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Memoria entregada al juzgado

Bruesa culpa a Gibraltar del concurso de su constructora

Las autoridades gibraltareñas rescindieron un contrato con Bruesa Construcción para la edificación de viviendas

Bruesa Construcción, en concurso necesario de acreedores, reconoce en la memoria entregada al juzgado en su solicitud de concurso como primera causa de su situación de insolvencia la relación financiera mantenida con el resto de empresas del grupo -llegó a prestar 30 millones de euros a la matriz-. Y como segunda razón apunta la paralización de las obras de edificación de viviendas que iba a llevar a cabo en Gibraltar.

A través de su filial Gibralcon 2004, Bruesa Construcción fue contratada por el Gobierno de Gibraltar y algunos clientes privados en 2005. En febrero de 2010 la empresa presentó concurso por la "falta de acuerdo con el Gobierno de Gibraltar para cerrar, mediante un arbitraje, la obra denominada Waterport Terraces (la decisión del Gobierno de no proceder a un arbitraje y de rescindir además el contrato tuvo lugar en diciembre de 2009)", explica el informe concursal provisional de Bruesa Construcción recientemente presentado al juez.

La obra en Gibraltar, la construcción de cerca de 400 viviendas, tenía un presupuesto de 50 millones de libras. Gibralcon 2004 contabilizó otros 20 millones de libras en reclamaciones adicionales al presupuesto inicial.

"La posibilidad de recuperar total o parcialmente de forma más o menos rápida los 20 millones de libras de reclamaciones desapareció, y fue, parece ser, este cambio de actitud del Gobierno de Gibraltar el que determinó la presentación del concurso de la filial de la constructora a los pocos meses", explica el informe concursal cuando recoge las razones esgrimidas por la propia compañía para explicar su situación de insolvencia.

A principios del pasado año trabajadores de la subcontrata empleada en Gibraltar por Bruesa llevaron a cabo acciones de protesta en obras de Bruesa en Madrid y Sevilla, reclamando salarios atrasados. El Ejecutivo de Peter Caruana aseguró, entonces, que no debía "ni un penique" a la empresa española.

Bruesa Construcción pasó de facturar 450 millones de euros en 2008 a 158,5 millones en 2010. El pasado ejercicio perdió 16 millones y contaba con una deuda de 310,7 millones.

La administración concursal de Bruesa Construcción considera que, en resumen, la compañía llega a la situación de insolvencia "por un excesivo endeudamiento, una falta de anticipación o reacción en las labores de estrategia empresarial y unas aplicaciones de fondos que han producido volúmenes importantes de pérdidas".

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