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Tras la elección del nuevo Gobierno

BAA abandona los planes de construcción de nuevas pistas en Heathrow y Stansted

El gestor aeroportuario británico BAA, propiedad del grupo Ferrovial, desechó hoy su solicitud de construcción de una tercera pista de aterrizaje en el aeropuerto de Heathrow y de una segunda en el de Stansted, tras la elección del nuevo Gobierno de coalición de conservadores y liberal-demócratas.

El anuncio de BAA es una mera formalidad, dado que tanto "tories" como liberales -que conforman el nuevo Ejecutivo del Reino Unido- se habían opuesto a ambos proyectos.

"Reconocemos la importancia de la política del Gobierno en materias tan significativas y polémicas como la capacidad de la pista", indicó hoy el consejero delegado de BAA, Colin Matthews.

No obstante, este responsable apuntó que Heathrow desempeña "un importante papel para el Reino Unido y respalda miles de trabajos".

"Seguimos creyendo que una más capacidad en los aeropuertos reforzaría los vínculos comerciales del país con los mercados globales, de los que dependen tanto nuestra economía como nuestra competitividad", agregó.

Por otro lado, BAA ha invertido unos 180 millones de libras (209 millones de euros) en el proyecto de Stansted.

El gerente de este último aeropuerto, David Johnson, dijo que este aeródromo había "reflejado cuidadosamente las claras intenciones del Gobierno de modificar las políticas de los aeropuertos".

Este directivo subrayó que Stansted "es una fuerza clave del crecimiento económico en esta parte de Inglaterra" e insistió en que "hace falta nueva capacidad en los aeropuertos en el sureste de Inglaterra para reforzar los vínculos comerciales internacionales del Reino Unido".

El pasado 12 de mayo, el nuevo Gobierno de coalición de Reino Unido anunciaba que abandonaría el controvertido plan de construcción de la tercera pista en Heathrow, propuesto en 2003 y al que dio luz verde el ex ministro de Transporte Geoff Hoon en enero de 2009.

Dicha iniciativa continuó siendo respaldada por los laboristas, pese a la férrea oposición de los grupos ecologistas, los propios conservadores y liberales, del alcalde de Londres, Boris Johnson, y de los ayuntamientos locales, próximos al aeródromo.

Entre los argumentos de sus detractores, se alegó que la nueva pista aumentaría las emisiones de los gases de efecto invernadero, empeoraría los atascos de las carreteras e incrementaría el ruido de las zonas circundantes a los aeropuertos.

Por su parte, BAA y dirigentes empresariales respaldaron entonces el proyecto al considerar que Heathrow necesitaba capacidad extra para competir con otras ciudades europeas.

Se preveía que esa nueva pista podría estar operativa para el 2020 y permitiría incrementar la capacidad de Heathrow en casi un 50 por ciento.

Además, la coalición descartó también la construcción de nuevas pistas en los aeropuertos de Stansted y Gatwick.

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