Alemania garantiza que la ayuda no está condicionada a Magna

El traspaso del 55% de Opel al fabricante de componentes Magna y a su socio ruso, el banco OAO Sberbank, parece estar en vilo. El Gobierno alemán se ha visto obligado a enviar una carta a General Motors en la que garantiza que las ayudas públicas que tiene previsto otorgar para facilitar la reestructuración de Opel no están condicionadas a que la compañía alemana se venda a Magna, sino que se concederán independientemente de quién sea el adjudicatario, según anunció ayer la Comisión Europea.

"Tenemos indicaciones de que las autoridades alemanas, como nosotros pedimos, han escrito a Opel Trust y a General Motors (GM) explicando que la ayuda se concederá independientemente del inversor o del plan que elijan", explicó el portavoz de Competencia, Jonathan Todd.

Una vez concedidas esas garantías, "la pelota está ahora en el tejado de las compañías", explicó el portavoz de Competencia. General Motors puede decidir que "todavía prefiere a Magna" o elegir a otro inversor, y cualquiera de las dos alternativas sería "buena" para el Ejecutivo comunitario, en la medida en que no haya condiciones previas para las ayudas, dijo Todd.

Y GM se lo piensa. La compañía no ha descartado reconsiderar su decisión, según Bloomberg, que cita fuentes internas que pidieron no ser reveladas. La agencia aseguró ayer que el fabricante podría dar marcha atrás de su decisión de vender Opel, después de que la comisaria de la Competencia, Neelie Kroes, asegurase el pasado viernes haber detectado "indicios importantes" de que el paquete de ayudas prometido por el Gobierno alemán para la nueva Opel, por valor de 4.500 millones de euros, "estaba condicionado de facto a la selección de un postor determinado, Magna".