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Pide un nuevo modelo de tarifa plana

BT aboga por abrir las redes para rentabilizar la inversión en fibra

Luis Álvarez es uno de los principales ejecutivos de BT, una compañía que es operadora dominante en Reino Unido y alternativa en el resto. Pero no por eso tiene discursos diferentes dependiendo de la situación. En todas partes, el ejecutivo aboga por la apertura de las redes de los ex monopolios para favorecer la competencia, aunque también para rentabilizar las fuertes inversiones en fibra óptica.

Se siente como "un español en la corte del rey Arturo", aunque inmediatamente resume: "Es que eso es lo que soy". Y tiene razón. Luis Álvarez es desde hace tres años presidente de BT para EMEA y América Latina, puesto al que llegó tras dirigir la filial para España y Portugal de la operadora británica desde 2001. Desde esa atalaya, el ejecutivo no está condicionado por necesidades ni conflictos locales. Su visión es regional y desde ella pide una regulación común en Europa, para que las operadoras que tengan esa vocación puedan dar realmente servicios homogéneos a las multinacionales. "Eso es lo que tiene sentido", aseguró ayer, durante su intervención en los Desayunos Esade, organizados por la escuela de negocios con el patrocinio de Criteria Caixa Corp y la colaboración de CincoDías.

Su petición es la misma a la hora de afrontar la regulación de las nuevas redes de fibra óptica, que conectarán los hogares y las sedes de las compañías con infraestructuras de máxima velocidad. Álvarez quiere una regulación igual en toda Europa, pero también que permita el acceso de los alternativos a las redes de los ex monopolios. "En Estados Unidos se optó por romper el ex monopolio en varias compañías para liberalizar el mercado. En Europa no se hizo así, pero se estableció la interconexión, que es la posibilidad de usar las redes de las compañías dominantes. Ahora llega la fibra y tiene que haber mecanismos para acceder a los conductos", explica.

El directivo de BT lo pide para todos los países, pese a que en uno de ellos, Reino Unido, la operadora para la que trabaja es el ex monopolio y, por lo tanto, dueña de la red de fibra. "BT defiende un modelo abierto, que permita a terceros usar las infraestructuras, eso sí, pagando por ello. France Télécom y Deutsche Telekom están totalmente en contra, pero desde BT creemos que se puede sacar provecho de la apertura".

"La tarifa plana de bajo coste sólo genera frustración"

La operadora británica habla por experiencia, ya que en Reino Unido su red está al alcance de cualquier rival. Hay una división que se encarga de la venta mayorista y es una de las que mejor está funcionando. Por supuesto, Álvarez reclama el modelo abierto en los países donde BT es operador alternativo, porque quiere tener acceso a la red del ex monopolio, si bien defiende que también es un beneficio para las dueñas de las redes, como forma de rentabilizar las fuertes inversiones que requiere el despliegue de fibra. Puede que tengan más competencia, pero cobrarán por ello. Con estos parámetros, añade, la inversión en fibra en determinadas zonas es rentable sin necesidad de hacer pagar a Google por ello.

Eso sí, en todo caso Álvarez aboga por cierta flexibilidad, en la regulación y también en las fórmulas para comercializar los productos. Un ejemplo son las tarifas planas de internet. "El error que cometimos las operadoras fue lanzar demasiado pronto tarifas planas sin cuestionar la calidad de los servicios ni las necesidades. Como usuario, yo quiero poder pagar poco si voy a hacer un uso limitado de internet y mucho si lo considero necesario. Las tarifas planas a bajo coste sólo generan frustración", señala.

Y eso es así para el usuario y también para la operadora, ya que este tipo de tarificación lleva a dejar de lado iniciativas tecnológicas que ya son posibles, pero para las que no existe modelo de negocio. De ahí la necesidad de buscar formatos que permitan diferenciar las necesidades y dar a cada cliente lo que necesita, concluye Álvarez.

Críticas para Europa y también para España

El tema de la intervención de Luis Álvarez en los Desayunos Esade no era el futuro de las telecomunicaciones ni el papel de la tecnología en la vida de las personas, sino su experiencia como directivo internacional en una empresa global. Y desde esa visión, que le aporta su responsabilidad sobre decenas de países de las culturas más diversas -BT da servicios en 170 países y tiene personal en un centenar- sacó los colores tanto a Europa como a España.Al Viejo Continente le achaca una carencia de políticas concretas y enfocadas en materia de tecnología, a diferencia de otros colosos como India o China, con iniciativas a varios años vista. "Nos miramos demasiado el obligo", aseguró. Tampoco considera adecuados, al menos para crear empleo, los costes asociados al despido que existen en Europa.España, por su parte, peca de falta de presencia en las instituciones o foros internacionales, según Álvarez, y también de conciencia de que compite con otros países y que debe ser capaz de venderse para atraer las inversiones de multinacionales como BT.

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