Avánzit nombra a su séptimo presidente en 10 años de vida
La empresa tecnológica Avánzit tiene poco que envidiar a muchos clubes de fútbol, al menos en la costumbre tan extendida en ese deporte de cambiar constantemente de entrenador. En el caso de Avánzit, la figura es la del presidente, que ha tenido siete nombres distintos en sus escasos 10 años de convulsa vida empresarial.
La cifra acaba de aumentar porque ayer se sumó un nuevo presidente. Se trata de Mario Armero, que ha pasado varios años al frente de la filial de General Electric para España y Portugal. Su último destino ha sido como consejero delegado de Corporación Llorente y desde ahí salta a Avánzit, donde toma las riendas de manos de José Luis Macho, que asumió la presidencia de la compañía tras la entrada de Thesan en su capital, de la que es socio fundador.
En su nueva etapa, Armero está llamado a demostrar que Avánzit puede salir de la profunda crisis que ha vivido con la suspensión de pagos y la posterior reestructuración de la compañía, que ha terminado por mudar su sede a Andalucía a cambio de inyecciones de capital de la Junta.
Armero trabajará desde Madrid y su principal cometido es preparar un nuevo plan de negocio para la firma tecnológica, que se presentará en los próximos meses y que debe confirmar si Avánzit es capaz de crecer y de ser rentable. Otro de sus objetivos es seguir apostando por la internacionalización.
El nuevo presidente hace el séptimo en la compañía. Rafael Martín Sanz fue el primero de ellos, en 2000, cuando Avánzit nació fruto de la fusión entre Telson y Radiotrónica. Los problemas económicos forzaron su renuncia y Antonio López fue su sustituto, pero sólo para ser destituido en una tumultuosa junta, donde Juan Pérez Aparicio, antiguo presidente de Radiotrónica, recuperó el poder con el voto favorable de Acciona, entonces accionista de la empresa.
Aparicio fue condenado el año pasado por la Audiencia Provincial de Madrid a cinco años de cárcel por el desvío de fondos de una filial de Avánzit.
Tras Aparicio, tomó el mando Ramón Soler, hasta que Javier Tallada comenzó a comprar acciones y llegó a la presidencia. A finales de 2008, el empresario empezó a reducir su participación y cedió la presidencia a Macho, representante de Thesan, que le sustituyó como accionista de referencia.
Macho llegó a la presidencia con un horizonte limitado, con la intención sólo de poner en marcha la reestructuración. Ahora le toca a Armero sacar adelante la compañía.