Alojamientos que aúnan el lujo y la historia

Primero fue Ávila, luego vinieron Toledo y Cáceres y, recientemente, Granada. Todas ciudades Patrimonio de la Humanidad o con un importante legado histórico. La localización es lo primero que tiene en cuenta la cadena Fontecruz para abrir sus hoteles urbanos de lujo. "Consideramos que muchas ciudades españolas tienen un gran valor cultural añadido y que, además, había un vacío de alojamientos de calidad de cinco estrellas. Queremos que el cliente conviva con la historia de las ciudades", indica Diego Ortega, director general de la compañía, que comenzó su actividad en 2001 con una idea muy clara: posicionarse en hoteles tipo boutique de entre 40 y 100 habitaciones.

Aparte de la ubicación, la elección del inmueble es la segunda consideración importante. "Nos gusta restaurar edificios históricos, que tengan sabor, para dotarlos de las infraestructuras que requieren los hoteles de cinco estrellas". Hasta ahora, todos los que han adquirido se encontraban abandonados o en mal estado. "Transformamos edificios, generalmente en estado precario, en establecimientos que aportan mucho a la ciudad porque son construcciones emblemáticas, bonitas, que se convierten en un símbolo".

La tercera pauta de la compañía es la calidad. "Nos hemos situado en el producto cinco estrellas. Aunque la crisis está aquí y nos viene mal a todos, entendemos que el cliente está dispuesto a pagar por ese valor añadido que le ofrecemos. Ahora el mercado ha cambiado, pero nuestra idea sigue siendo la misma, diferenciarnos, huir del modelo de negocio hotelero clásico o vacacional de muchas habitaciones y mucho bufé". Se trata de dar un servicio personalizado, de calidad, añade Diego Ortega, en el que confluyen un número de habitaciones reducido -que nunca es más de cien-, amplias, con mucha luz, equipadas con las mejores tecnologías, una esmerada restauración, spa y arte, que se puede admirar, pero también comprar.

Ortega considera que, en España, la restauración de los hoteles se ha descuidado mucho y, en parte, lo achaca a que, "aunque parezca mentira, a la gente le cuesta entrar en un hotel de cinco estrellas a tomar café, a comer... Hay excepciones, como el Palace o el Ritz en Madrid, pero en otras ciudades casi era tabú. Sin embargo, en muchas capitales europeas, Londres, París..., históricamente los hoteles siempre han sido lugares para hacer vida social". Esta idea extendida de que la restauración está reñida con los hoteles, es la que quieren cambiar, asegura Diego Ortega. "La cuidamos mucho y, de momento, estamos obteniendo muy buenos resultados". Todos los restaurantes funcionan en cada hotel de forma independiente, con cartas siempre relacionadas con los productos de la región.

Actualmente, la compañía se encuentra embarcada en la próxima apertura de tres nuevos hoteles. La inauguración del primero, en Sevilla, en la antigua Casa de la Inquisición, está prevista para la Navidad de este año, y los otros dos, en Lisboa, también en un edificio antiguo, y Berlín, una construcción moderna que se abrió para los mundiales de 2006, se abrirán al público a lo largo de 2010. Siempre en el centro de las ciudades.

Fontecruz quiere diversificar su negocio en el exterior. "Vivimos en un mundo global desde hace pocos años. Entonces, ¿por qué no salir fuera? Al final, no es muy distinto el negocio hotelero en Toledo o en Berlín. El hotel boutique es un modelo que lleva muchos años funcionando en distintos países, donde hay una larga tradición. Además, hay un tipo de público que busca estos alojamientos con encanto que no se limitan a ocho o diez habitaciones, sino que son hoteles serios, con la infraestructura necesaria para ofrecer un servicio y una distinción que los aleja de las grandes cadenas".

Fontecruz no descarta instalarse en Londres, "es un buen momento porque la libra está baja y se están haciendo muchas transacciones", y quizás Italia, aunque "la situación requiere mucha calma".

La inversión media por hotel se aproxima a los 20 millones de euros. Se destinarán, por tanto, unos 60 millones de euros en las tres aperturas previstas. "Nuestro propósito es hacer un mix de aquí a cuatro o cinco años, con seis o siete hoteles en propiedad y otros tantos en gestión", puntualiza.

La crisis está afectando a la ocupación y al precio medio de la habitación, que han bajado. Sin embargo, la expansión de Hoteles Fontecruz sigue adelante. "En estos momentos es casi más peligroso parar que continuar. Nosotros ya teníamos los proyectos en marcha y, al final, hay que sacarlos adelante porque, si apalancas las inversiones, te vas comiendo el crédito. Llega un momento en que vale más un proyecto operativo que parado. Nos estamos adaptando a la situación actual, aunque nosotros no hemos hecho un gran ajuste, somos nuevos y no hemos vendido habitaciones a 300 o 400 euros". El precio medio, por ejemplo del hotel de Toledo, es de unos 140 euros, "que está muy bien para el producto que ofertamos", indica Diego Ortega. "Nuestra realidad es que empezamos a andar hace poco, salimos con tarifas normales y hemos ajustado los precios ligeramente con touroperadores y grandes distribuidores", añade.

Hoteles Fontecruz prevé facturar en torno a los seis millones de euros en 2009, una cifra similar a la obtenida el año pasado.