a Cementos La Unión hasta la mitad del desierto? La explicación está en la primera parada que realiza el autobús que ha llevado a la delegación empresarial a la zona para la inauguración. Una cantera. Las rocas que se camuflan en el amarillo que predomina en este desértico pedregal esconden el calcio, el silicio y otros minerales necesarios para fabricar cemento. 'La concesión para explotar esta cantera estaba en manos de una empresa local que no tenía financiación para levantar la cementera y el proyecto estaba paralizado', explica Ricardo Vela, consejero delegado de La Unión. Por 10 millones de dólares, la compañía española tomó el 68% de Arabian Cement Company que ha sido la encargada de construir la planta.

La empresa compró el 68% de la compañía que tiene los derechos de una cantera

Eso ocurrió en 2004 y a partir de ahí comenzaron los trabajos para poner en marcha una planta que ha entrado este mes en funcionamiento. 'Nuestro objetivo era tener garantizado el suministro de clinker para las moliendas de España, República Dominicana y las tres que tenemos proyectados en proyecto en Francia', señala Vela. Sin embargo, la compañía valenciana se ha visto sorprendida en sus primeros días de actividad por la fuerte demanda de cemento en Egipto. 'La capacidad de producción de esta primera fase son 1,8 millones de toneladas al año y todas irán destinadas al mercado interior porque asume toda la demanda', explica el directivo de la compañía cementera.

El embajador de España en Egipto, Antonio López, destaca que el país se encuentra en plena fiebre de construcción, tanto de vivienda como de obra pública. 'Egipto está creciendo por encima del 7% y del 8% anual', afirma. Pero matiza: 'También la inflación es muy elevada'. El diplomático se congratula de que la empresa valenciana haya optado por invertir en este país, necesitado de un mejor crecimiento. Esta cementera es, por detrás de la inversión gasista de Unión Fenosa, la segunda en volumen económico de España en el país africano.

Segunda fase en marcha

La apuesta de Cementos La Unión por Egipto se ve confirmada por el inicio de la construcción de una segunda fase en Ramliya, nombre de la zona donde se asienta esta instalación. La inversión será similar a la que se ha realizado hasta ahora, unos 200 millones de dólares. Igualmente, se construirá una molienda para poder convertir el clinker en cemento portland.

'En Egipto hay 12 fábricas de cemento que producen unos 38 millones de toneladas al año y todo se lo queda el mercado local. La previsión es que en 2012 se alcancen los 52 millones de toneladas en el país, que seguirá absorbiendo todo lo que se produzca', explica Vela.

Con esta estrategia Cementos La Unión también esquiva la situación en España, donde ya notan la desaceleración del sector de la construcción. 'El descenso este año en ventas puede alcanzar el 30%', augura Vela, aunque matiza que no se sabe cuándo acabará la crisis. Para no tener que esperar ese momento, la cementera valenciana ha optado por irse al desierto a buscar negocio.

Un proyecto 'faraónico'

El consejero delegado de Cementos La Unión destacó en el acto inaugural del domingo la dificultad de poner en marcha un proyecto como este. Muchas horas fuera de casa, viajes constantes a Egipto, papeleo y burocracia. Todo para una empresa pequeña en un sector donde la competencia es muy dura y donde las grandes empresas (Cemex y Lafarge, por ejemplo) controlan buena parte del mercado.La filial egipcia prevé facturar alrededor de 82 millones de dólares el primer año, 120 millones el segundo y hasta 135 millones durante su tercer año de funcionamiento. Estas cifras se duplicarán cuando la segunda fase esté operativa.

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